Del abismo al éxito, nunca flaqueó la confianza de Geraldo Perdomo

19 de junio de 2023

PHOENIX – Geraldo Perdomo ha pasado de batear .195/.285/.262 en 500 visitas al plato en el 2022—su primera campaña completa de Grandes Ligas--a .293/.396/.467 (OPS de .863) con OPS+ de 138 en la presente temporada.

Para muchos jugadores jóvenes, la debacle ofensiva del año pasado hubiese sido devastadora para su confianza e incluso su futuro en el mejor béisbol del mundo. Pero para el torpedero dominicano de los Diamondbacks, fue simplemente un obstáculo a superar. Y vaya que lo ha superado Perdomo, pieza clave a sus 23 años de un equipo de Arizona que encabeza la División Oeste de la Liga Nacional.

“Verdaderamente súper contento”, dijo Perdomo sobre cómo le ha dado la vuelta a su trayectoria con el madero. “Creo que todo viene del año pasado, desde la offseason, de lo que trabajé, sabes, la rutina que uno tiene. Yo creo que eso ha sido lo más importante de este giro de 180 grados que hemos tenido”.

Llegando de manera apresurada al papel de campocorto titular de los Diamondbacks hace un año cuando se lesionó el veterano Nick Ahmed, Perdomo salió al terreno día tras día—en unos Diamondbacks fuera de la pelea—en su durísima prueba de fuego del 2022. Después de la campaña, los instructores Joe Mather y Damian Easley le dieron algunas indicaciones para afinar su estilo de batear y su swing, antes de mandarlo a jugar en la República Dominicana con las Águilas Cibaeñas en el invierno del 2022-23.

“Trabajamos en su base, la parte inferior del cuerpo”, dijo al respecto Mather, coach de bateo de los Diamondbacks, “para que compitiera e hiciera los ajustes”.

Fueron apenas seis partidos con las Águilas, pero en 26 visitas al plato, Perdomo bateó de 20-9 (.450), con cuatro bases por bolas y un solo ponche. Tanto Perdomo como el manager de los Diamondbacks, Torey Lovullo, señalan ese trecho en la Liga Dominicana como un momento clave para que el oriundo de Santo Domingo repuntara en el 2023.

“Hizo algunas mejorías en su swing”, expresó Lovullo al referirse al tiempo de Perdomo con los “Mameyes” en R.D. “Había algunos elementos de su swing que no eran limpios ni puros. Él corrigió eso y desde entonces, ha hecho un gran trabajo a la hora de impactar la bola. Creo que el buen inicio le ayudó en su confianza, y ya ves en qué se ha convertido: Un jugador bien consistente para nosotros”.

NO HAY CONTACTO DURO, PERO TAMPOCO HAY PROBLEMA

En cuanto a las métricas avanzadas se refieren, Perdomo es un caso atípico. Está en los percentiles más bajos en torno a contacto duro, velocidad de salida, barriles y slugging esperado. Pero está levantando la bola más que el año pasado y su promedio con bolas puestas en juego es de .346, lo cual explica en parte sus éxitos. Otro elemento clave es la paciencia y la disciplina en el plato. Perdomo está por encima del 90 percentil en tasa de swings a pitcheos fuera de la zona y swings en blanco, con un porcentaje de bases por bolas del 12.9. Además, ve más de cuatro pitcheos por visita al plato, más que el promedio de la liga.

“El buen ojo es algo que siempre ha tenido, pero creo que es algo que ha llevado a otro nivel este año”, dijo Mather acerca de Perdomo. “Está viendo muchos pitcheos en cada turno. Cuando sí le hace swing al primer lanzamiento, normalmente es un buen pitcheo para batear. El contacto duro no es necesario para ganar un juego de Grandes Ligas, ni para ser un jugador de todos los días en las Mayores. Lo que en verdad es más necesario es tener buen ojo y embasarse de una manera u otra”.

Perdomo está bien consciente de ese fuerte en su juego.

“Yo creo que eso es una bendición que Dios me dio”, manifestó Perdomo al tocársele el tema. “Desde ligas menores, he sido yo así. He sido disciplinado en el plato. A veces, depende de cómo vaya el juego, pero yo creo que eso es una bendición de parte del Señor. No todo el mundo tiene esa disciplina, pero yo creo que lo mío fue una bendición”.

Una vez un prospecto de lujo de los Diamondbacks, Perdomo—como muchas otras promesas—sufrió algo con la cancelación de la temporada de liga menor en el 2020, debido a la pandemia. Entonces, más impresionante aun es este resurgir en el mayor nivel del béisbol, en un equipo puntero, ya que el quisqueyano está teniendo su primera buena temporada de verdad desde el 2019.

Pese a todo, nunca flaqueó la confianza.

“La confianza, a veces sube y baja. Pero cuando tú mantienes esa confianza, las cosas fluyen”, dijo Perdomo, quien con su bate se ha ganado la mayor parte del tiempo de juego en las paradas cortas de Arizona, pese a una recuperación total de Ahmed. “El año pasado, quizás fue un año un poquito difícil, pero aun así, yo tengo todo el tiempo mi confianza”.

Lovullo ve eso mismo todos los días.

“El año pasado, hubo mucho dolor mientras él crecía como pelotero”, dijo el capataz. “Pero ahora estamos disfrutando los frutos de esa labor”.