Cinco conclusiones de la migración del ‘Oso Polar’ a Baltimore

10 de diciembre de 2025

Justo cuando parecía que las Reuniones Invernales perderían fuerza después de que los Filis renovaran a Kyle Schwarber y los Dodgers se hicieran con los servicios del cerrador puertorriqueño Edwin Díaz... los Orioles realizaron quizás el movimiento más impactante de la temporada baja hasta el momento.

Los Orioles, ansiosos por un bate de poder derecho, acordaron un contrato de cinco años y US$155 millones (según una fuente) con el líder histórico de jonrones de los Mets, poniendo fin a su etapa en Queens y demostrando la urgencia con la que Baltimore intenta borrar el mal sabor de boca de la pasada campaña.

Aquí hay cinco puntos clave de la llegada de Pete Alonso a Baltimore.

1. Esta era del béisbol de los Mets ha terminado oficialmente

¿Recuerdan la temporada baja pasada, cuando la última vez que habíamos visto a Alonso fue conectando el jonrón más oportuno de su carrera contra los Cerveceros en la Serie del Comodín de la Liga Nacional? La mayoría no podía imaginarlo sin el uniforme de los Mets. Ahora que el cañonero vestirá la camiseta de otro equipo el próximo año, se siente considerablemente menos impactante esta vez.

Eso se debe en parte a que los Mets terminaron esta última campaña de una manera mucho menos agradable, pero quizás más porque este equipo de verdad siente que está listo para girar hacia la próxima generación de jugadores, dado el cambio de Brandon Nimmo y la partida el día anterior de Edwin Díaz.

Los Mets del 2025 estrenaron a tres grandes prospectos del pitcheo abridor (Nolan McLean, Brandon Sproat y Jonah Tong), y en cuanto a los jugadores de posición, tienen al infielder/jardinero Jett Williams, al patrullero Carson Benge y (más puntualmente para esta conversación) al inicialista Ryan Clifford entre los que vienen en ascenso.

Hace un año, era difícil imaginar a los Mets sobreviviendo sin Alonso en el medio de su alineación. ¿Ahora? Es difícil imaginar que encontraran un lugar para él durante los próximos cinco años. En ese sentido, un acuerdo del que Alonso se salió inmediatamente pudo haber sido el escenario ideal.

2. Los Orioles no están jugando

El mayor temor entre los aficionados de los Orioles cuando cambiaron al derecho Grayson Rodríguez por el veterano jardinero Taylor Ward era que, viniendo de una temporada tan decepcionante, eso sería todo. ¿Abordaría este equipo su déficit de pitcheo? ¿Aprovecharían el momento y harían lo necesario? Eso no debería ser una preocupación ahora.

La considerable inversión en Alonso es una señal de que la gerencia de los Orioles entiende que tienen que ganar, y tienen que hacerlo ahora mismo. También es una señal de que están dispuestos a -- por fin -- comenzar a gastar dinero real alrededor de ese núcleo desarrollado en casa. Y la mejor parte es: Seguramente no han terminado.

Los Orioles todavía tienen esa necesidad de pitcheo, y no gastas dinero así en Alonso sin estar dispuesto a invertir algo más en la rotación. Los Orioles no se están quedando de brazos cruzados este invierno como algunos fans temían. Eso tiene que ser un gran alivio.

  1. Los Medias Rojas necesitan un plan B

El equipo, aparte de los Orioles (y los Mets), que estuvo más vinculado con Alonso en esta temporada de estufa caliente fue indudablemente los Medias Rojas, quienes necesitan un bate de poder veterano de la misma manera que los Orioles.

Quizás se pueda entender por qué los Medias Rojas dudaron en darle a Alonso un contrato tan largo y grande como el que le otorgaron los Orioles, pero eso no cambia el hecho de que todavía necesitan ese madero de poder. Después de perder a Alonso y a Kyle Schwarber, no quedan muchos de esos. Alex Bregman siempre podría ser una posibilidad para regresar, aunque no tiene exactamente el poder que tienen esos dos. Podrían buscar un cambio, aunque la mayoría de los nombres en el mercado parecen ser más del molde de "bateador profesional" que de toletero de poder (el dominicano Ketel Marte y Brendan Donovan, por ejemplo).

Los Medias Rojas necesitan más ofensiva, y un rival de división acaba de conseguir a uno de los pocos hombres en el tablero que indudablemente les habría dado eso.

4. El poder élite vale oro

No hace mucho tiempo que chicos como Alonso y Schwarber eran valorados de forma bastante barata por el mercado. Hablamos de jonroneros que no hacen mucho más, que son fuertes pero también lentos, se ponchan mucho y no te dan mucho (o nada) a la defensiva. Podías conseguir a muchachos como, digamos, Josh Bell, el dominicano Carlos Santana o Rhys Hoskins con contratos a corto plazo y de costo bastante bajo.

Ahora, Schwarber y Alonso son obviamente mejores bateadores que los mencionados. Pero ahora se les paga como si fueran campocortos, como jugadores que te aportan todo tipo de herramientas en lugar de sólo esa gran cualidad. Por un lado, es un riesgo: Estos no son el tipo de jugadores que siempre envejecen bien. (Pregúntenle a los Orioles sobre Chris Davis, cuyo contrato pudo haber sido el que sacó de estilo este tipo de acuerdos por un tiempo). Pero por otro lado, muestra cuán raro se ha vuelto un poder como el de ellos... y cuánto tienes que pagar por él.

5. Ya es difícil quedarse en un solo equipo

Este octubre, vimos a Clayton Kershaw, el futuro miembro del Salón de la Fama y líder histórico en bWAR para la franquicia de los Dodgers, retirarse después de pasar los 18 años de su carrera en Los Ángeles. Uno de los factores que hizo esto tan conmovedor fue lo raro que es ver a un jugador pasar toda su carrera con una sola novena hoy en día. Alonso, de nuevo, el líder histórico de cuadrangulares de los Mets, parecía que teóricamente podría hacerlo, pero ahora sabemos que no será así. Los mejores jugadores activos con temporadas en su equipo actual, y sólo con su equipo actual, son:

  • Mike Trout, Angelinos: 15 temporadas
  • José Altuve, Astros: 15 temporadas
  • Salvador Pérez, Reales: 15 temporadas
  • José Ramírez, Guardianes: 13 temporadas

¿Se quedarán todos esos jugadores con sus equipos el resto de sus carreras? ¿Están seguros? Porque habríamos dicho eso sobre Alonso no hace mucho tiempo también. Que sea tan raro es la razón por la que debería ser tan apreciado.

Alonso tuvo una gran etapa en Flushing. Pero, cada vez más, siempre se siente que debe llegar el momento de partir.