Edgar Martínez pasó de una firma discreta a un posible Salón de la Fama

1 de diciembre de 2017
Elaine Thompson/AP

Para comprender el estado económico de los Marineros en sus primeros años de existencia, tomen en cuenta lo siguiente: Además de ser el manager del equipo de Clase-A Bellingham en la Liga del Noroeste, Jeff Scott también era el principal asistente de Hal Keller, quien fungía como director de cazatalentos y director de liga menor.
Los Marineros ni siquiera podían costar un programa de Entrenamientos Primaverales extendidos, y mucho menos sumergirse mucho en el mercado de jugadores latinoamericanos.
Sin embargo, en dos temporadas muertas consecutivas, Seattle hizo un par de contrataciones sin mucho ruido que terminaron dando grandes resultados: Edgar Martínez en Puerto Rico en diciembre de 1982 y Omar Vizquel en Venezuela en abril de 1984.
El scout cubano Orlando "Marty" Martínez completó ambas firmas con sólo US$6,500: US$4,000 para Edgar Martínez y US$2,500 para Vizquel.
¿Qué tan apretado estaba el presupuesto? Bueno, después de firmado, Martínez ni siquiera vino a Estados Unidos hasta que comenzaron los entrenamientos de Bellingham en junio de 1983. Bellingham, equipo que estaba en una liga designada para peloteros de mayor edad, era la única filial del equipo en un circuito de temporada corta.
"En 1984 sí tuvimos un equipo en Liga de Novatos, y parte importante de mi argumento era conseguir un lugar para que jugase el jovencito venezolano que defendía el short (Vizquel)", dijo Scott. "Tuvimos ese equipo por un año. La temporada siguiente George (Argyros, el propietario del club) dijo que como estábamos ascendiendo a Vizquel, ya no necesitábamos el equipo".
Adelanten la historia 30 años y miren cómo les salieron las cosas a los Marineros.
Martínez podría convertirse en el primer bateador designado en ser exaltado al Salón de la Fama y ya MLB lo reconoció dando el Premio Edgar Martínez, que se entrega todos los años al mejor BD. Vizquel está en la boleta por primera vez y su apoyo podría ir subiendo con los años, gracias a su magia con el guante.
"Yo siempre le decía a Marty que el crédito por haber firmado a esos dos es mío, pues fui yo el que tuvo que aprobar esos US$6,500", dijo Scott.
Sin embargo, Edgar Martínez merece todo el crédito por lo que logró en el terreno, aseguró Scott. En el mundo de los jugadores latinos, Martínez era ya alguien mayor edad cuando firmó, pues cumplió 20 años apenas 23 días después de su contratación. La mayoría de los latinoamericanos firma a los 16 años. Martínez no debutó en las Mayores sino hasta abril de 1987, en su quinto año como profesional, y no fue hasta los años 90 que pasó su primera temporada completa en la Gran Carpa.
"Era un asunto de números", dijo Scott. "Teníamos varios prospectos buenos en tercera, incluyendo a Jimmy Presley y a (l boricua) Danny Tartabull. Y aunque si uno veía a Edgar, podía notar su potencial como bateador a pesar de que no era un toletero de poder".
Martínez nunca bateó más de 15 jonrones en sus siete campañas en las menores, a pesar de jugar con Triple-A Calgary y Clase A Wausau en estadios que favorecían a los bateadores.
"Al observarlo, uno veía el potencial como bateador, así no se reflejase siempre en los números", dijo Scott. "Después de aquel primer año en Bellingham (cuando bateó .173), le dije a Hal que necesitábamos llevarlo a la liga instruccional. Uno sentía que lo que necesitaba era jugar, y que el talento se encargaría del resto. Lo tuvimos en la Liga del Noroeste, que era básicamente para peloteros salidos de la universidad, no de la escuela secundaria".
Martínez se retiró de las Grandes Ligas con 309 jonrones y conectó más de 20 en ocho ocasiones durante un período de ocho años entre 1995 y 2003, incluyendo 37 en el 2000.
"Era cuestión de que aprendiese a levantar la pelota, cosa que hizo", dijo Scott. "Siempre tuvo muy buen swing".
Scott también apuntó que Martínez no era malo defendiendo la tercera base, antes de convertirse en bateador designado en 1995.
"Tenía una defensa por encima del promedio y ha podido terminar fácilmente en primera base, pero se convirtió en designado", expresó. "No creo que le den suficiente crédito por su capacidad de jugar a la defensiva".
En enero, Martínez sabrá si la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA) lo considera uno de los grandes peloteros de la historia cuando sus miembros decidan si merece ir al Salón de la Fama.