KANSAS CITY -- El humo salía del enorme agujero en la parte inferior de la pizarra del jardín izquierdo del Kauffman Stadium, donde el cañonazo a 111 mph del venezolano Edward Olivares acababa de dañar seriamente el panel eléctrico... e impactado el rumbo del juego.

El batazo de 452 pies, detenido sólo por la pantalla gigante ubicada sobre el edificio del Salón de la Fama de los Reales en el jardín izquierdo, empató el encuentro del domingo en el octavo inning y preparó la mesa para el sencillo de Michael Massey en la novena entrada, que le dio a los Reales una victoria por 3-2 para llevarse el último duelo de la serie contra los Nacionales.

¿Y la pizarra dañada? Bueno, Olivares no se sentía mal por lo ocurrido.

“Lo siento, pero no me arrepiento”, dijo Olivares con una sonrisa. “Empató el juego”.

Olivares, a quien los Reales se han comprometido a colocar en el jardín izquierdo mientras evalúan su rol en el club, ha estado tratando de encontrar su ritmo en mayo, con una línea de apenas .153/.231/.271 este mes. Pero él estaba bien preparado para conectar la slider cuando se paró en el plato contra Chad Kuhl en el octavo, mandando una slider que se quedó colgada directo hasta la pantalla gigante.

“Un turno puede cambiar el botón para alguien, y pueden empezar a sentirse mejor”, dijo el manager de los Reales, Matt Quatraro. “Y él realmente ha hecho buenos swings el último par de días”.