Paciencia de los Cubs rindió dividendos en el Juego 4

20 de octubre de 2016

LOS ANGELES -- El apasionante mundo del diamante puede traer sorpresas en un abrir y cerrar de ojos, como que un equipo maniatado por varios lanzadores a lo largo de la postemporada despierte de repente con una montaña de carreras.
Para los integrantes de los Cachorros de Chicago, empero, no fue ninguna sorpresa anotar 10 veces frente al conjunto que lo había blanqueado dos noches consecutivas porque eso, dar palos a granel, es lo que han estado haciendo a lo largo del 2016.
"Tuvimos paciencia, esa fue la clave", proclamó el receptor de los Cachorros, el venezolano . "Hemos notado que tratando de hacer mucho hay pocos resultados, esa era la realidad. Pudimos acortar los swings, tener mejor plan en el plato, vimos más pitcheos.
"Preocuparnos, no, porque el béisbol es así", analizó Contreras. "Tienes días buenos, tienes días malos. Pasas dos días sin conectar hits o dos días sin anotar carreras. Todos los días hay que venir a jugar pelota, hay que jugar 27 outs".
Dos peloteros de los Cachorros que estaban metidos en un gran letargo, el primera base y el paracorto , despertaron ruidosamente con tres hits y tres carreras remolcadas, y un vuelacercas productor de dos carreras, respectivamente. 

El dirigente de los Cachorros, Joe Maddon, había acentuado la importancia que tenía para su equipo anotar primero y eso ocurrió cuando los Cubs hilvanaron un racimo de cuatro rayitas en el cuarto episodio. Los Dodgers pudieron haberse ido adelante, pero una cerrada jugada en el plato eliminó esa avenida hacia el hogar, en lance confirmado en Nueva York al ser observada la repetición del mismo por casi tres minutos.
"Yo pensé que había sido quieto [el mexicano Adrián González]", reconoció Contreras. "Pero cuando vi la repetición noté que su mano estaba encima, aunque no estaba tocando el home. Esa fue la clave de la jugada para que fuera llamada out".
Para el segunda base boricua Javier Báez, la explosión de carreras de los Cachorros sorprende apenas un poco, por la actuación previa del equipo en los Play-Offs, pero no del todo.
"Súper grande, esa victoria era bien importante para nosotros para empatarle la serie a ellos", calificó Báez. "Fue un día normal para nosotros. Empezamos un poquito lento [la Serie de Campeonato] y no pudimos anotar tantas carreras, pero para mí no es sorpresa [pisar tantas veces el plato el miércoles] porque lo hicimos todo el año".
El receptor venezolano , héroe de la primera victoria de los Cachorros en Wrigley Field con un Grand Slam, expresó que la pauta de la ofensiva quedó marcada al comenzar a hacer contacto el equipo y por allí se abrieron los grifos para una victoria tan amplia.
"Cada individuo en este Club House necesita creer en sí mismo", subrayó Montero. "Nosotros ya nos sentíamos bien, aunque no contentos por los dos resultados anteriores. Ahora nos sentimos mejor de ir al Juego 5 con la serie 2-2 en vez de estar abajo 3-1. 
"Obviamente [la amplia explosión del ataque] es algo que nos alegra a todos como equipo porque necesitábamos despertar con el bate", redondeó Montero. "Creo que nos tiraron como 21 innings seguidos en cero y eso es bastante, especialmente porque nuestro equipo ha bateado todo el año. Nuestra ofensiva siempre había sido productiva. Todos esos hits nos animan a la hora de batear en el resto de la serie".
En la trinchera contraria, el mexicano Julio Cesar Urías no tuvo la mejor de las fortunas luego de impresionar con los tres primeros episodios en blanco, al hacer historia como el más joven que de todos los tiempos que abre un partido de postemporada.
"Julio estuvo tirando la bola muy bien, con buen material", elogió el dirigente de los Dodgers, Dave Roberts. "Creo que fue la víctima de algunas jugadas que no ejecutamos para él".
Uno de los dos equipos tendrá ahora la oportunidad de colocarse el jueves a un paso de la Serie Mundial y los Cachorros tienen fe de que ese pudiera ser el caso para ellos, por contar en la lomita con el grandioso zurdo .  
"Es como una bendición tener a Lester en la lomita", concluyó Contreras. "Va a tener la disponibilidad de poner el juego bajo su control. Es un pitcher veterano, sabe lo que tiene que hacer para ganar. Eso nos da confianza, pero de todas maneras la meta de todos es salir al terreno a hacer nuestro trabajo para ganar".
Dato histórico: se convirtió en el tercer relevista en la historia de la postemporada que se apunta la victoria y de paso pega por lo menos un hit. Los otros dos han sido Nolan Ryan en el 1969 y Dick Hall en el 1970.