El béisbol tiene la habilidad de acercar a las personas de una manera que ningún otro deporte puede. ¿No nos creen? Vean lo que pasó en Anaheim el martes.

En la parte baja de la segunda entrada, Brandon Marsh conectó un elevado hacia el patrullero de los Reales, MJ Meléndez, para el tercer out del inning. Luego de asegurar la bola, Meléndez la lanzó hacia las gradas – algo que puede verse múltiples veces a lo largo de una temporada.

El fan que capturó no ocultó su alegría. Sin embargo, luego decidió lanzarle la bola a un joven que estaba un par de filas más abajo. A partir de ahí, el chico se sentó, asumiendo que se iría a casa con las manos vacías.

Se equivocó.

En la parte baja de la quinta entrada, Jared Walsh conectó un jonrón hacia el jardín derecho que capturó, adivinen, el papá del joven aficionado. Luego de que el niño celebró su nueva adquisición, le devolvió el favor al otro fan, lanzándose la segunda pelota. Todos se fueron contentos a casa.

De eso se trata el béisbol.