¿Podrán estos jugadores traducir su éxito de la 2da mitad al 2024?

23 de enero de 2024

Iniciar lentamente una temporada puede no ser el fin del mundo, pero tampoco es exactamente ideal. Ningún jugador quiere tener que recuperarse de un promedio por debajo de .200 en abril, o llevar una efectividad de 5.00 hasta la pausa del Juego de Estrellas, y a nadie le gusta realmente el premio de consolación que es poner buenos números “considerando lo mal que comenzó.

Dicho esto, prácticamente todos los jugadores, tarde o temprano, van a tener una primera mitad decepcionante, y muchas veces eso puede convertirse en un año decepcionante. Aquellos que no lo hacen, aquellos casos en los que un ajuste a mitad de campaña funciona a favor del jugador, una lesión persistente finalmente se cura o su suerte cambia para mejor, merecen ser destacados, especialmente pensando en un nuevo año.

Estamos en ese momento otra vez, así que echemos un vistazo. Aquí hay nueve estrellas de la segunda mitad del 2023 que buscan llevar ese impulso hacia el 2024.

Seiya Suzuki, RF, Cachorros

1ra mitad: OPS de .748 | 2da mitad: OPS de .938

Suzuki jugó solo 41 juegos para los Cachorros en el 2022 antes de ser apartado por un esguince en el dedo anular izquierdo que le costó más de un mes. Luego se perdió la mayor parte del entrenamiento primaveral y las dos primeras semanas de la temporada 2023 con una distensión en el oblicuo izquierdo. Dado eso, no fue sorprendente que realmente no encontrara su ritmo hasta julio.

Difícilmente se podría decir que la primera mitad de Suzuki fue mala, pero consiguió otra marcha después del descanso del Juego de Estrellas y solo mejoró con el tiempo. Sus mejoras culminaron en un septiembre candente durante el cual bateó .370 con nueve dobles, dos triples y siete jonrones (igualando su total de la primera mitad) en 28 desafíos. No te apresures a descartarla por ser una muestra pequeña, además, pues los números que Suzuki logró en la segunda mitad se parecen mucho a sus números en la NPB (.315/.414/.570, OPS de .984).

Ke'Bryan Hayes, 3B, Piratas

1ra mitad: OPS de .683 | 2da mitad: OPS de .874

Hayes ya es uno de los mejores antesalistas defensivos de todo el béisbol – realmente lo ha sido desde que debutó en el 2020 – pero su bate ha quedado rezagado detrás de su guante hasta ahora. Las lesiones recurrentes tampoco han ayudado mucho, y su temporada 2023 se desvió del curso cuando fue colocado en la lista de lesionados por inflamación en la espalda del 28 de junio al 6 de julio, jugó un juego y luego fue inhabilitado una vez más por la misma dolencia hasta el 1 de agosto.

Aunque fue corta, la segunda mitad de Hayes fue bastante prometedora. Ya en salud, tuvo más poder en su swing, registrando un 50.6% de tasa de batazos duros después del descanso (aumentando 3.9 puntos desde la primera parte) y conectando 10 cuadrangulares en 49 encuentros, duplicando su total de cinco en 75 cotejos de la primera mitad. Que se haya llevado su primer Guante de Oro en el 2023 es algo importante, pero mantén un ojo en su bate en el 2024.

Max Kepler, RF, Mellizos

1ra mitad: OPS de .688 | 2da mitad: OPS de .926

Kepler ha pasado gran parte de su tiempo en las Grandes Ligas intentando entrar al terreno, y 2023 no empezó mucho mejor para él. Estuvo fuera de juego debido a tendinitis de rodilla en abril y luego una distensión en el tendón de la corva izquierda en mayo. Cuando estuvo en la alineación en la primera mitad, estaba bastante claro por su poco poder y aumento en ponches que todavía no tenía realmente sus piernas a tono.

Afortunadamente, tanto para Kepler como para los Mellizos, era simplemente cuestión de tiempo. Afectado principalmente por los rodados en la primera mitad, Kepler aumentó su tasa combinada de líneas y elevados en un 6.7% después del descanso. Eso, junto con el aumento de 7.6 puntos en su tasa de batazos duros, se tradujo en los mejores resultados que Kepler ha tenido en el plato en las Mayores. A pesar del inicio lento, estableció nuevas marcas personales en tasa de batazos duros (47.9%), tasa de macetazos (12.2%), xBA (.271) y xSLG (.503), todas buenas señales de cara a su último año antes de la agencia libre.

Ryan Mountcastle, 1B/BD, Orioles

1ra mitad: OPS de .691 | 2da mitad: OPS de .893

Cuando está en su mejor momento, a Mountcastle le gusta hacer swing. Terminó la temporada 2022 con la segunda mayor tasa de swings entre los bateadores que calificaron (56.2%). Pero hasta junio de 2023, estaba trabajando con una tasa de swing del 57.7% y una tasa de perseguir bolas fuera de la zona de strike del 41.4%, la peor marca de su carrera. Luego, los Orioles lo colocaron en la lista de lesionados porque experimentaba vértigo, lo que explicó en gran medida lo que estaba saliendo mal.

La temporada de Mountcastle es bastante adecuada para esta lista: tuvo solo un turno al bate más después de su tiempo en la lista de lesionados, por lo que su regreso está casi completamente reflejado en esas excelentes estadísticas de la segunda mitad. Su tasa de perseguir bolas fuera de la zona de strike fue 6.1 puntos más baja después del descanso del All-Star (35.3%). Es solo un elemento de su juego, pero dado su poder, la mejor disciplina que mostró a finales de la campaña pasada es crucial. Conectó 33 bambinazos en su primera temporada completa en el 2021, pero 2024 podría ser el año en que se destaque como pieza central en la talentosa alineación joven de los Orioles.

