Statcast: 12 HR que nos habría gustado medir

13 de diciembre de 2021

Han pasado siete temporadas desde que Statcast comenzó a funcionar en los estadios de Grandes Ligas, rastreando y midiendo batazos. Con cada año que pasa, entendemos cada vez mejor qué tan duro y qué tan lejos puede un ligamayorista darle a una pelota. En ese lapso, el dominicano Nomar Mazara conectó el batazo más largo, uno de 505 pies. Y Giancarlo Stanton ha dado el jonrón más duro, un misil que salió de su bate a 121.7 millas por hora.

¿Pero y antes de estos siete años? Pensando en eso, aquí van 12 bombazos que nos habría encantado medir con Statcast.

Glenallen Hill en Wrigley Field (11 de mayo del 2000)
Cuando está soplando el viento hacia los jardines del Wrigley Field, todo parece posible para un toletero, incluyendo los techos de los edificios al otro lado de la Avenida Waveland. El dominicano Sammy Sosa rompió la ventana de un edificio, pero ni el mismísimo Sammy dio un batazo tan largo como el de Hill. Según los cálculos de aquella tarde, la bola recorrió 490 pies, aunque el propio Hill le dijo al Chicago Tribune que fue como de 700.

Mark McGwire la bota ante Randy Johnson (24 de junio, 1997)
Randy Johnson tuvo récord de 20-4 con 2.28 de efectividad y 291 ponches en 1997, pero en este caso, el poder chocó con el poder. La Gran Unidad puso este pitcheo en la esquina de afuera del home, pero McGwire fue capaz de jalarla y mandarla a lo más lejano del Kingdome. ¿El cálculo del momento? 538 pies.

Mike Piazza en el Coors Field (26 de septiembre de 1997)
Nuestra selección obligatoria de batazos en el Coors Field es para este bombazo de Piazza que siguió subiendo y subiendo. Darren Holmes, el lanzador de los Rockies al que se lo conectó, dijo que la bola recorrió “probablemente 560 pies”. Y el batazo fue ante un cambio de velocidad, nada menos. El de 505 pies de Story cayó en el pasillo principal detrás de la raya del jardín izquierdo. El de Piazza llegó al pasillo, pero entre el jardín central y el izquierdo.

Barry Bonds en el Yankee Stadium (8 de junio del 2002)
¿Alguna vez ha habido un regalo más satisfactorio de un bateador que llega al plato y hace exactamente lo que todo el mundo esperaba que hiciera? Eso fue lo que hizo Bonds, el toletero más temible del béisbol en un raro turno de juego interligas en el Yankee Stadium. Conectó un majestuoso bambinazo al último piso por el jardín derecho.

Ken Griffey Jr. en el Rogers Centre (12 de abril de 1996)
¿Recuerdan la escena en la película “Little Big League” en la que Griffey, el malvado villano, conecta un jonrón al tercer nivel del estadio y luego lanza su bate como si nada? Este cañonazo contra el venezolano Giovanni Carrara de Toronto fue básicamente esa misma escena, pero en la vida real. La bola pasó sobre el Hard Rock Café y cayó en el quinto nivel.

**Cecil Fielder en el Tiger Stadium (25 de agosto de 1990)**El techo del viejo Tiger Stadium era uno de los retos más imponentes y reverenciados para cualquier bateador derecho, uno que conquistó el fornido toletero de Detroit. Después de dar un foul con un swing tan fuerte que el narrador se preguntó si Fielder la hubiese sacado del estadio de haberle dado bien, el gran Cecil hizo precisamente eso. Punto extra porque fue contra Dave Stewart, cuando el derecho estaba en lo más alto de su carrera.

Reggie en el Juego de Estrellas (13 de julio de 1971)
¿Un bateador emergente ha dado alguna vez un jonrón más largo? Reggie salió de la banca y mandó un pitcheo de Dock Ellis de los Piratas a 530 pies del home. Habría salido del Tiger Stadium, como el palazo de Fielder, de no ser porque pegó contra lo más alto del techo por el jardín derecho. Jackson le dijo a un reportero de Associated Press después del juego que “ni siquiera estaba tratando de dar un jonrón”. ¡Imaginen si hubiera tratado!

Adam Dunn por todo el central en el GABP (10 de agosto de 2004)
Dunn no siempre hacía contacto, pero cuando chocaba la bola, solía mandarla lejos. Los estimados sobre este bombazo en el Great American Ball Park van desde 500 hasta 535 pies, pero lo que sí tenemos claro es que pasó por encima de la zona engramada de 32 pies de alto detrás de la señal de 404 pies por el jardín central.

Wily Mo Pena en el GABP (17 de abril del 2005)
Esta bola iba a camino al Río Ohio de no ser porque se le atraviesa el último piso por la zona del jardín derecho. Alguien podría decir que ninguno de los que se sentó por esa zona esperaba un jonrón de suvenir aquel día, aunque por otro lado, ya todos en Cincinnati sabían del poder del dominicano.

Andrés Galarraga en el Pro Player Stadium (31 de mayo de 1997)
Un grand slam produce siempre cuatro carreras, pero vaya, éste tuvo que sentirse mejor que la mayoría. El del venezolano fue uno de apenas 10 jonrones que Kevin Brown permitió en toda la temporada, y seguramente todavía lo recuerda. La bola terminó dando en una zona cuyas sillas estaban tapadas con una lona, rebotando como una pelota de golf. Los estimados empezaron en 579 pies, antes de ser bajada a 529 y luego a 468, como si nadie creyera que se le podía dar tan duro a una bola.

Mo Vaughn en el Shea Stadium (26 de junio del 2002)
Cuándo los trabajadores del Shea Stadium subieron aquel gigantesco anuncio de cerveza, ¿alguno habrá pensado que una pelota iba a pegar en la mitad superior? La bola recorrió 505 pies, según los cálculos de los Mets.

Darryl Strawberry en el Estadio Olímpico (4 de abril de 1988)
Lo que no daríamos por tener el ángulo de salida de este batazo, porque Strawberry mandó la bola tan alta que por un momento ni él mismo estaba seguro de qué había pasado. Algunos fanáticos juran que la bola todavía iba subiendo cuando pegó en el techo. De hecho, un ingeniero de la Universidad McGill de Montreal estimó que la bola habría recorrido 525 pies, de no haber sido detenida en pleno vuelo.