Venezuela encontró lo que se le había perdido: pitcheo

16 de marzo de 2023

MIAMI – Venezuela ha ejecutado en este Clásico Mundial de Béisbol 2023 un verbo que se le había perdido durante las últimas dos ediciones del evento.

El verbo lanzar.

La invicta selección Vinotinto (4-0) finalizó su recorrido por el Grupo D venciendo 5-1 el miércoles a Israel, detrás de otra sólida salida de uno de sus abridores, el zurdo Jesús Luzardo. Así Venezuela terminó la primera ronda del Clásico con una efectividad colectiva de 2.00 en 36 entradas. Fue la segunda mejor EFE en la fase de grupos, sólo por detrás de la poderosa selección de Japón (1.50).

El dominio también se vio reflejado en la cantidad de ponches. Con un promedio de 11.50 abanicados por cada nueve episodios de forma colectiva, apenas Japón (13.50) y Corea del Sur (11.90) estuvieron por encima del combinado que dirige el Omar López. La tasa de boletos (3.00 por 9 innings) también estuvo entre las mejores.

Al frente de ese grupo estuvieron seis abridores con experiencia de Grandes Ligas: Martín Pérez, Luis García, Pablo López, Jhoulys Chacín, Eduardo Rodríguez y Jesús Luzardo. Chacín fue exclusivamente relevista en el 2022, pero en su currículum hay más de 200 aperturas en MLB.

Con sólo cuatro encuentros en la primera ronda, no todos naturalmente podían ser usados para iniciar juegos. Entre todos, lanzaron 19 innings y permitieron tres carreras limpias, para una efectividad de 1.42. Y si se divide la actuación del pitcheo venezolano entre abridores y relevistas, la diferencia fue casi imperceptible: EFE de 1.93 para los cuatro que iniciaron (14 innings) y de 2.05 para los que vinieron desde el bullpen (22 actos).

Es un contraste alarmante con los Clásicos previos, cuando Venezuela puso efectividades de 7.39 (2017) y 6.92 (2013). La marca fue mejor en el 2009, el año que se llegó a las semifinales: 4.13. Pero esta del 2023, por ahora, está incluso por encima de aquella de 3.06 que puso el cuerpo de pitcheo del Clásico del 2006, un equipo que entre otros tenía a Johan Santana, Carlos Zambrano, Freddy García, Kelvim Escobar y Francisco Rodríguez para los cierres.

Pablo López, que tiró 4.2 brillantes innings contra Puerto Rico, no quiere hacer comparaciones, pero se le iluminó la cara cuando un periodista le preguntó que haría una rotación como la de Venezuela en una temporada de Grandes Ligas.

“Yo creo que, si tú pones esta rotación en un equipo, en 162 juegos, que serían 32 salidas por abridor, estarías viendo un equipo que se metería en la postemporada, capaces de ganar todo”, comentó López en el túnel tras la victoria contra Israel. “Omar López, junto con Luis Ramírez (coach de bullpen), Iván Arteaga (coach de pitcheo), y la gente de la federación venezolana, construyeron una rotación muy buena”.

“Y más los relevistas que trajeron”, continuó López. “Pienso que es un grupo de brazos muy eléctricos, brazos que sabemos el talento que tenemos, lo que queremos hacer y cómo lo queremos hacer”.

¿Qué tan eléctricos? De acuerdo con el departamento de investigaciones de MLB.com, la velocidad promedio de las rectas que tiraron los lanzadores venezolanos durante la primera ronda fue de 95.0 mph, el antídoto perfecto contra bateadores que todavía están buscando el timing.

¿Un motivo de orgullo poner esos números vistiendo el uniforme de su país?

“Bastante”, aseguró Martín Pérez.

“Los equipos que construyen dinastías, que van a postemporada constantemente, tienen muy buen pitcheo”, intervino López.

Los bateadores de Venezuela, obviamente, también han notado lo hecho por sus compañeros lanzadores.

“Tenemos una de las mejores rotaciones”, resumió el veterano Eduardo Escobar.

“Hay talento de sobra”, añadió otro de los más experimentados del roster, Eugenio Suárez.

Y manejando a ese pitcheo, está el siete veces All-Star y cinco veces Guante de Oro, Salvador Pérez.

“Esa es una de las ventajas que tenemos nosotros”, puntualizó Escobar. “No es por irrespetar a los demás catchers de los otros equipos, pero sabemos muy bien quién es Salvador. Los muchachos saben a quién tienen en el home, y creo que la confianza sale más a relucir, sale más su talento”.

“Nooo, imagínate eso. Y además, Omar (Narváez) y Robinson (Chirinos)”, siguió soñando López con el potencial de un cuerpo de lanzadores así en una temporada completa. “Tendrías la combinación de la rotación, más los conductores llamándolo todo, que serían los receptores”.

Aunque eso sea un ejercicio imaginario, fue una realidad para Venezuela en el Grupo D del Clásico, y el punto de apoyo para una ofensiva que no apabulló – 22 carreras y una línea de .281/.370/.467 – pero fue oportuna y conectó hasta siete jonrones.

Esa combinación de ofensiva y pitcheo que mostró el conjunto suramericano es algo que nunca había podido juntar. Ni en el 2006 (se bateó .186), ni en el 2013, ni en el 2017 (7.39). El único año que de cierta manera se conjugaron los dos verbos fue el 2009: un pitcheo que puso efectividad colectiva de 4.13 estuvo de la mano de una toletería que bateó .304 y fue segunda en cuadrangulares con 13. ¿Resultado? Se llegó a semifinales.

Ya en cuartos, Venezuela tendrá la oportunidad de regresar a esa instancia si doblega el sábado a Estados Unidos. Y si bien nadie puede saber si lograrán igualar lo hecho por esa selección del 2009 dirigida por Luis Sojo, Pérez tiene algo claro.

“Para tú ganar un campeonato, sea cual sea, necesitas pitcheo”, dijo el zurdo de los Rangers, “y yo creo que Omar juntó las piezas que necesitábamos para venir aquí a competir”.