MJ Meléndez, OF, Reales

1ra mitad: .622 de OPS | 2da mitad: .836 de OPS

El puertorriqueño tiene mucho poder – se ubicó en el 96to percentil entre los ligamayoristas calificados con una velocidad de salida promedio de 93.2 mph en el 2023 – pero también se ponchó 103 veces en los primeros 84 juegos de la primera mitad.

No es el caso para todos los jugadores de esta lista, pero el resurgir de Meléndez pudo haber tenido que ver con la pausa del Juego de Estrellas, momento que utilizó para hacer unos ajustes en su mecánica que terminaron ayudándolo a dar el siguiente paso en la segunda parte, cuando sus tasas de pitcheos perseguidos, de swings fallidos y de ponches disminuyeron considerablemente. La mejoría de Meléndez con el bate es particularmente importante, ahora que es un patrullero a tiempo completo, luego de que los Reales lo movieran definitivamente desde la receptoría.

Jameson Taillon, abridor, Cachorros

1ra mitad: EFE de 6.15 | 2da mitad: EFE de 3.70

Luego de unas temporadas plagadas de lesiones, Taillon hizo 29 aperturas en el 2021 y 32 en el 2022. Lanzó bien pero nunca se sintió como una mejoría progresiva en su carrera. Esa tendencia continuó en el 2023. Durante el primer mes con los Cachorros, cuando estaba desarrollando su pitcheo sweeper, se vio apartado tres semanas por una distensión en la corva izquierda. Perdió el agarre de sus envíos y su defensa produjo -10 Outs por Encima del Promedio, ubicándose en el el foso de la liga. Su FIP de la primera mitad (4.90) no es reluciente, pero hubiese sido mejor que su efectividad.

Desde entonces Taillon ha hablado sobre sus ajustes, tanto mecánicos como mentales. Eso lo ayudó a encaminar su año luego de verse con una efectividad cercana a 7.00 antes de empezar el mejor mes de su temporada, el 7 de julio ante los Yankees (ocho tramos en blanco de un hit). Mejoró considerablemente sus pitcheos en la zona y su tasa de swings fallidos, junto a su relación de ponches-boletos, dejando las bases para el que puede ser un mucho mejor segundo año en Chicago.

Freddy Peralta, abridor, Cerveceros

1ra mitad: EFE de 4.70 | 2da mitad: EFE de 2.81

Quizás todo esto recaiga sobre el llamado ritmo. El dominicano estaba teniendo una temporada carrera en el 2021, cuando empezó a sufrir una inflamación en el hombro derecho, que continuó en el 2022. Entre eso y una distensión en el músculo lateral, Peralta nunca se vio dominante en 18 presentaciones (17 aperturas) ese año. Volvió más fuerte en el 2023, pero seguía sin contar con esa recta de cuatro costuras que lo impulsó al éxito en el pasado. Ese pitcheo generó una tasa de ponches de 35.5% en los dos años previos, antes de registrar 24.9% en la primera mitad de la campaña pasada.

Afortunadamente para él – y para los Cerveceros – sólo necesitaba de tiempo para encontrar su forma. Su tasa de ponches con dicho pitcheo ascendió a 41.5% después del Juego de Estrellas, registrando la segunda mayor cantidad de abanicados en la segunda parte (103 en 73.2 innings, únicamente por detrás de los 115 Spencer Strider). Asumiendo que está en salud, ese éxito podría trasladarse al 2024.

Robert Stephenson, relevista, Angelinos

1ra mitad: EFE de 4.45 | 2da mitad: EFE de 1.50

Los Rays enviaron al infielder de liga menor Alika Williams a los Piratas el 2 de junio a cambio de un Stephenson que estaba teniendo problemas. Y como han hecho en muchas otras ocasiones, ayudaron al monticular a encontrar su mejor versión. Stephenson tenía un excelente slider, su problema por años había sido su recta de cuatro costuras – en el 2023 promedió 96.8 mph con ese pitcheo y los contrarios le batearon .300 con slugging de .575.

Con la ayuda del coach de pitcheo de Tampa Bay, Kyle Snyder, Stephenson no dejó de tirar la recta, pero hizo algunos ajustes a su mejor pitcheo. Funcionó. Técnicamente dejó de ser un slider. Con el rompimiento que tiene ahora, es categorizada como cutter por Statcast. Para septiembre, la estaba lanzando en el 70% de las veces y los contrarios nunca lograron descifrarla, yéndose de 79-8 (.101) con una tasa de swings fallidos de 59.9%.

Pierce Johnson, relevista, Bravos

1ra mitad: EFE de 6.49 | 2da mitad: EFE de 0.96

Johnson pasó la primera mitad de la temporada con los Rockies, siendo el Coors Field su casa, algo que probablemente tuvo algo que ver en sus resultados. Para el 24 de julio, cuando fue cambiado a los Bravos, registraba un porcentaje de carreras limpias de 7.23 en casa y 4.11 en la ruta.

Con los Rockies, Johnson generó una tasa de rodados de 29.6% (bien por debajo de la media de la liga de 43.1%) y negoció casi seis boletos por cada nueve innings. Los Bravos ayudaron a cambiar su suerte con un nuevo plan: Confiar en su mejor pitcheo y producir contacto. Johnson elevó la utilización de sus curvas de 53% en Colorado a 74.6% con Atlanta, elevando su tasa de roletazos a 55.8%, disminuyendo al mismo tiempo su cantidad de ponches (1.9 BB/9).