Nominación al Premio Roberto Clemente, asunto familiar para Vlad Jr.
Cuando el dominicano Vladimir Guerrero Jr. conectó un jonrón de tres carreras el viernes contra los Medias Rojas, terminó su desfile por el dugout y buscó la cámara más cercana.
Guerrero señaló el parche con el número 21 que llevaba en el pecho y levantó la camiseta para que la cámara lo viera. Era el Día de Roberto Clemente, en honor al miembro del Salón de la Fama y 15 veces convocado al Juego de Estrellas que murió en un accidente aéreo en la víspera del Año Nuevo de 1972 cuando intentaba llevaba suministros a las víctimas del terremoto de Nicaragua.
Guerrero es el candidato de los Azulejos este año al Premio Roberto Clemente. Antes del partido del viernes, el coach Luis Rivera, quien al igual que Clemente es puertorriqueño, le entregó un reconocimiento en el terreno.
En el último año, Guerrero y su familia han puesto en marcha la Fundación VG27, que ha formalizado y ayudado a hacer crecer el trabajo que ya estaban haciendo en la República Dominicana. Esto no es nuevo para Guerrero, quien mientras crecía vio las labores que emprendió su padre en su país. Pero ahora él ha tomado el relevo.
“Es muy emotivo para mí. Me siento muy agradecido de hacer esto y lo aprendí de mi padre”, dijo Guerrero. “Desde que yo era niño, él hacía eso todo el tiempo para ayudar a los niños, ayudar a otras personas, ayudar a la comunidad. Quiero seguirle los pasos. No hay nada más satisfactorio que, cada 24 de diciembre, darle algo a los niños que no tienen nada. Cuando le damos algo a un niño, es una sensación que no puedo describir”.
Las fiestas decembrinas son uno de los principales objetivos de la Fundación VG27. En invierno pasado, Guerrero, su familia y amigos cercanos distribuyeron kits completos de comida navideña a más de 1,000 familias de las zonas de Don Gregorio, Nizao y Sabana Grande de Palenque.
Estos momentos ponen a Guerrero en un lugar único, entre el niño que fue y el hombre en el que se ha convertido. Las vacaciones, en particular, le traen esos recuerdos.
“Cuando era más joven, era una bendición”, recuerda Guerrero. “Gracias a mi padre, celebrábamos la Navidad con todo, mucha comida, muchos juguetes. Creo que por eso soy así con los niños de mi comunidad. Cuando le doy un regalo a un niño, es como si mi padre me diera un regalo a mí. Es una bendición”.
Esto incluye el Día de Reyes, una tradición bien importante para la familia Guerrero. Vlad Jr. organizó una campaña de recogida de juguetes por estas fechas el pasado invierno, entregando juguetes a más de 500 niños de Don Gregorio y su región para garantizar que los pequeños de estas comunidades recibieran un juguete nuevo durante las fiestas.
La sanidad ha sido otra de las prioridades de Guerrero en su pueblo natal. Guerrero ha financiado una iniciativa para traer periódicamente profesionales sanitarios de Santo Domingo y así poder ayudar a los residentes con vacunas, recetas y cualquier dolencia de forma gratuita.
Muchas de estas ideas han surgido del trabajo que su papá ha realizado en las casi tres décadas transcurridas desde su debut en MLB, unas labores que los Guerrero siguen haciendo juntos como familia.
“Siempre lo hacemos y toda mi familia participa en eso”, aseguró el cañonero de los Azulejos. “Cuando llega el momento de ayudar a la comunidad, todo el mundo se reúne en familia. Decidimos hacerlo de la manera correcta y crear una fundación, y ha sido perfecto cómo ha sucedido”.
Establecer la fundación oficialmente no es de ninguna manera el comienzo de la labor de Guerrero, pero espera que le ayude a ampliar el trabajo que él y su gente son capaces de hacer.
Este trabajo es una tradición familiar y, si la historia nos sirve de lección, dentro de una generación oiremos hablar de otro gran Guerrero que continúe los pasos.