La boleta de los escritores para el Salón de la Fama de Grandes Ligas de 2026 incluye a 12 candidatos elegibles por primera vez. Aunque no todos terminarán siendo exaltados en Cooperstown — e incluso es posible que ninguno lo logre — cada uno de ellos tuvo al menos una temporada en la que rindió a un nivel digno de un Salón de la Fama.
A continuación, un repaso a la mejor campaña de cada uno de los debutantes en la boleta de la BBWAA este año.
2011 (Cerveceros): .332, 33 HR, 111 CI, .994 de OPS, 33 BR, 7.7 de bWAR
Braun debutó con fuerza al ser el Novato del Año de la Liga Nacional en 2007 y luego protagonizó unas primeras seis temporadas impresionantes en las Mayores. Durante ese tramo, promedió 34 vuelacercas y 107 carreras empujadas, compiló un OPS general de .943 y fue convocado al Juego de Estrellas en cinco campañas consecutivas. Ese período fue coronado por su temporada de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 2011, cuando bateó para .332 con 33 jonrones, 111 impulsadas, un OPS de .994 (líder en la L.N.) y 33 bases robadas, logrando su primer año consecutivo con al menos 30 jonrones y 30 robos. Es difícil superar una temporada de JMV, pero si prefieres la de 2012 —cuando disparó 41 cuadrangulares (tope personal), empujó 112 carreras, lideró la liga con 356 bases totales, volvió a integrar el club 30-30 y terminó segundo en la votación al JMV— también se vale.
2010 (Cleveland): .300, 22 HR, 90 CI, .885 de OPS, 147 de OPS+, 5.9 de bWAR
Tras ver acción de manera parcial durante tres campañas con Marineros e Indios, Choo se consolidó como titular en mayo del 2008 y desde entonces tuvo un tramo de seis temporadas muy productivas con el bate zurdo. Entre 2008 y 2013, promedió un OPS de .861 y un OPS+ de 137, además de registrar tres temporadas 20-20, siendo la mejor la de 2010. Ese año, bateó .300 con un porcentaje de embasarse de .401, conectó 22 jonrones e impulsó 90 carreras para un OPS+ de 147. También robó 22 bases. Fue uno de solo dos jugadores en MLB ese año (junto al venezolano Carlos González) que batearon al menos .300, conectaron 20 o más jonrones, empujaron 90 o más rayitas y robaron 20 o más almohadillas. Esa actuación le valió votos al JMV por primera vez en su carrera.
2012 (Azulejos): .280, 42 HR, 110 CI, .941 de OPS, 153 de OPS+, 5.0 de bWAR
Encarnación ya sumaba partes de siete temporadas en Grandes Ligas antes de 2012, con un promedio de 17 jonrones por año y un OPS de .789 entre 2005 y 2011 con Rojos y Azulejos. Pero todo cambió en 2012, cuando asumió como bateador designado y primera base, y se transformó en uno de los toleteros más temidos del béisbol. El dominicano disparó 42 bambinazos e impulsó 110 carreras, liderando a Toronto en ambas categorías. Fue uno de tres jugadores ese año (junto al venezolano Miguel Cabrera y Ryan Braun) que batearon .280 o más, conectaron 40 o más jonrones, impulsaron al menos 110 carreras y registraron un OPS de .941 o más. Terminó en el puesto 11 de la votación al JMV de la Liga Americana. Cerró su carrera con 424 vuelacercas.
2011 (Filis): 14-9, 2.79 de EFE, 0.99 de WHIP, 6.4 de bWAR
Hamels fue pieza clave de los Filis que conquistaron cinco títulos seguidos del Este de la Liga Nacional entre 2007 y 2011, coronando con el campeonato de la Serie Mundial en 2008. El zurdo fue elegido tres veces al Juego de Estrellas con Filadelfia y recibió votos al Cy Young en cuatro temporadas, incluyendo su mejor puesto en 2011, cuando quedó quinto. Ese año, fue uno de tres abridores dominantes en la rotación junto a Roy Halladay (19-6; 2.35) y Cliff Lee (17-8; 2.40), pero Hamels fue quien permitió menos hits y lideró al equipo con un WHIP de 0.99 en 216 innings lanzados. Ese WHIP quedó apenas un punto porcentual por debajo del mejor en la L.N., registrado por Clayton Kershaw (0.98).
