“Tony O” por fin tiene su puesto en el Salón

6 de diciembre de 2021

MINNEAPOLIS -- El cubano Tony Oliva había esperado por la llamada del Salón de la Fama durante 45 años.

Varios de sus amigos y seres queridos que llenaron al hogar de la leyenda de los Mellizos en Bloomington, Minnesota de cara al anuncio del Comité de la Era Dorada el domingo estuvieron allí en dos ocasiones anteriores, cuando Oliva no fue elegido -- resultando en más años de espera. La última vez había sido hace siete largos años, cuando quedó fuera por un voto.

“No sabía si me iban a llamar hoy y no quería que toda la gente aquí se fuera otra vez decepcionada”, dijo Oliva. “Todo el día estaba pensando que si no me llamaban, ya no había más oportunidades”.

En vez del final triste, el domingo marcó un nuevo comienzo para Oliva -- el inicio de su inmortalización en Cooperstown, Nueva York.

Una de las figuras más queridas en la historia del club de Minnesota, Oliva finalmente fue elegido como parte del grupo que ingresará al Salón de la Fama en el 2022 después de que recibió el 75% de los votos necesarios por parte de los 16 miembros de la Era del Comité de la Era Dorada. Oliva será exaltado el 24 de julio del 2022, junto a su compañero en los Mellizos, Jim Kaat, quien fue seleccionado por el mismo comité el domingo.

Aparte de Oliva y Kaat, el Comité de la Era Dorada también eligió al también cubano Orestes ‘Minnie’ Miñoso y Gil Hodges. El Comité de la Era Inicial del Béisbol le dio el llamado a Bud Fowler y Buck O’Neil.

Oliva y Kaat se convertirán en el quinto y sexto miembros de los Mellizos en ingresar al Salón de la Fama, acompañando a Harmon Killebrew, el panameño Rod Carew, Kirby Puckett y Bert Blyleven, siendo este último parte del comité que eligió a Oliva. Además, con Miñoso y Oliva ahora, son seis los cubanos inmortalizados en Cooperstown.

“Mi madre, mi padre, mis hermanos, algunas hermanas, nunca me vieron jugar”, expresó Oliva. “Ojalá estuvieran aquí hoy, pero están en el cielo ahora, mi padre y mi madre. Hubieran estado muy orgullosos de que un muchacho del campo en Cuba ahora está en el Salón de la Fama”.

Ese muchacho de Pinar del Río ha causado un impacto duradero en su comunidad de las Ciudades Gemelas como pocas figuras del deporte en Minnesota lo han hecho. Oliva jugó toda su carrera de 15 años con los Mellizos de 1962 a 1976, encabezando el Joven Circuito en imparables en cinco ocasiones y convirtiéndose en el primer jugador en la historia de la Liga Americana/Nacional en conquistar títulos de bateo en sus primeras dos campañas. Fue premiado como Novato del Año de la Americana en 1964.

Durante su apogeo de ocho años de 1964 a 1971, fue convocado al Juego de Estrellas en cada una de esas temporadas, llevándose tres títulos de bateo, liderando el Joven Circuito en dobletes cuatro veces e impresionando a todos por lo completas que fueron sus capacidades de defensa, bateo y trueno que lo hicieron una amenaza en la caja de bateo. Además, ayudó a Minnesota a conquistar su primer título de la Liga Americana en 1965 (como su encarnación de “Mellizos”).

“Siempre dije que si Rod Carew está en el Salón de la Fama, él también pertenece ahí”, manifestó Kaat sobre Oliva. “Harmon Killebrew está ahí -- 573 jonrones; él pertenece ahí. Pero si les preguntas a receptores como el fallecido Bill Freehan, Andy Etchebarren -- a cada catcher de esos años en la Liga Americana -- al que todos le temían era a Tony”.

Entonces, ¿por qué le tomó tanto tiempo a Oliva para recibir su puesto en el Salón de la Fama? Puede ser por los problemas en una rodilla que acortaron su apogeo, y probablemente su carrera, que surgieron por una dolencia que sufrió en 1971 al zambullirse para realizar una atrapada – dolencia que le costó la mayoría de la campaña de 1972 y lo obligó a fungir como bateador designado en los últimos cuatro años de su carrera, en los que jugó con bastante dolor y a un menor nivel del que había demostrado antes.

Pese a una línea ofensiva de .304/.353/.476 en su carrera -- principalmente producto de su excelente apogeo -- Oliva no llegó a los 2,000 imparables (terminó con 1,917) y no alcanzó hito alguno, con 220 cuadrangulares y 329 dobletes. Eso probablemente fue el motivo por el que la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA por sus siglas en inglés) no lo eligieron cuando estuvo en la boleta en 1996 y por la espera de 45 años.

“Eso no me ha afectado para nada, porque me siento afortunado”, declaró Oliva. “Nunca jugué Pequeñas Ligas, ni en la secundaria, ni en la pelota amateur en Cuba, ni nada de eso… íbamos a un árbol, cortábamos una rama y hacíamos un bate porque éramos pobres. Vivíamos en el campo. No teníamos todo el equipo que ahora existe. Mi amor era jugar pelota. Quería ser un bateador. Quería ser mejor que el siguiente en el terreno”.

Efectivamente, Oliva cumplió esa meta durante su mejor momento, pero no solamente eso lo hace una de las personas más queridas en la comunidad de la región de Minneapolis/St. Paul hasta el día de hoy.

Tras su carrera como jugador, Oliva continuó viviendo en las Ciudades Gemelas y se integró al grupo de coaches de los Mellizos, fungiendo como coach en 1987 cuando el club conquistó su primer título de Serie Mundial y como el coach de la banca en 1991, cuando Minnesota ganó su segundo campeonato. Es la única persona que ha estado en la cueva para cada una de las tres ocasiones en que el club se ha coronado campeón de la Liga Americana: 1965, 1987 y 1991.

Incluso ahora, décadas después de sus años como instructor, Oliva es una presencia fija en la organización de los Mellizos como comentarista en las transmisiones radiales en español y como asesor especial de la gerencia, recorriendo el estadio con historias y consejos de bateo -- hasta paseando por las gradas para saludar a los aficionados y tomándose fotos en los puestos de "Tony O's Cuban Sandwiches" durante los partidos.

“Desde su prodigiosa carrera en el terreno, hasta en la cabina de transmisiones y los corazones de los aficionados en toda nuestra región, Tony personifica lo que verdaderamente significa ser un miembro de los Twins de Minnesota y ha sido uno de los más grandes embajadores de esta organización desde su llegada”, señaló el presidente del equipo, Dave St. Peter, por medio de un comunicado.

“Tony O”, como se le conoce por todo el Target Field, desde hace mucho tiempo ha asegurado su puesto en el corazón de todos en el territorio de las Ciudades Gemelas. Ahora, eternamente también tendrá su puesto en Cooperstown.