Fernando Salas reflexiona sobre su carrera en su visita a Anaheim

19 de junio de 2018

La temporada del béisbol de Grandes Ligas es desgastante con sus 162 compromisos, pero a veces uno debe detenerse a oler las rosas y recordar de donde vino para apreciar adonde llegó. Eso fue exactamente lo que hizo al regresar a Anaheim como integrante de los Arizona Diamondbacks, reflexionando sobre las lecciones aprendidas durante un pasado muy exitoso que potencian al relevista mexicano en la actualidad.
"El estar en este equipo con la comunidad mexicana, que ya sabes que es mucha y me recibió muy bien junto a los coaches y el plantel, fue una experiencia muy bonita", dijo Salas, quien contó con una marca de 14-8 con 6 juegos salvados y un Promedio de Carreras Limpias de 3.93 durante sus 4 temporadas parciales en Anaheim (2014-2017).
Salas gozó de una de las mejores campañas de su carrera en el 2016, primero con los Angels y luego llegando a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional con los New York Mets. Esa gran temporada comenzó con Mike Scioscia, el manager de los Angels, confiando en él durante situaciones clave de alto riesgo.
"Siempre he tenido la mentalidad de tratar de ayudar al equipo. En aquel entonces tuve la oportunidad de ser cerrador y lo hice bien. "Mike me dio la oportunidad y siempre estaré muy agradecido con él. Siempre le deseo lo mejor también a [los Angels]… Si el manager te da la oportunidad es porque cree en ti, y uno tiene que creer en sí mismo, ya sea cerrando juegos o en otra situación", recordó el veterano con nueve años de experiencia en las Grandes Ligas.
Scioscia habrá sido el que le otorgó las llaves de las entradas definitivas, pero fue el coach de lanzadores Mike Butcher el que supo ser su mentor y amigo por muchos años más.
MAESTRO Y LANZADOR
Butcher fue el coach de lanzadores en Anaheim entre el 2007 y el 2015 antes de volverse a ver con Salas en Arizona este año. El lazo entre ambos no ha hecho más que fortalecerse con el paso del tiempo.
"Más que un coach, es como un amigo. Me ayudó mucho en Anaheim. Es un señor que sabe mucho de béisbol, y parte de lo que he aprendido también se lo debo a él", Salas dijo sobre Butcher.
Butcher se emocionó por el gran aprecio que uno de sus pupilos tiene por él y le devolvió las flores al elogiarlo como jugador y persona.
"[El ser llamado un amigo] significa mucho para mí, ya que uno aspira a generar relaciones con sus jugadores y ganarse su confianza", dijo Butcher.
"Era una cosa constante de mejorar y ajustar su movimiento como lanzador cuando él estaba en Anaheim, de hacerlo más repetitivo y consistente. Beneficioso para él".
Esos ajustes le permitieron volver a recuperar la confianza que había perdido en el 2013 en St. Louis con una marca de 0-3 y un PCL de 4.50.
"[Butcher] me da la confianza en el día a día, bateador a bateador", expresó Salas, quien culminó el 2014 con una marca de 5-0 y un PCL de 3.38, el mejor de toda su trayectoria, durante su primer año en la Liga Americana.
Butcher se marchó de Anaheim en el 2015 y ya había querido traer a Salas a Arizona el año pasado cuando Torey Lovullo asumió como flamante manager de los D-backs. Ellos dos habían hablado por teléfono sobre esa posibilidad, pero el lanzador azteca terminó incorporándose a los Mets.
El destino quiso que Salas si termine aterrizando en Arizona un año más tarde tras ganarse un lugar en el equipo de la manera más ardua, como invitado que no formaba parte del plantel
"Él siempre ha sido alguien que le da mucho movimiento a la pelota con el spin rate", dijo Butcher. "Algunos tipos cuentan con esa bendición. Es obvio que el contar con una buena relación con Fernando ayuda, pero él salió al diamante y se ganó el puesto como invitado en la primavera. Él ha sido genial para nosotros, muy confiable".
Salas, por su parte, insiste con que "nada ha cambiado" mientras intenta ayudar a los D-backs a ganar su división.
"Sigo siendo el mismo lanzador de siempre", él dijo.
Ese es el lanzador al que el cuerpo técnico considera "muy respetado" por sus compañeros en el bullpen y el que es amigo de todos, ya sea su compatriota o el relevista japonés . El que sigue dando lo mejor de sí noche tras noche.