2012 (Nacionales): 21-8, 2.89 de EFE, 207 K, 2.82 de FIP, 5.0 de bWAR
La primera temporada de González en Washington, tras cuatro años con los Atléticos, fue muy destacada. Participó en su segundo Juego de Estrellas consecutivo, lideró MLB con 21 victorias y registró un FIP de 2.82, ayudando a los Nacionales a ganar el Este de la Liga Nacional. Su efectividad de 2.89 fue la mejor de su carrera, al igual que sus 207 ponches. Permitió más de tres carreras limpias en apenas seis aperturas durante toda la campaña, y su promedio de 9.3 ponches por cada nueve entradas fue el mejor de la LN y el tercero en todo MLB. Su WHIP de 1.13 fue el mejor entre los abridores del equipo y también el mejor de su trayectoria. Terminó tercero en la votación al Premio Cy Young de la L.N. y también recibió votos al JMV por única vez en su carrera. Pero si prefieres su campaña de 2017 (15-9, 2.96 de EFE, 6.5 bWAR), también es válida.
2011 (Reales): .303, 23 HR, .878 de OPS, 140 de OPS+, 7.3 de bWAR
Aunque los Reales todavía estaban en reconstrucción en 2011, el éxito estaba por venir, y la temporada de Gordon ofreció un anticipo de ello. El jardinero se destapó con una campaña sobresaliente, registrando topes personales en promedio (.303), jonrones (23), impulsadas (87), bases robadas (17) y OPS (.878). Además, ganó su primer Guante de Oro, el primero de ocho en su carrera. Esa actuación le valió votos al JMV por primera vez y dio inicio a un tramo de cinco temporadas en las que promedió 5.3 bWAR, fue convocado tres veces al Juego de Estrellas y ayudó a los Reales a conquistar dos banderines consecutivos de la Liga Americana y el título de la Serie Mundial en 2015.
2011 (Dodgers): .324, 39 HR, 126 CI, .985 de OPS, 172 de OPS+, 8.0 de bWAR
Kemp tuvo otras buenas temporadas —por ejemplo, recibió votos al JMV en 2009—, pero alcanzó otro nivel con los Dodgers en 2011, cuando fue convocado por primera vez al Juego de Estrellas. Sus 39 jonrones (líder en la Liga Nacional) y 126 carreras impulsadas (líder en MLB) son las estadísticas más llamativas, pero hay mucho más resaltado en su página de Baseball Reference para esa campaña. También lideró la Liga Nacional en carreras anotadas (115), OPS+ (172), bases totales (353) y bWAR (8.0). Kemp tuvo 57 juegos con más de un hit, incluyendo 13 con tres o más imparables. Además, ingresó por primera y única vez en su carrera al club 30-30 y se quedó a un jonrón de alcanzar el exclusivo club 40-40. Su actuación le valió terminar segundo en la votación al JMV de la Liga Nacional, además de ganar su segundo Guante de Oro y Bate de Plata.
2019 (Nacionales): .344, 17 HR, .967 de OPS, 146 de OPS+, 2.8 de bWAR
Aunque la mejor temporada de Kendrick en cuanto a bWAR fue en 2014 con los Angelinos (6.1), es difícil no elegir el 2019 como la mejor campaña general de su carrera. A pesar de que las lesiones lo limitaron a 121 juegos y 370 visitas al plato, Kendrick bateó para .344 (tope personal) con un OPS de .967 (también marca personal) y fue pieza clave en el camino de los Nacionales hacia su título de Serie Mundial, especialmente en la postemporada. Conectó un grand slam en la décima entrada que dio la victoria en la SDLA ante los Dodgers, fue el Jugador Más Valioso de la SCLN tras batear .333 con un OPS de 1.012 ante los Cardenales, y luego disparó un jonrón de dos carreras en el Juego 7 de la Serie Mundial ante los Astros que encaminó a Washington a una remontada histórica y su primer campeonato en la historia de la franquicia.
