¿Podrá Báez repetir o mejorar lo hecho en 2018?

12 de marzo de 2019

SCOTTSDALE, Arizona – Si se analiza desde una perspectiva estadística, el puertorriqueño Javier Báez tuvo una temporada única en el 2018. Y cuando decimos única, es porque nunca antes se había visto una campaña así.

Báez, que terminó segundo en la votación del JMV por la Liga Nacional, dejó 126 OPS+, lo que significa que su producción ofensiva (ajustada al contexto de su liga y los estadios donde jugó) fue 26% mejor que el promedio. Logró ese llamativo número a pesar de un alto número de ponches (167) y pocos boletos (29). De acuerdo con Baseball Reference, en la historia de las Grandes Ligas jamás hubo un bateador con los turnos para optar al liderato de bateo con un OPS+ tan alto, tantos o más ponches y tan pocos pasaportes.

Debido a la dificultad de repetir una cosecha tan particular, en algunos círculos analíticos Báez es considerado como candidato a sufrir un bajón en el 2019. Parten de la idea de que no puedes tener una diferencia tan grande de ponches y boletos y esperar mantener una producción de élite.

Seguramente no les va a sorprender que Báez no está de acuerdo con esa idea de que espera un bajón y tampoco le da mayor importancia al asunto.

“La gente siempre anda hablando de números y cosas”, dijo Báez. “Pero la pelota puede ir para cualquier lado. Yo no le ando poniendo atención a lo que dice la gente. Yo no controlo eso y tampoco lo controlamos como equipo. Eso es algo que pasó el año pasado”.

Al pelotero de 26 años de edad no se le va a escuchar diciendo que va a callar a sus críticos en el 2019. Báez es un tipo tranquilo, humilde, que a pesar del año revelación que tuvo la temporada pasada mantiene un perfil bajo en el clubhouse de los Cachorros. Su manager, Joe Maddon, especuló que la muerte en el 2015 de la hermana de Báez, Noely, que sufría de espina bífida, ha contribuido a la forma como se comporta Báez.

“Javy ha visto la parte más dura dela vida”, acotó Maddon. “Así que probablemente tiene una perspectiva con la que muchos no cuentan. La gente ve su forma llamativa de jugar, la cadena que usa, el tatuaje, lo que sea. Pero cuando lo conoces, ¿hay alguien más humilde? A él lo respetan mucho los demás”.

En el terreno, Báez tiene muchas destrezas que lo separan del resto. Es un pelotero habilidoso cuyo estilo, capacidad física y talento hacen de verlo jugar un placer. Su versatilidad – Báez volverá a suplir al suspendido Addison Russell antes de mudarse probablemente a la segunda cuando éste regrese— lo hace todavía más valioso.

Será interesante, sin embargo, ver qué tanto puede Báez mejorar su tasa de ponches (25.9%) y de boletos (4.5%), los únicos puntos criticables en medio de una temporada por demás espléndida.

Lo más cercano a Báez en cuento a comparaciones fue el dominicano Alfonso Soriano en el 2002 con los Yankees, que tuvo 129 OPS+ con 23 boletos y 157 ponches. Soriano terminó tercero en la votación del JMV aquel año, y por supuesto terminó teniendo una distinguida carrera durante la que fue llamado siete veces al Juego de Estrellas y ganó cuatro Bates de Plata.

Por ahora, Báez está enfocado en mantener su habilidad para batear la bola con fuerza cuando es capaz de hacer contacto. Sus avances del año pasado no fueron porque buscó menos pitcheos fuera de la zona de strike, sino porque hizo más swing (y más contacto) a envíos dentro de la misma. Atribuye eso a algo muy simple: ver siempre la pelota.

“Es sólo cosa de seguir la bola”, resumió. “En la caja cuando hago mi rutina, trabajo en eso. Porque ese era uno de mis grandes problemas, que no estaba siguiendo la pelota hasta el final. El año pasado lo hice mejor y tuve tremenda temporada”.

¿Es capaz Báez de tener otro gran año? Ya demostró que es capaz de ser un jugador muy productivo a pesar de un bajo promedio de embasarse, pero su edad y atención al detalle dentro de la caja de bateo hacen posible pensar en una mejoría de su OBP. Así que, aunque Báez probablemente no tendrá otra temporada realmente única, quizás no necesite hacerlo.

“Yo sólo estoy tratando de hacer el ajuste”, dijo, “y tener un mejor año para mí y para el equipo”.