Lesiones estropearon camino hacia el Salón

4 de diciembre de 2021

Talento y trabajo duro no es lo único que se necesita para llegar al Salón de la Fama. Jugar por muchos años también es importante. De hecho, es un factor que ha eludido a muchos jugadores que iban en camino hacia Cooperstown.

A continuación, un vistazo a algunas estrellas cuyas carreras se vieron descarriladas por las lesiones, empezando por el caso más reciente. (La última temporada de cada beisbolista está listada entre paréntesis).

Dustin Pedroia (2019)
Pedroia estaba construyendo un sólido argumento para el Salón de la Fama cuando Manny Machado, que entonces jugaba para los Orioles, chocó con él durante un deslizamiento en segunda base en abril del 2017. El incidente marcó el comienzo de una serie de problemas de rodilla que incluyeron varias cirugías y mantuvieron a Pedroia prácticamente fuera de acción en 2018 y 2019, disputando apenas nueve duelos en ese lapso. Luego de perderse todo el 2020, Pedroia anunció su retiro en febrero del 2021, con una temporada restante en su contrato. Fue un desafortunado final para un jugador que ganó el Novato del Año de la Liga Americana (2007), el Jugador Más Valioso de la L.A. (2008), cuatro Guantes de Oro en segunda base, cuatro viajes al Juego de Estrellas y dos títulos de Serie Mundial con los Medias Rojas (2007, 2013). Cuando terminó su temporada de 32 años en 2016, Pedroia (49.8 de WAR, 1,683 hits, 375 dobles, 133 jonrones, .811 de OPS) tenía un currículo extremadamente similar al de Craig Biggio en el mismo punto de sus respectivas carreras (51.1 de WAR, 1,680 hits, 333 dobles, 136 jonrones, .814 de OPS). Pero mientras Biggio jugó nueve temporadas más, pasó de 3,000 hits y llegó al Salón de la Fama, Pedroia nunca tuvo esa oportunidad.

Troy Tulowitzki (2019)
Los problemas físicos fueron un obstáculo casi constante para Tulowitzki, comenzando con sus múltiples viajes a la lista de lesionados en apenas su segunda temporada completa en 2008. Por un tiempo, el dinámico shortstop pudo superarlas. Con los Rockies entre 2007 y 2014, Tulowitzki combinó una ofensiva bien sobre el promedio (127 de OPS+) con una estelar defensiva en las paradas cortas (donde ganó dos Guantes de Oro) para convertirse en uno de los jugadores más productivos de las Mayores, con 38.2 de WAR en ese lapso. “Tulo” es uno de apenas cinco campocortos desde la era de la integración (1947) con al menos seis temporadas con 5 de WAR para el momento que tenían 29 años, pero jugó sólo 330 compromisos después de los 30 años debido a problemas con las lesiones.

David Wright (2018)
Durante sus primeras 10 temporadas, hasta el 2013, Wright bateó .301/.382/.506 (137 de OPS+) y promedió 22 jonrones, 88 empujadas y 18 bases robadas por año. Su WAR de 47.2 lo pone entre los 10 mejores antesalistas de todos los tiempos hasta los 30 años, por delante del dominicano Adrián Beltré y Chipper Jones. Pero todo cambió cuando Wright sufrió una fractura en la espalda en el 2011 y pasó cerca de dos meses en la lista de lesionados. Si bien siguió jugando a un alto nivel las próximas dos temporadas, disputó un total de 77 juegos desde 2015, cuando fue diagnosticado con una seria condición crónica en la espalda.

Grady Sizemore (2015)
Todavía le faltaba mucho para llegar a Cooperstown, pero las primeras cuatro temporadas completas de Sizemore fueron un espectáculo. Luego de un rápido estreno en el 2004, Sizemore rápidamente se convirtió en una estrella para los Indios. Entre 2005 y 2008, jugó una gran defensiva en el jardín central y tuvo cuatro temporadas seguidas con al menos 20 jonrones y 20 bases robadas, bateando .281/.372/.496 (128 de OPS+). Su WAR de 24.6 durante ese trecho fue el cuarto mejor entre todos los peloteros de posición de las Grandes Ligas, sólo por detrás del dominicano Albert Pujols, Chase Utley y Alex Rodríguez. Las lesiones empezaron a interferir en el 2009, y no hicieron sino empeorar con el tiempo. Sizemore jugó solo 313 juegos más del 2010 en adelante, sometiéndose a varias cirugías, incluyendo ambas rodillas.

Johan Santana (2012)
Como Wright, el venezolano Santana tuvo un célebre último adiós con los Mets, aunque nadie lo sabía para ese momento. El 1 de junio del 2012, el zurdo tiró el primer juego sin hit ni carrera en la historia de la franquicia, ante los Cardenales en Citi Field. De sólo 33 años para ese momento, Santana hizo sólo otras 10 aperturas esa temporada y no ha lanzado en las Mayores desde entonces, a pesar de intentarlo varias veces. Sin embargo, entre 2004 y 2008 con los Mellizos y los Mets, Santana fue un lanzador de Salón de la Fama, dejando marca de 89-39 con 2.82 de EFE (157 de EFE+), más de un ponche por inning y dos premios Cy Young de la Liga Americana.