2008 (Orioles): .306, 20 HR, 87 CI, .897 de OPS, 136 de OPS+, 7.4 de bWAR
Markakis tuvo años con mejores cifras en algunos rubros (como jonrones o impulsadas), pero 2008 fue su temporada más completa, a nivel digno del Salón de la Fama. Ese año fue un bateador integral: promedio, poder y una gran capacidad de embasarse. Su OPS de .897 y su OPS+ de 136 fueron los más altos de su carrera, al igual que sus 48 dobles y 106 carreras anotadas. Aunque su promedio de .306 fue el mejor del equipo, tal vez su estadística más impresionante fue el porcentaje de embasarse (.406), que superó en 100 puntos a su promedio, la mayor diferencia de su carrera. En defensa, Markakis lideró ampliamente a los jardineros derechos de la Liga Americana en outs realizados (327) y fue el líder en asistencias entre todos los jardineros de MLB (17). Todo esto se tradujo en un bWAR de 7.4, el más alto de la Liga Americana y de su carrera.
2016 (Nacionales): .347, 25 HR, 104 CI, 47 2B, .985 de OPS, 155 de OPS+, 4.7 de bWAR
Aunque Murphy fue All-Star con los Mets en 2014 y Jugador Más Valioso de la SCLN en 2015, el nivel al que elevó su juego en 2016, su primera campaña con los Nacionales, fue impresionante. Bateó para .347, su mejor promedio en la carrera, y se quedó a un punto porcentual de DJ LeMahieu en la lucha por el título de bateo de la Liga Nacional. También impuso marcas personales con 25 vuelacercas y 47 dobles, lo que lo llevó a encabezar la liga con un porcentaje de slugging de .595 y un OPS de .985, ambos los más altos de su trayectoria. Además, sus 104 carreras impulsadas —otro tope personal— fueron la mayor cantidad entre los intermedistas titulares en las Mayores. Murphy fue convocado a su segundo Juego de Estrellas, ganó su primer Bate de Plata y terminó segundo en la votación al JMV de la Liga Nacional.
2011 (Astros, Filis): .314, 22 HR, 97 CI, .872 de OPS, 139 de OPS+, 5.7 de bWAR
Aunque Pence tuvo temporadas memorables como parte de los equipos campeones de los Gigantes en 2012 y 2014 (incluyendo un OPS de 1.167 en la Serie Mundial de 2014), su campaña más productiva fue la de 2011, cuando brilló primero con los Astros y luego elevó aún más su nivel tras ser traspasado a los Filis. Pence lideró a todos los jardineros derechos de MLB en promedio (.314) y hits (190), fue segundo en porcentaje de embasarse (.370), empatado en el segundo puesto en impulsadas (97) y tercero en OPS (.872). Tras ser cambiado a Filadelfia el 29 de julio, Pence bateó .324 con 11 cuadrangulares y un OPS de .954 en 54 juegos, ayudando a que los Filis conquistaran su quinto título divisional consecutivo. También aportó defensivamente: pese a su estilo de tiro poco ortodoxo, lideró a los jardineros derechos de la Liga Nacional con 11 asistencias.
2016 (Medias Rojas): 22-4, 3.15 de EFE, 189 K, 1.01 WHIP, 4.7 de bWAR
Es apropiado que la mejor temporada individual de Porcello también haya sido la que lo llevó a ganar el Premio Cy Young de la Liga Americana. Además, su desempeño representó tal mejora respecto al año anterior (9-15; 4.92 de efectividad) que también fue nombrado el Jugador Regreso del Año en la Liga Americana. Más allá de sus 22 victorias (la mayor cantidad en MLB), Porcello también fijó marcas personales en efectividad (3.15), innings lanzados (223), WHIP (1.01) y juegos completos (tres). Fue el lanzador de la Liga Americana con menos boletos otorgados entre los abridores calificados (32). Sus 26 aperturas de calidad empataron en el segundo lugar de todas las Grandes Ligas. Lo más importante: los Medias Rojas ganaron 25 de los 33 juegos en los que Porcello subió al montículo, camino a la conquista del título del Este de la Liga Americana.
