Abreu, motivado por los éxitos de White Sox

6 de julio de 2021

MINNEAPOLIS -- Cuando el cubano José Abreu fue golpeado en la rodilla izquierda por un lanzamiento de JT Chargois en el partido de sus White Sox contra los Marineros el 27 de junio, el inicialista temió lo peor. El miedo y el enojo fueron evidentes con la manera en que Abreu tiró su casco mientras se quejaba del dolor en el suelo.

“Sí, pensé que había una fractura, porque no sentía mi pierna”, reconoció Abreu durante una sesión con los medios en la cueva del Target Field el martes. “No podía apoyar la pierna de la rodilla para abajo.

“Gracias a Dios, no fue así. Me recuperé con rapidez, pero definitivamente fue un momento de mucho miedo”.

En el transcurso de la temporada del 2021, se han visto varios momentos de miedo y casi irreales para Abreu.

Aparte del bolazo en el juego frente a Seattle, Abreu se estrelló con Hunter Dozier de los Reales tratando de atrapar un elevado de foul del mismo Dozier en el primer partido de una doble jornada el 14 de mayo. Sufrió una lesión en el tobillo izquierdo dos días después mientras corría desde la tercera base para anotar la carrera de la victoria. Y el 9 de junio, Abreu fue golpeado en la canilla izquierda por un bate que tiró el árbitro del plato Erich Bacchus cuando trataba de apartarlo para que Jake Lamb anotara.

Sin embargo, tras 85 partidos de los Patipálidos, de alguna manera Abreu ha disputado 79. El cañonero es la bujía para sus compañeros, como le señaló el relevista zurdo Aaron Bummer recientemente a MLB.com, siempre luchando para mantenerse en el terreno y para ayudar a su equipo.

Después de que probó un poco el éxito colectivo en el 2020 tras seis años de decepciones desde que se integró a los Medias Blancas, el hecho de que su equipo esté en la cima ayuda a aliviar un poco las dolencias de Abreu.

“Ganar es una de las cosas más dulces que un atleta puede tener”, dijo Abreu. “Es algo que te motiva y te mantiene avanzando.

“Para eso trabajas, porque quieres ganar. Es algo que ni sé describir. Si ganas, no importa nada más. Ni la edad, ni el dolor. Nada de eso importa, porque estás triunfando”.

Abreu enfrentó obstáculos en el mes de abril, pero luego bateó .333 con OPS de 1.057 y 27 impulsadas en mayo. Terminó con promedio de .182 y dos jonrones en junio, pero en seis compromisos de julio, lleva promedio de .346 y slugging de .577, con dos vuelacercas y nueve impulsadas.

Está entrando en uno de esos ritmos que lo impulsaron al premio a Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2020 y lo han convertido en una de las figuras con mayores logros en la historia de la franquicia. A los 34 años y después de lidiar con varios inconvenientes físicos esta campaña, Abreu todavía se siente bien.

“No puedo negar que ya soy un veterano. En ocasiones, me siento un poco cansado por la mañana”, indicó Abreu. “Pero eso no me impide hacer lo que me encanta. Me despierto, voy al gimnasio, entreno y trato de estar listo para ese día. No tengo que demostrarle nada a nadie. Solamente hago las cosas para demostrarme a mí mismo que puedo hacerlo. No necesito hacer las cosas para otros.

“Mi familia es mi fuerza. Vengo cada día a dar lo mejor y honrarlos. Sé que tengo el respaldo de ellos. No importa si estoy adolorido; debo estar a su lado. Mi madre, mi esposa, mis hijos lo son todo para mí. Ésa es la manera en que puedo honrarlos; eso es lo que sé hacer. Además, ésa es otra manera de agradecerle y honrar [al dueño de los White Sox] Jerry [Reinsdorf]. Ha hecho mucho por mí y ésta es la manera en que puedo pagarle, jugando fuerte de cualquier manera”.