Nomar Garciaparra (2009)
Garciaparra, la respuesta de Boston para Derek Jeter en el campocorto, ganó el Novato del Año de la L.A. en 1997, cuando conectó 209 hits. Esa la primera de cuatro temporadas seguidas en las que Garciaparra sumó al menos 6.6 de WAR, y además ganó el título de bateo en 1999 y 2000 bateando una absurda línea de .365/.426/.601 durante esas dos temporadas. Un problema de muñeca le costó casi todo el 2001, haciendo dos de sus 14 viajes a la lista de lesionados. Si bien Garciaparra tuvo algunos pasajes en los que fue productivo durante la próxima década con Medias Rojas, Cachorros, Dodgers y Atléticos.

Brandon Webb (2009)
Nunca fue un gran ponchador, pero Webb aprovechó su sinker para conseguir un montón de rodados y mucho éxito en los D-backs. El derecho comenzó su carrera dejando 87 victorias, 3.24 de EFE (143 de EFE+) y 32.2 de WAR entre 2003 y 2008, la sexta mayor cantidad para un pitcher en sus primeras seis temporadas desde 1947. Webb ganó el Cy Young de la Liga Nacional en el 2006 y terminó segundo en 2007 y 2008. Pero su apertura del Día Inaugural del 2009 terminó siendo la última de su carrera, pues debió ser operado del hombro y jamás regresó a un montículo de la Gran Carpa.

Eric Davis (2001)
Davis hizo cosas bien especiales al principio de su carrera con los Rojos. Durante un trecho de 162 juegos entre 1986 y 1987, bateó .308/.406/.622 con 47 jonrones y 98 bases robadas (en 110 intentos). Tras sus primeras siete temporadas, tenía 140 de OPS+, 166 jonrones, 233 bases robadas y tres Guantes de Oro. Sin embargo, las lesiones empezaron a limitarlo. Aunque disputó 17 campañas en las Mayores, nunca jugó más de 135 juegos en un año, promediando sólo 86 por temporada tras cumplir 28 juegos y se perdió todo 1995 batallando con un cáncer de colon. Igual se las arregló para retirarse con 282 jonrones y 349 bases robadas.

Dave Stieb (1998)
El WAR de 56.8 de Stieb es de cualquier forma una cifra impresionante, pero cobra otra dimensión cuando se considera que lo acumuló prácticamente todo a los 32 años. Eso puso al derecho en trayectoria hacia el Salón de la Fama, pero lesiones en la espalda y el hombro lo impactaron el año siguiente, y Stieb apenas pudo lanzar otros 200 innings en las Grandes Ligas, incluyendo 50.1 innings a los 40 años en 1998.

Don Mattingly (1995)
Mattingly fue una institución en la primera base de los Yankees. EL seis veces convocado al Juego de Estrellas, nueve veces Guante de Oro y JMV de la L.A. en 1985 bateó .323/.368/.521 (144 de OPS+) entre 1982 y 1989, dejando promedio de bateo de .300 o mejor en cada una de sus primeras seis temporadas completas. Pero crónicos problemas de espalda plagaron a Mattingly por el resto de su carrera, que terminó prematuramente a los 34 años. Aunque ganó cuatro Guantes de Oro después de 1990 y siguió siendo un bateador promedio, Mattingly nunca pudo recuperar su estatus de toletero de la élite.

J.R. Richard (1980)
A Richard le tomó un buen tiempo establecerse en las Mayores, y no fue hasta los 26 años en 1975 que abrió más de 10 juegos por primera vez para los Astros. A los jugadores que despegan tarde siempre les cuesta alcanzar estatus de Salón de la Fama, pero Richards se convirtió en uno de los mejores lanzadores de la Gran Carpa, ponchando a más de 300 toleteros en 1978 y 1979. Richard tenía efectividad de 1.90 tras 17 aperturas en 1980 cuando sufrió un paro cardiaco que terminó forzándolo a retirarse a los 30 años.

Tony Conigliaro (1975)
Más de medio siglo antes de que el dominicano Juan José Soto hiciera su debut, Conigliario impuso la marca de más jonrones para un adolescente, sacando 24 a los 19 años para los Medias Rojas en 1964. Bateó otros 32 para liderar al Joven Circuito al año siguiente y todavía es cuarto de todos los tiempos en jonrones hasta los 22 años (104). Pero el 18 de agosto de 1967, una recta golpeó a Conigliaro en el rostro y paró en seco su prometedora carrera. Si bien Conigliario pudo regresar a los Medias Rojas en 1969 y bateó otros 56 jonrones durante los siguientes dos años, la lesión afectó su vista, y jugó sólo 95 juegos tras cumplir los 25 años.