¿Por qué siguen sin firmar nombres sonoros en la agencia libre?

21 de enero de 2018

Durante años, mucha gente alrededor del béisbol ha señalado que el deporte está en medio de una burbuja salarial y que eventualmente la burbuja va a explotar. Eso puede ser lo que estamos viendo ahora con esta colección de muy buenos peloteros -- J.D. Martínez, , , , , Mike Moustakas, etc. - que todavía están buscando trabajo a menos de un mes de los entrenamientos primaverales.
Para ser justos, esto también podría significar otra cosa. Podría ser la tormenta perfecta. Hay muchos asuntos pasando al mismo tiempo. Los equipos que más suelen a gastar parecen muy interesados en ponerse por debajo de los límites del impuesto al lujo. Los mejores jugadores en el mercado de este año (especialmente Hosmer y Martínez) no parecen encajar en muchos conjuntos. El grupo de agentes libres del año que viene (liderados por y Manny Machado) será uno de los mejores de la historia del juego.
Pero miren esto: Según mi cuenta, todavía hay al menos ocho jugadores de más de 30 años a los que sus equipos les deben más de US$100 millones:
1. (34 años)
Al venezolano le quedan seis años y US$184 millones, más una opción
2. (32 años)
Cinco años, US$157 millones restantes
3. Joey Votto (38 años)
Seis años, US$150 millones restantes
4. Max Scherzer (33 años)
Cuatro años, US$148 millones restantes
5. Robinson Canó (35 años)
Al dominicano le quedan seis años y US$144 millones
6. Zack Greinke (34 años)
Cuatro años, US$138 millones restantes
7. Chris Davis (31 años)
Cinco años, US$115 millones restantes
8. (38 años)
Al dominicano le quedan cuatro años US$114 millones restantes, más un contrato de US$10 millones por servicios personales
Sigue habiendo excelentes peloteros en esa lista (Scherzer ganó el Cy Young de la Liga Nacional el año pasado, Votto fue candidato al JMV) pero hay algunos contratos allí de los que los equipos se tienen que estar arrepintiendo. Cuatro años más para Pujols, que tuvo OPS+ de 81 el año pasado. Seis años más para Cabrera, cuyo promedio de bateo el año pasado fue 70 puntos más bajo que el de su carrera. Cinco años más para Davis, que tuvo .423 de slugging en el 2017 a los 31 años, dos años después de sacar 47 pelotas y recibir dicho pacto.
Incluso los contratos que lucen bien ahora seguramente van a lucir peor el año que viene, y aún peor el otro año. Así, lastimosamente, es que funciona este asunto de la edad. Si usted fuese el gerente general, ¿volvería a dar alguno de esos contratos? Quizás el de Canó.
La gente que trabaja en el béisbol sabe desde hace un buen tiempo que la curva de envejecimiento de los jugadores toca su tope y empieza a descender mucho más rápido de lo que cree la mayoría. En los años 70 y 80, era común decir que los jugadores alcanzaban su mejor momento a los 32 años.
Ahora no sólo sabemos que ya para cuando cumplieron 32 años la mayoría de los peloteros tiene tiempo decayendo, sino que muchos están retirados para entonces. Sólo hace falta mirar la boleta de este año para el Salón de la Fama: Orlando Hudson tuvo su última temporada productiva a los 31 años; el venezolano Johan Santana estaba fuera a los 31. Andruw Jones estaba terminado a los 30. Ahora hay mucha gente asegurando que muchos peloteros tocan su pico en sus primeros tres o cuatro años.
Esa forma de pensar obviamente es un golpe contra la estructura salarial que siempre hemos conocido. Por décadas, los equipos han pagado muchos dólares por los años del declive de muchos jugadores. Quizás un puñado de esos contratos ha funcionado. Pero la mayoría ha sido un desastre.
¿Qué significa eso este año? Probablemente lo estamos viendo. Martínez viene de un año monstruoso en el que bateó 29 jonrones en sólo 62 juegos para Arizona. Incluso si se trata de una anomalía, ¿qué equipo no necesitaría a un bate así? La cosa es que Martínez tiene 30 años. Puede que no envejezca tan mal, pero aun así el equipo que lo firme tendría que tomar un riesgo. Y cada vez más los equipos están menos dispuestos a hacer apuestas grandes. En vez de un contrato de siete años, es uno de cuatro o cinco. En vez de US$27 millones, son US$20 millones. Y así.
Arrieta tiene 31 años. Algunos pitchers envejecen bien. Otros no. Arrieta es famoso por la forma en la que se mantiene en forma, por lo que quizás sería una apuesta más segura.
Mike Petriello de MLB.com ha repetido varias veces que, a pesar de tener casi 32 años, Cain es el tipo de jugador al que los años no le pegan tan fuerte. Cain tuvo una muy buena temporada en el 2017, pero sorprende que la mayoría de los equipos -en especial los que tanto necesitan un buen jardinero central, no lo estén buscando con más interés. O quizás si lo están haciendo y no se ha hecho público.
El punto es que hemos venido viendo el fin de la burbuja. Un amigo se refiere a este tipo de situaciones como "el futuro que ya conocemos". Todos sabemos que tarde o temprano los equipos van a dejar de darles contratos de siete y 10 años a peloteros que estarán al final de sus 30 años, o incluso en sus 40, cuando dichos pactos terminen. Porque eso casi nunca tiene sentido. Los jugadores buscando jugosos cheques después de varias campañas excelentes van a encontrarse con que el premio no es tan grande como esperaban.
Quizás pasa este año. Quizás no. Scott Boras y otros agentes podrían tener una sorpresa o dos esta temporada muerta, y quizás Hosmer y Martínez y otros más podrían terminar firmando gigantescos acuerdos multianuales. Pero el tiempo está acabando con la vieja forma de hacer negocios. La burbuja está explotando.