¿Sólo treinta minutos? El juego más rápido

7 de diciembre de 2021
Art by Tom Forget

Una versión de esta historia fue publicada en marzo del 2020.

Se ha hablado mucho en los últimos años de la necesidad de recortar la duración de los juegos de béisbol. El tiempo promedio de un partido de nueve innings ha ido subiendo hasta estar alrededor de tres horas. Cronómetros para los lanzadores, limitar los intentos de sorprender a los corredores en las bases y otras reglas para acelerar el ritmo de los encuentros serán puestos en práctica en diferentes niveles de ligas menores este año.

Hace más de un siglo, algunos equipos llegaban a los extremos para completar los juegos tan rápido como fuese posible. Los serpentineros no se tomaban descansos entre lanzamientos ni entradas. Cada visita al plato duraba apenas 30 segundos.

De acuerdo con ese sabelotodo que es Google, el duelo de 1910 entre Atlanta Crackers y Mobile Sea Gulls es el primer resultado que sale cuando uno busca “partido de béisbol más rápido de la historia”. El duelo duró 32 minutos. Pero el cotejo de 1961, entre Asheville Tourists y Winston-Salem Twins, aparentemente fue más corto: 31 minutos.

Veamos primero el de 1910, la primera opción de Google. Se disputó en el Ponce De León Park de Georgia, un estadio bastante raro con un árbol gigante en el jardín central. Ambos equipos estaban ya fuera de la lucha en los últimos días de la campaña y, aunque es difícil saber qué estaban pensando, muchos creen que estaban tratando de romper el récord anterior del encuentro más rápido, un choque de 44 minutos, en 1904.

De acuerdo con la organización SABR y varias reseñas de diarios, los equipos entraban y salían corriendo al terreno, y no calentaban entre innings. Un artículo del New York Times apuntó que los bateadores incluso entraban a “batear corriendo”, haciendo swing casi exclusivamente al primer pitcheo. Casi todos los batazos fueron rodados, permitiendo que los infielders realizaran 35 asistencias.

Los abridores Bill Chappelle y Hank Griffin “lanzaron excelentes juegos” y lucieron “como locomotoras dementes”, según el Atlanta Journal. Otorgaron una sola base por bolas entre ellos y propinaron un solo ponche. Esta ilustración puede que haya sido de Chappelle – o puede que no—durante ese encuentro. El hombre sí se parece un poco a una locomotora loca, ¿verdad?

Los Sea Gulls completaron un raro triple-play 9-3-2 para ayudar a poner fin rápido a un episodio: Un elevado en el jardín derecho atrapado, un corredor doblado en la primera base y luego otro puesto out al tratar de hacer pisa y corre desde la tercera al home. Mobile ganó el partido por 2-1, gracias a un sencillo impulsor, un triple y una carrera gracias a un wild pitch.

Wynn Montgomery, haciendo una de esas profundas investigaciones por las que se le conoce en SABR, se dio cuenta revisando viejos box scores que el juego tuvo un total de 62 visitas al plato, lo que da un insólito promedio de 31 segundos por turno. Entonces no, no había nadie haciendo de Nomar Garciaparra aquel día.

Y luego está el choque de 1916 entre los Tourists y los Twins. No hay mucha información sobre ese enfrentamiento, ni box scores, ni reseñas de prensa. Pero, como el duelo de 1910, era uno de los últimos días de la temporada, así que realmente a nadie le importaba mucho quién ganó (los Twins se impusieron por 2-1). Ambos equipos también habían decidido empezar media hora más temprano, porque los Twins tenían que tomar el tren. El juego avanzó tan rápido que algunos fanáticos que pensaron que estaban llegando temprano apenas entraron a tiempo para ver el final.

Los lanzadores tiraron suave y por el medio del plato, para que los bateadores pudieran batear y salir de sus turnos. Y si conectaban la pelota, seguían corriendo hasta que se les pusiera out o llegaran al plato. Los defensores también empezaron a dejar el terreno antes de que hubiese tres outs, para ir agilizando las cosas. Era como un montón de niñitos de cinco años jugando en el patio de su casa.

Pero una de las mejores anécdotas del partido fue encontrada por Dayn Perry de CBS en un libro llamado "A History of Professional Baseball in Asheville" (Historia del Béisbol Profesional en Asheville).

“La jugada más inusual del juego se produjo en la primera mitad de la tercera entrada. Doc Lowe, lanzador de Asheville, lanzó la pelota antes de que su cátcher se colocara detrás del home. El bateador de Winston-Salem conectó un sencillo al jardín central y trató de llegar a la segunda base cuando el tiro del guardabosque terminó en el dugout de los visitantes. Frank Nesser, quien estaba prevenido al bate por los Twins, tomó la bola e hizo un tiro perfecto para retirar a su propio compañero en la intermedia”.

Eso SÍ es tener ganas de que el juego avance más rápido.