Vlad Jr., parte de una fuerte camada joven en G.L.

23 de agosto de 2019

TORONTO – Durante los entrenamientos primaverales de este año, antes de que Vladimir Guerrero Jr. llegase a Toronto junto con grandes esperanzas para la franquicia, a la joven estrella dominicana de los Azulejos se le preguntó qué le gustaba hacer fuera del béisbol.

Guerrero hizo una pausa. Y antes de responder, su compañero Rowdy Téllez se acercó desde su casillero para unirse a la conversación y exclamó: “Béisbol”.

“Béisbol”, coincidió Guerrero en medio de una carcajada.

Guerrero, al igual que otros jóvenes ligamayoristas en este equipo de los Azulejos cuyos padres también brillaron en la Gran Carpa, ha vivido toda su vida alrededor del béisbol. Ahora, le toca el turno a él.

Cuando Guerrero hizo su debut en Grandes Ligas el 26 de abril, el quisqueyano no comenzó a conectar jonrones a granel como todo mundo esperaba. Eso llegó un poco más tarde en el verano durante el Festival de Jonrones, en el que Guerrero la sacó del parque en 91 ocasiones. Aunque terminó perdiendo el evento en la final ante Pete Alonso, el hijo de la leyenda del mismo nombre le anunció a Major League Baseball que ha llegado para repartir cañonazos hacia las gradas durante los próximos años.

Comprensiblemente, al antesalista de 20 años de edad le tomó un tiempo para conectar el primero de dos estacazos en su 14to juego el 14 de mayo en San Francisco. Desde entonces, ha habido algunas sequías de poder, pero Guerrero ha logrado impresionar con promedio de .282 y OPS de .833 junto a 15 vuelacercas y 55 carreras empujadas en sus primeros 96 compromisos.

“Como siempre digo, llegamos aquí día a día y trabajamos bien duro”, manifestó Guerrero. “Tenemos un plan con nuestro coach de bateo [Guillermo Martínez] y tratamos de llevarlo a cabo a diario. Gracias a Dios, todo ha salido bien hasta ahora y estamos mejorando día a día”.

Guerrero y sus jóvenes compañeros también se apoyan entre ellos. Su compatriota Teóscar Hernández y el cubano Lourdes Gurriel Jr. permanecen en constante contacto con él durante los partidos. Guerrero les da crédito a sus compañeros por haberlo ayudado a ajustar su enfoque a nivel de Grandes Ligas. 

Su desempeño también ha causado grata impresión en su manager, el puertorriqueño Charlie Montoyo, quien sabía que los números de Guerrero mejorarían con el tiempo. Incluso durante las malas rachas, el dominicano se las ha arreglado para mejorar su promedio y ayudar al equipo mientras trabaja para reencontrar su swing de poder.

“Ahora el muchacho está enfocado en el plato”, destacó Montoyo. “Es una amenaza en la caja de bateo”.

El nacido en Montreal está comenzando a producir más y más como el que tuvo promedio de .331 y OPS de .945 en ligas menores. Pocos jugadores en la Gran Carpa producen turnos al bate que acaparen tanto la atención como lo hace Guerrero. Cuando el antesalista logra hacer contacto, la bola suele viajar lejos. Hasta la fecha, Guerrero ha conectado tres de los cinco batazos más duros de esta temporada, todos ellos por encima de las 118 millas por hora, de acuerdo con Statcast.

Mas allá de sus propios compañeros, como Bo Bichette (hijo de Dante) y Cavan Biggio (hijo de Craig), Guerrero sabe que forma parte de uno de los núcleos de jóvenes más emocionantes que el béisbol de Grandes Ligas haya visto. Guerrero está ansioso por emular el nivel de las demás estrellas jóvenes en la Gran Carpa – nombres como los dominicanos Juan Soto, Eloy Jiménez y Fernando Tatis Jr., además del venezolano Ronald Acuña Jr.

“Veo las mejores jugadas de la liga juego tras juego. He visto todas ellas”, confirmó Guerrero. “Casi siempre jugamos a la misma hora todos. Pero después me pongo a mirar las mejores jugadas de ellos”.