Tras otra derrota de Nicaragua, Benard volvió a criticar a sus pupilos

5 de febrero de 2024

MIAMI – Para Nicaragua, el Clásico Mundial de Béisbol 2023 y la Serie del Caribe 2024 – ambos torneos en el loanDepot park de Miami – se han convertido en una pesadilla, con récord combinado de 0-8 en lo que ha sido la primera participación del país centroamericano en ambos casos.

Cuando se trata del Clásico Caribeño, los Gigantes de Rivas tuvieron sus oportunidades de ganar los primeros dos partidos del torneo, contra Criollos de Caguas (Puerto Rico) y Tigres del Licey (República Dominicana). Pero al fin y al cabo, no se pudo. Y entre domingo y lunes, el equipo nicaragüense cayó por un total de siete carreras ante Federales de Chiquirí (Panamá) y Curacao Suns (Curazao).

Ahora con su tropa descartada matemáticamente de la clasificación a las semifinales del torneo con marca de 0-4, el dirigente Marvin Benard – tal como lo hizo el domingo – expresó en términos bien fuertes su incomodidad con la representación nica en Miami 2024.

“Tenemos que buscar la manera de ver las cosas diferente, para que entendamos que el juego se juega 100% desde el primer pitcheo hasta el último”, dijo Benard tras la derrota de Nicaragua por 6-2 ante Curazao el lunes a primera hora. “Sucedieron unas cuantas cositas en los últimos innings que no me gustaron. Entonces, traté de explicarle a esos peloteros, individualmente. Son cositas que uno ve que hacen la diferencia en el juego”.

El lunes, los Gigantes arrancaron bien, ganando el partido 2-0 al llegar al cierre de la cuarta entrada. Sin embargo, el abridor Pedro Tórrez concedió cuatro hits y tres anotaciones de los bates curazoleños en dicho inning. En el sexto episodio, el relevista Jesús Linárez permitió tres carreras más – producto de un cuadrangular con dos a bordo de Hendrik Clementina – que esencialmente sentenció el partido a favor de los Suns.

Tras el juego, Benard dejó entrever que él ha tratado de inculcarles a sus jugadores la mentalidad indicada para ganar, pero que ellos no han asimilado las enseñanzas.

“Podés traer al mejor instructor del mundo. Si el estudiante no te entiende, es difícil tener dirección”, dijo Benard, exjardinero de Grandes Ligas. “Peloteros tenemos. Material tenemos. El béisbol es un juego mental. Se juega mentalmente. Cuando entendamos mejor las cositas pequeñas, creo que vamos a avanzar. Pero eso tiene que comenzar desde que somos niños. Físicamente, todo el mundo puede jugar el béisbol. Todo el mundo tira, todo el mundo batea”.

A Nicaragua le quedan dos choques más en esta Serie del Caribe, el martes a primera hora frente a los Naranjeros de Hermosillo (México) y el miércoles contra los Tiburones de la Guaira (Venezuela) en el último partido de la fase clasificatoria del torneo. Ahora, la meta es salir de Miami con por lo menos una victoria.

Con eso en mente, Benard ha hablado de “mover las fichas”, aunque ha enfatizado que hasta eso tiene su límite, dado su roster.

“La definición de alguien que está medio loco es de seguir haciendo las mismas cosas, esperando diferentes resultados”, expresó Benard al dejar entrever que vendrían cambios en su alineación, tal como sucedió el lunes.

Benard, ante algunos cuestionamientos bien agudos de parte de la prensa de su país, ha oscilado entre criticar a sus pupilos y afirmar que el talento está ahí para que los Gigantes puedan dar la lucha.

“Yo no me meto en esto, a menos que yo crea que podemos ganar”, dijo Benard al respecto. “Los juegos que hemos jugado se nos han escapado de las manos. Ésa es mi frustración.

“Vamos a buscar la manera de cómo echar para adelante”.

Entre todos sus comentarios, el mensaje de Benard ha sido contundente: No está conforme con cómo sus jugadores han afrontado las diferentes situaciones de los partidos.

“A mí me gustaría ver en Nicaragua que comencemos a entender o jugar el béisbol más mental que cualquier (otra) cosa”, manifestó. “Yo no conozco el corazón de ellos. Nadie puede conocer el corazón de ellos. La mentalidad tampoco.

“Tal vez lo que estoy explicando es muy profundo… y no me entienden. Yo trato de hablarles como adultos. Si no me entendiste, ya eso no es culpa mía. Para mí, esto es una escuela. El profesor es bueno si el estudiante entiende lo que estamos hablando”.