MIAMI -- El 11 de octubre del 2009, Miguel Ángel Sanó se sentó en el Metrodome de Minneapolis para presenciar el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Ameriacna entre los Mellizos y los Yankees. 
El dominicano, de 16 años en ese momento, acababa de firmar con los Mellizos por US$3.15 millones luego de un proceso complicado y algo controversial en torno a su edad auténtica y la competencia por sus servicios.
Desde aquel día-que por causalidad marcó el último partido de béisbol en el estadio techado de Minnesota-han pasado muchas cosas en la carrera de Sanó: Amplio bateo en liga menor, una cirugía Tommy John para repararle el codo derecho, una buena temporada de novato en las Mayores en el 2015, un intento de cambio de posición y un bajón en el 2016 que por poco resulta en un descenso a liga menor.
Sin embargo, Sanó ha enderezado el barco en el 2017, jugando una vez más en la tercera base y acumulando números que le ameritaron no sólo su primera convocación en el Juego de Estrellas, sino también una participación en el Festival de Jonrones. 
A sus 24 años, Sanó parece estar alcanzando la madurez necesaria para triunfar en el mejor béisbol. 
"Me siento súper feliz, porque trabajé toda mi vida bien fuerte para esto y Papá Dios me dio la oportunidad de estar aquí en el Juego de Estrellas 2017", dijo Sanó, quien fue subcampeón del Derby de Jonrones el lunes, superado sólo por la sensación de los Yankees, Aaron Judge. 
Sano llegó a la pausa del Juego de Estrellas con promedio de .276, porcentaje de embasarse de .368 y slugging de .538 (OPS de .906). Lleva 21 jonrones y 62 empujadas, encabezando un ataque de los Mellizos que ha ayudado al equipo a tener récord positivo, de manera inesperada, a esta altura de la campaña.
Dicha actuación representa un gran contraste con la temporada pasada, cuando el quisqueyano registró .236/.319/.462 con 178 ponches en 495 turnos. 
"No tuve una temporada mala el año pasado, la tuve más o menos", dijo Sanó. "Pero siempre tuve mi mente positiva, tuve fe, y gracias a Dios he tenido muchos éxitos este año". 

Un elemento clave para Sanó en esta campaña ha sido lo hecho con su compatriota y compueblano Fernando Tatis, ex ligamayorista y oriundo de San Pedro de Macorís.
Tatis, también antesalista en su carrera de Grandes Ligas, vio a Sanó luchar con la falta de disciplina en la Liga Invernal Dominicana hace unos años y, en el invierno del 2016-17, ayudó de manera particular al joven de los Mellizos a afinar su juego tanto con el guante como el bate.
"Necesitaba llegar ready y estamos aquí, estamos positivos. No fue el ajuste ni la mecánica, sino que trabajé con una persona que tiene mucha experiencia en béisbol, que fue un tolete como Fernando Tatis", contó Sanó acerca del que también le lanzó en el Festival de Jonrones el lunes. "Él fue quien me dio la clave de yo tener un mejor rendimiento en el terreno de juego. 
"Fueron muchas cosas y estoy súper agradecido con él". 
Aunque Sanó sigue siendo una obra en progreso, como lo indican sus 120 ponches este año-la mayor cantidad en Grandes Ligas-se ve claramente que el dominicano ha progresado un mundo en la presente temporada.
"Más maduro, más confiado", dijo su compatriota y compañero en Minnesota, el derecho Ervin Santana. "Ves la forma en que se maneja cada vez que entra a la caja de bateo y sabes que van a pasar cosas buenas. Él ya tiene buena idea de lo que tiene que hacer. Por eso está en el Juego de Estrellas. 
"Él sabe que tiene el poder necesario y sabe que si hace un buen contacto, la bola se va". 
Los Mellizos, que no clasifican para la postemporada desde el 2010, pretenden dar la sorpresa y empezarán la segunda mitad del 2017 a apenas 2.5 juegos del primer lugar de la División Central de la Liga Americana. Sanó anhela volver a los playoffs, donde estuvo como prospecto en aquel 2009, pero ahora protagonista del equipo de Minnesota.
"La meta para este año no son los jonrones ni (las empujadas) ni nada de eso. La meta mía es que mi equipo llegue a los playoffs", comentó al respecto. "Yo sé que nosotros vamos a llegar. Gracias a Dios, estamos teniendo una excelente temporada.
"Hay que trabajar fuerte y tener fe".