Riña Contreras-Rizzo fue entre “hermanos”

5 de junio de 2021

SAN FRANSCISCO – La escena que se produjo en la cueva de los Cachorros el viernes en San Francisco fue resultado de la frustración. El receptor venezolano Willson Contreras estrelló su protector de pecho contra el suelo. Momentos después, él y el inicialista Anthony Rizzo discutieron.

No se sabe con exactitud qué fue lo que hizo enojar a Rizzo, ya que el equipo no reveló esos detalles tras la segunda derrota consecutiva de Chicago a manos de los Gigantes. Pero Rizzo sí se reunió con los medios después del partido para ofrecer una explicación.

“Simplemente es competencia y lo qué está en juego y todo eso”, dijo Rizzo. “Lo bello de este equipo es que nos conocemos y llevamos jugando juntos tanto tiempo que podemos tener esas conversaciones como hermanos”.

No es secreto lo que está en juego para los Cachorros.

De cara a una gira que los tiene en San Francisco y los llevará a San Diego, se sabe que las próximas semanas serán claves para Chicago. El equipo tuvo 19 victorias en el mes de mayo para ascender a la cima de la División Central de la Liga Nacional y ahora sus oponentes en el mes de junio los pondrán a prueba.

No hubo nada obvio en la parte baja de la séptima entrada que provocara los gritos entre Rizzo y Contreras cuando regresaron a la cueva del equipo visitante. En un momento, Ross intervino y mandó a Rizzo a otra parte de la cueva.

Rizzo dijo que él y Contreras, quien son compañeros desde el 2016, cuando los Cachorros ganaron la Serie Mundial, limaron asperezas.

“Ahí termina. Seguimos adelante”, dijo Rizzo. “Como son nuestras relaciones aquí, es fácil hablar como si fuésemos hermanos”.

Rizzo también elogió a Contreras, a quien se le conoce por ser muy emotivo en el terreno de juego.

“Adoro a Willson”, dijo Rizzo. “Creo que la manera en que él juega para este equipo, para nuestra ciudad, con la pasión que juego, es algo sin igual en esta liga”.

De su parte, Ross no espera que el incidente tenga un impacto negativo de ahora en adelante.

“No creo que sea nada del otro mundo”, dijo el capataz, “ni es algo que me tiene extremadamente preocupado”.