¿Beisbolista y ventrílocuo? Hubo uno que hizo expulsar a varios

7 de enero de 2023
Art by Tom Forget

En los últimos 150 años, ha habido un número importante de jugadores de béisbol que han apelado a sus talentos (no necesariamente relacionados al deporte) para ayudarse en el diamante.

Waler Carlisle, el ex acróbata de circo, logró completar un triple-play desde el jardín central.

Rube Foster utilizó sus habilidades de fumar una pipa para enviar señales a sus jugadores sobre cómo correr las bases.

Pat Venditte apeló a sus habilidades ambidextros para convertirse en el primer lanzador de las dos manos en la historia del béisbol profesional.

Pero uno de los talentos más raros--y vamos a sincerarnos, de los talentos más geniales--lo tenía el lanzador Jack “Waddy” Wadsworth.

Probablemente nunca hayas escuchado hablar sobre Jack. No era muy bueno jugando béisbol.

El derecho lanzó cuatro temporadas en las Mayores (una con las Arañas de Cleveland, una con los Orioles y dos con los Coroneles de Louisville), terminando con récord de 6-38 y una efectividad de 6.85. Otorgó 100 bases por bolas más de los ponches que sumó en su carrera. Incluso impuso un récord de baja eficiencia durante un juego disputado en 1894.

Pero a pesar de que Wadsworth nunca pudo retirar a muchos rivales desde el montículo, sí podía hacer que los botaran. De los partidos, claro. Aquí, un perfil profundo del oriundo de Ohio que fue publicado en la edición de julio de 1952 de Baseball Digest

“El salto a la fama que dio [Wadsworth] fue debido al hecho de utilizar pelotas que se habían usado en juegos para practicar su extraño talento como ventrílocuo. En el proceso, causó que varios bateadores fueran expulsados de los partidos; jugadores que nunca habían sido sacados antes”.

Así es. Al igual que el gran Edgar Bergen, Wadsword proyectaba su voz desde le lomita hacia el plato para enviar a los bateadores a las duchas.

Y según el Digest, Wadsworth elegía ciertas oportunidades oportunas para usar su talento oculto. Esperaba “situaciones reñidas” en el juego o cuando los “bateadores destacados” estaban en el plato. Una vez hizo que Dan Bouthers, apodado “Big Dan”, fuese expulsado de un partido al imitar un insulto hacia el umpire Tim Hurst.  

“Si no malgastaras tu dinero en bebida, su esposa no tendría que lavar ropa ajena”.  

Bouthers no pudo haber estado muy contento con eso.

En otra ocasión, Wadsworth hizo algo parecido con el futuro Salón de la Fama Roger Connor, quien era el líder de cuadrangulares de todos los tiempos antes de que Babe Ruth le arrebatara el título. Connor entró a la caja de bateo buscando expandir su total histórico de jonrones. Pero de alguna manera, un comentario mordaz salió de boca hacia el umpire Hank O’Day, sin que sus labios se movieran. 

“Hank, eres muchas cosas que detestaría ser”.  

Despiadado. 

O’Day, quien se encuentra en el tercer lugar en la lista de todos los tiempos en cuento a expulsiones se refieren, no perdió tiempo en echar a Connor del partido.

Even Wadsworth's teammates didn't know he was throwing his voice. That is, until he appeared on a local church program as a ventriloquist act. And eventually, after one too many times, umpires became, as Digest put it, "hep" to Wadsworth's tricks. He didn't try it any longer.

But maybe it's something, more than 100 years later, teams can work with pitchers on this spring? Maybe every club should hire a team ventriloquist. Fastball's not what it used to be? Try throwing your voice to make Mike Trout call Dan Iassogna a nincompoop.

Aren't those the types of intangibles baseball scouts always talk about?