MONTERREY, México - Yimi García ha pasado "las de Caín" desde el 2016 en su carrera profesional como lanzador de los Dodgers. Luego de un promisorio inicio entre el 2014 y el 2015 con Los Ángeles, el relevista dominicano perdió casi todo el 2016 debido a unos dolores que resultaron en una cirugía Tommy John en octubre de dicho año.
El camino hacia un regreso fue largo y arduo, lo cual incluyó ausentarse durante todo el 2017. Pero por fin, el jueves de esta semana reapareció García por los Dodgers en Arizona, permitiendo un par de hits y una carrera al sacar un solo out.
Eso fue simplemente un preludio desagradable de algo mucho mejor al día siguiente, en el Estadio de Béisbol Monterrey, donde el quisqueyano fue parte de un no-hitter combinado propinado por los Dodgers a los Padres en el marco de la Mexico Series.
"Para mí fue emocionante", dijo García sobre el primer juego sin hit ni carrera realizado fuera de Estados Unidos/Canadá y el primer no-hitter combinado en la historia de los Dodgers. "Imagínate, ser parte de algo tan grandioso que no pasa (con frecuencia). Gracias a Dios tuve la oportunidad de estar ahí".

En dicho partido, García no permitió libertades, ponchando a dos de los tres bateadores que enfrentó. De sus 14 pitcheos, 11 fueron strikes.
Fue una sola presentación, pero para García, representó el fruto de un proceso bien duro que empezó hace dos años.
"Siempre estuvimos positivos, trabajando fuerte, porque yo sabía que podía lograr mi meta otra vez y llegar a las Grandes Ligas de nuevo", comentó el oriundo de Moca.
El manager de los Dodgers, Dave Roberts, también quedó complacido al ver rendir a García en la lomita.
"No ha sido nada fácil para él el último par de años, pero ha trabajado bien duro", dijo el piloto acerca del quisqueyano. "Sé que todos nosotros estuvimos bien contentos de que él fuera parte de eso. Es alguien que nos va a ayudar este año".