Arozarena y García, amigos y ahora estrellas

8 de junio de 2021

ARLINGTON – Dos horas antes de que los Rangers y los Rays se enfrentaran durante uno de los juegos de la serie del fin de semana pasado, el cubano Adolis García salió de la zona de la jaula de bateo ubicada en el home plata del Globe Life Field y se sentó en la parte de atrás de un pequeño tractor de servicio que estaba aparcado en territorio de foul cerca del dugout de visitantes.

Y allí, el jardinero novato de los Rangers estuvo sentado por una hora, hablando con un amigo cercano que vestía el uniforme de los Rays: Su compatriota Randy Arozarena.

La relación entre García y Arozarena se remonta a muchos años atrás. Ambos se criaron en Cuba. Ambos fueron firmados por los Cardenales. Cuando se reportaron a sus primeros entrenamientos en el 2017, fueron compañeros de habitación. Y allí, reveló Arozarena, fue cuando el lazo que los une se hizo más fuerte que nunca.

“Los dos tenemos una historia parecida y crecimos jugando juntos”, dijo García. “Poder encontrarnos aquí otra vez en las Grandes Ligas es algo bien especial. Espero poder hacer las cosas que él está haciendo aquí en las Mayores y también demostrar que puedo ser el mismo tipo de jugador”.

Los dos siguieron caminos notablemente similares hasta alcanzar el éxito en la Gran Carpa. Los Rays adquirieron a Arozarena de los Cardenales en enero del 2020 y lo vieron convertirse en la sorpresiva e incuestionable estrella de la postemporada de ese año. Cuando San Luis designó a García para asignación en diciembre del 2019, Texas lo adquirió por dinero en efectivo, lo subió para tres juegos la temporada pasada y luego le dieron rienda suelta en abril.

Durante los últimos dos meses, García, de 28 años, se ha establecido como candidato a Novato de Año de la Liga Americana – quizás más que el propio Arozarena, de 26 años – bateando .277/.314/.549 con 16 jonrones y 42 empujadas tras 51 juegos.

Pero no sería correcto decir que nadie veía venir esto. Por ejemplo, el coach de bateo de los Rangers, el dominicano Luis Ortiz, fue bastante claro a principios de esta campaña al hablar de García: “Él podría ser el próximo Randy Arozarena”. Y quizás no haya nadie al que le sorprenda menos – y le produzca más felicidad -- lo que está haciendo García que el propio Arozarena.

“Lo conozco desde hace bastante tiempo y lo que está haciendo es lo que yo siempre lo he visto hacer”, confesó Arozarena. “Es un buen pelotero. Trabaja duro y es bueno poder verlo aquí y apoyarlo. En lo que sea que lo pongan a hacer en este juego, lo hace bien”.

El manager de los Rangers, Chris Woodward, observa que las semejanzas entre los dos guardabosques cubanos van más allá de los caminos similares al éxito y las explosiones en el plato.

“Lo que Arozarena hizo el año pasado en los playoffs fue bien cool. Llegó y nadie sabía realmente quién era hasta ese momento”, contó Woodward. “La primera persona en la que pensé fue en Adolis, porque yo sabía que, obviamente, también estaba con ellos. Y el estilo de juego también, los dos disfrutan mucho en el terreno. Son dos jugadores súper talentosos, de esos que provoca ver. Tienen la tendencia a llamar la atención por la forma en la que juegan el béisbol. Y obviamente, viniendo del mismo país, el hecho de que crecieron siendo amigos es una historia muy bonita”.

Cuando Arozarena estaba atormentando a los lanzadores contrarios durante su histórica actuación en la postemporada del 2020, siempre estuvo en contacto con García. Arozarena reveló que su amigo siempre lo estaba llamando o mandándole mensajes de texto para felicitarlo y apoyarlo. Y luego de la derrota de los Rays en el Juego 6 de la Serie Mundial en el Globe Life Field, el primer lugar que Arozarena visitó fue la casa de García.

“Hablamos mucho durante la Serie Mundial y los playoffs el año pasado. Es un buen amigo. Nos gusta apoyarnos el uno al otro y ayudarnos de cualquier forma que podamos”, aseguró Arozarena. “Me dijo, ‘Es el mismo juego que jugábamos cuando éramos niños, excepto que ahora hay más cámaras’”.

Jugar a este nivel es lo que siempre soñaron Arozarena y García, el tema del que siempre conversaban cuando eran compañeros de habitación. Las conversaciones que tuvieron este fin de semana fueron probablemente distintas a aquellas sostenidas hace cuatro años, pero la amistad y el apoyo no han cambiado.

“Cuando llegamos aquí por primera vez, los dos éramos bien jóvenes. No sabíamos muy bien cómo funcionaba el sistema”, dijo Arozarena. “Siempre nos estábamos ayudando uno al otro, tratando de apoyarnos como pudiéramos. Eso nos ayudó a conseguir nuestra meta, llegar a las Grandes Ligas. Siempre nos hemos apoyado uno al otro. Todavía lo hacemos y ahora que estamos aquí, tenemos que seguir motivándonos”.