¿Pitcheo de 103 mph? No es lo mejor en el repertorio de Doval

11 de agosto de 2022

SAN DIEGO – El dominicano Camilo Doval reconoció que se sorprendió un poco al ver la pizarra luego de cerrar el triunfo del lunes de los Gigantes sobre los Padres.

Luego de retirar a los dominicanos Juan Soto y Manny Machado, Doval puso el signo de exclamación final a su 15to salvamento del año, ponchando a Josh Bell con un pitcheo de 102.9 mph, con el que igualó a Brian Wilson como el tiro más fuerte jamás realizado por un Gigante, desde que comenzó la “era de la medición” en el 2008.

“Cuando hice el pitcheo, volteé a la pizarra y vi 103 mph”, dijo Doval. “Dije: ‘Vaya, espero que el radar esté correcto’”.

El taponero de 25 años ha exhibido su velocidad desde que debutó con los Gigantes en el 2021, pero este año añadió un lanzamiento más a su arsenal. El quisqueyano empezó a practicar el sinker durante la pretemporada, pero fue justo antes del Juego de Estrellas cuando comenzó a sentirse lo suficientemente cómodo como para utilizarlo en los juegos.

“Lo practiqué mucho”, confesó. “No quería tirarlo hasta perfeccionarlo y controlarlo”.

Los resultados iniciales han sido prometedores. Los bateadores tienen de 17-2 con siete ponches en los turnos que han terminado con un sinker de Doval, con el que promedia 98.4 mph. Parte de lo que hace que el pitcheo sea tan efectivo es que apenas la pelota sale de su mano, parece un slider. Doval explicó que su sinker se mueve hacia adentro ante los bateadores derechos, mientras que el slider se aleja de ellos.

Cuarenta y cinco de los 58 ponches de Doval en el año los ha conseguido con el slider, pero los Gigantes han pensado en ocasiones que el dominicano se apoya demasiado en sus pitcheos rompientes. El sinker le otorga mayor diversidad a su repertorio.

“Se mueve tanto al final, que los rivales no tienen tiempo de ajustarse”, dijo el receptor de los Gigantes, Joey Bart. “No pueden ver la profundidad. Sienten que lo tienen, pero al final se hunde. Pero, luego (Doval) viene y dice: ‘No, quiero irme con una recta de cuatro costuras a 103 mph’. Eso no es nada divertido. Lo enfrenté varias veces y ahora estoy agradecido de estar de su lado”.