Los árbitros Nick Mahrley, Mark Ripperger, Edwin Jiménez y Nic Lentz fueron expulsados del juego del miércoles entre los D-backs y los Gigantes en el Oracle Park. O al menos lo habrían sido si el manager de Arizona, Torey Lovullo, se hubiera salido con la suya.
Después de ser expulsado mientras protestaba por una jugada de obstrucción contra los D-backs en el octavo inning, Lovullo procedió a responderle de la misma manera al cuerpo de árbitros. Señaló a cada uno de los cuatro umpires uno por uno, y luego hizo el mismo gesto de “¡Estás botado!” que Ripperger – el árbitro de primera base – acababa de dirigirle a él.
Con ventaja de 8-6 y dos outs en el octavo, los D-backs parecieron poner out a Christian Koss de los Gigantes doblando la segunda base en un sencillo dentro del cuadro del puertorriqueño Heliot Ramos, pero Koss había chocado directamente con el segunda base de Arizona, Jordan Lawlar, en medio de la línea de carrera. Se le permitió a Koss quedarse en la intermedia debido a la obstrucción de Lawlar, manteniendo la entrada viva y trayendo al plato la potencial carrera de la ventaja.
Esa fue la decisión tomada después de que se pidió tiempo y los árbitros se reunieron, al menos. Al principio, Lovullo no estaba seguro de lo que había pasado o qué árbitro había hecho la sentencia.
“En el calor del momento, no me cuadraba”, dijo Lovullo después del juego. “Sentí que solo estaban intentando cubrirse un poco”.
El manager de los D-backs montó en cólera, “expulsando” a los cuatro árbitros después de ser echado por Ripperger antes de abandonar el terreno. Se perdió el resto del encuentro, que Arizona al final pudo ganar por 8-7.
Fue la 22da expulsión de la carrera de Lovullo y la segunda de la temporada. Pero mirando hacia atrás, fue una en la que admite que estaba equivocado.
“Acertaron”, reconoció Lovullo. “Son muy buenos. Los árbitros son buenos. Tenían razón”.