Jon Lester pretende mantener a los Cachorros con vida

30 de octubre de 2016

CHICAGO -- Cuando un equipo tiene la espalda contra la pared y su margen para el error es mínimo, necesita de un brazo de enorme calidad para por lo menos comenzar a voltear una enorme tortilla. Los Cachorros de Chicago cuentan en el zurdo con una súper herramienta para intentar la construcción de una avenida exitosa de lo que en este momento luce como un océano demasiado profundo.
"Es realmente confortante para el resto del grupo contar con un lanzador como lo es Lester", proclamó el manager de los Cachorros, Joe Maddon. "Poder trabajar con hombres como ése es algo especial para mi".
Un minucioso observador del apasionante mundo del diamante, Maddon ha admirado constantemente a Lester, primero en el rol de oponente y ahora como integrante del mismo equipo. Y no puede decir nada que no sea positivo del experimentado serpentinero zurdo.
"Lo he visto desde hace rato a la distancia, pero ha crecido continuamente aún más desde que está con nosotros", elogió Maddon. "En nuestro primer año juntos [2015], se lesionó en los Entrenamientos de Primavera y la temporada no comenzó como él lo hubiera deseado, pero al fin de la campaña las cosas empezaron a salirle a pedir de boca a lo grande.
"En lo que se refiere a este año, ha sido una fiera diferente, prácticamente de punta a punta", diagnosticó el experimentado piloto de los Cubs del zurdo que disfrutó de un envidiable 19-5 y efectividad de 2.44 en el 2016. "Se ha sentido mucho más cómodo con la novena y eso lo pudimos ver desde el primer día".
A diferencia de otros capítulos de su brillante historial en la Gran Carpa a la hora buena, una excelente faena desde la lomita de Lester no va a definir un campeonato de su equipo, pero le urge brillar en el Juego 5, porque de lo contrario el sueño anhelado de la divisa de la Ciudad de los Vientos tendría que esperar un año más.
"Si uno tiene una desventaja de 3-1 [situación en la cual están precisamente los Cachorros] y sube a la lomita diciéndose que uno está obligado a hacer esto o aquello para mantenerse con vida, ya de una vez uno está vencido", analizó Lester. "Ya de por sí es duro lanzar en esta etapa del año y tener éxito".
Hace apenas tres años, Lester estaba en una situación totalmente diferente cuando se subió a la lomita para medirse a los Cardenales de San Luis en el Juego 5 de la Serie Mundial del 2013 en el moderno Busch Stadium.
En aquel momento, el zurdo tenía la sartén por el mango, a sabiendas de que una buena faena suya pudiera derivar en que los Medias Rojas de Boston estuvieran a un paso de destapar las tradicionales botellas de champaña. Con 7.2 episodios de trabajo, obtuvo su segundo éxito de aquel Clásico de Octubre y su equipo se coronó al retornar a Fenway Park para el Juego 6.
Ahora Lester entrará al diamante de una forma totalmente diferente. Primero, sabe que necesita lanzar mejor que en el Juego 1. Segundo, por experiencia propia sabe que debe trabajar su asignación en el Juego 5 con la misma rutina como lo haría en una calurosa tarde de junio en Wrigley Field.
"No me importa que me peguen hits o que ceda jonrones", es la filosofía de Lester. "Son los boletos y los golpeados los que me molestaron en aquel primer inning [del Juego 1 en Cleveland]. Uno no puede regalar tres embasados en este momento del año.
"Si uno hace eso, le brinda oportunidades de más al contrario y termina tirando más pitcheos de lo que desearía", advirtió el hombre que ha ganado 146 juegos de temporada regular y dos anillos de Serie Mundial a lo largo y ancho de su fabulosa carrera en la cumbre del diamante. "Si eso ocurre, uno les muestra a los bateadores todo lo que se tiene para ese día más temprano de lo que debe".
Con registro de 3-1 y fabulosa efectividad de 1.35 en Series Mundiales, Lester es ciertamente el hombre que necesitan los Cachorros para cerrar con broche de oro un maravilloso 2016 en Wrigley Field, temporada de 103 triunfos y una primera corona del Viejo Circuito desde1945.
No se tomará champaña en la Ciudad de los Vientos si Lester cumple exitosamente con su apertura final del 2016 de lograr contener a los embalados Indios de Cleveland, pero por lo menos mantendría con vida las esperanzas de tantos y tantos millones de aficionados que apoyan a los soñadores Cubs en Chicago y los diferentes rincones del planeta.
Y de paso, pudiera evitar que la noble fanaticada de la metrópolis de Illinois tenga que ver a La Tribu celebrar su primer campeonato desde 1948 en el propio terreno de los Confines Amistosos.