Lourdes Gurriel Jr. emocionado por un nuevo comienzo con los D-backs

25 de febrero de 2023

SCOTTSDALE, Arizona -- Cuando a le mostraron después de la práctica del jueves una foto tomada hace siete años, una gran sonrisa cubrió su rostro de oreja a oreja. La imagen, en la que se ve a un Gurriel de 22 años, con cara de niño, estrechándole la mano a Clayton Kershaw, es un recordatorio de que esta nueva era para él en las Grandes Ligas está a punto de brindarle la oportunidad de completar una tarea pendiente.

“Fue una experiencia hermosa”, dijo Gurriel, recordando la primera vez que conoció a un jugador de Grandes Ligas. “Todo se siente como si pasa muy rápido. Nunca tuve la oportunidad de jugar contra los Dodgers, o en ese estadio, así que espero tener esa oportunidad”.

En diciembre del 2015, un grupo de jugadores de MLB, incluyendo a Kershaw, el venezolano Miguel Cabrera y Jon Jay, visitaron Cuba en un viaje de buena voluntad, con la esperanza de cerrar la brecha entre el país y los EE. UU. a través del béisbol. En ese viaje, Jay le presentó a Gurriel a Kershaw y a Cabrera en una clínica de béisbol. Recuerda que las estrellas fueron amables, se tomaron el tiempo para hablar con él durante un par de minutos. Fue un momento que lo marcó. Gurriel era considerado un gran prospecto, que llamaba la atención por su increíble habilidad defensiva y su destreza natural para batear la pelota a todos los rincones del terreno.

Apenas dos meses más tarde, Lourdes y su hermano mayor, Yuli Gurriel, desertaron de Cuba después de la Serie del Caribe, en busca de la oportunidad de hacer sus propias vidas y carreras en los Estados Unidos. Ahora, siete años después, Gurriel ha llegado a Arizona, listo para comenzar este nuevo capítulo de su carrera y de su vida.

“Me siento bien aquí”, dijo Gurriel. “El estadio está cerca, mi familia está bien. Eso es lo principal. El equipo me ha recibido muy bien. Llevo aquí unas dos semanas y me siento como si ya era parte de este equipo antes”.

Gurriel y el receptor venezolano Gabriel Moreno fueron adquiridos por los D-backs desde los Azulejos a cambio del jardinero Daulton Varsho el 23 de diciembre. Moreno, el prospecto número uno de Toronto, era visto como la pieza principal del movimiento, pero Gurriel no se quedaba atrás. La línea ofensiva de su carrera de .285/.329/.468 durante cinco temporadas en Toronto lo convirtió en pilar en una alineación muy completa.

A pesar de que sus números de poder cayeron (.466 de slugging en el 2021 frente a .400 la temporada pasada), su reputación como toletero se extendió por toda la liga. Su porcentaje de ponches mejoró (de 18.9% a 16.8%), su porcentaje de embasarse aumentó (.319 a .343) y estuvo al menos en el percentil 78 en velocidad de salida promedio, porcentaje de batazos duros y tasa de ponches. Su habilidad para tomar buenos turnos de forma consistente es una de las numerosas cualidades que el manager Torey Lovullo ha visto en el jugador de 29 años durante los primeros días de los entrenamientos primaverales.

“Lourdes es alguien que nos da un poco de estabilidad desde el lado derecho del plato gracias a sus turnos profesionales”, dijo Lovullo. “Ha tenido algunos años realmente buenos. Sé que luchó contra una lesión en la mano el año pasado, algo que sabían muy pocos. Pero continúa trabajando en ese enfoque profesional, tratando de irse siempre hacia el centro del terreno. Esas son las cosas que nos gustan”.

Gurriel está bien motivado para estar a la altura de las expectativas de Lovullo. Le obsesiona ayudar al equipo en lo que sea posible. Su primer objetivo es mantener un sitio en los jardines junto a Corbin Carroll (el prospecto número 1 de Arizona, según MLB Pipeline) y Alek Thomas. Es una oportunidad que Gurriel disfruta, y está más que preparado para asumir un rol de líder a medida que se presente la oportunidad.

“Es algo bueno”, dijo, refiriéndose a todo el talento que hay dentro del clubhouse, algo que ha generado mucho optimismo en el campamento. “He tenido buena comunicación con el resto de los muchachos, con [Evan] Longoria y [Ketel] Marte. El equipo está en una buena posición para empezar a ganar”.

En cada paso del camino, Gurriel se ha esforzado por hacerse un nombre. Desde que comenzó a jugar, lo ha seguido el apellido de su famoso padre, Lourdes, y de su hermano, Yuli, dos leyendas del béisbol cubano. La familia es lo más importante para él, pero cuando entra al terreno, lo impulsa la necesidad de hacerse su propio camino en el béisbol.

“Es algo que siempre quise y que siempre fue difícil”, dijo. “Porque siempre fue, el hijo de, o el hermano de. Ahora, es bueno ser medido por quién tú eres, lo que has hecho y lo que puedes lograr”.