J.T. Realmuto se ha convertido en un auténtico baluarte de los Filis. Sin duda ha sido uno de los mejores movimientos que se realizaron desde las oficinas de los Filis en la pasada offseason y el mejor ejemplo de lo que se desea conseguir en esta offseason (peloteros que den un rendimiento similar al obtenido por este extraordinario receptor).

En la temporada baja, el Gerente General de los Filis prometió que el equipo iría a por todas y así lo hizo. Y una de las grandes pruebas de ello fue que Jacob Tayler Realmuto cambió Florida por Pennsylvania, con el objetivo de reforzar a los Filis y aspirar a grandes cosas en el Este de la Nacional.

Se apostó fuerte por el receptor, llegando de poner encima de la mesa a peloteros como el también catcher Jorge Alfaro y a los lanzadores prospectos Sixto Sánchez y Will Stewart que entraron dentro del paquete que se envió al Sur de Florida. Y a cambio de ello, los Filis adquirieron un sólido bate, que ya fue bate de plata y All-Star en 2018 y que en la anterior temporada tuvo un WAR de 4.3, se mostraba como un jugador completo, líder defensivo y hábil al bate (en 2018 tuvo 477 turnos al bate, 132 hits, 21 cuadrangulares, 74 carreras impulsadas y .277 de promedio de bateo).

Cuando llegó el parón por el fin de semana de las Estrellas y en la cita de Cleveland, la representación de los Filis recayó sobre los hombros de este sensacional receptor, en la que fue su segunda aparición del cátcher de los Filis en el Juego de las Estrellas, ya que en la anterior temporada también estuvo en esta gran cita del verano, representando a los Marlins de Miami y ahora lo hizo en representación de los Filis.

Su nominación fue más que justa, ya que sus números le dejaron como el mejor receptor de las Grandes Ligas. Y es que lideraba a los receptores en hits y en carreras anotadas, así como en dobles logrados, además de ser uno de los más destacados en cuadrangulares y en carreras impulsadas.

Hasta el parón de mitad de temporada, Realmuto atesoró un promedio de bateo de .273 y un promedio en base de .328. Todo ello le permitó lograr un total de 84 hits, siendo en el único receptor que ha logrado superar la cifra de 80 hits en esta temporada. Además, también ha logrado 55 carreras anotadas, siendo el mejor de los receptores en este aspecto estadístico, incluso siendo el único que ha superado la cifra de las 50 carreras anotadas.

Al final de la temporada regular acabó con 83 carreras impulsadas y con 148 hits, siendo el receptor que lideró las Grandes Ligas en ambas facetas del juego, mientras que fue uno de los más destacados en cuadrangulares con 25 en total y con un promedio de bateo de .275, lo que también le han colocado como uno de los mejores receptores en esta estadística.

Unos números impresionantes, que le colocan como un excelente candidato a lograr un nuevo bate de plata (ya logró en 2018 su primer bate de plata de su carrera).

Pero en defensa no decaen sus números, siendo el receptor que más corredores ha cazado, mientras trataban de robar bases (un total de 43 corredores se quedaron por el camino), en contraposición de las 49 bases robadas, que no ha podido impedir.

Esos números le dejan con un promedio de robo de base de .533, que es mejor promedio de cualquier receptor de las Grandes Ligas, de entre los que han tenido un protagonismo notorio en sus respectivos equipos (al menos con 60 juegos disputados). Y además es también el cátcher que más entradas ha disputado, con un total de 1139.1 entradas consumidas en 2019.

En definitiva los números y el impacto que ha tenido con los Filis en este 2019, le hicieron un representante más que digno del equipo de Filadelfia en el Juego de las Estrellas y sin duda uno de los peloteros más destacados del equipo en la pasada temporada.

Es más, se convierte en un pelotero que podría ser una de las grandes piedras angulares de este proyecto de Filadelfia que desea llegar a lo más alto, en un futuro próximo.

Hasta pronto desde España.