Cuando los Medias Rojas adquirieron a Pablo Reyes desde los Atléticos a cambio de dinero en efectivo el 12 de mayo, ni los seguidores de transacciones más dedicados le pusieron mucha atención.

Christian Arroyo había sufrido un tirón en la corva derecha, por lo que la novena de Boston hizo un movimiento para reemplazarlo en el roster. Así sumaron al dominicano de 29 años, quien estaba en Triple-A Las Vegas en la finca de Oakland.

Si Reyes no había sido capaz de colarse en el roster de los Atléticos, el equipo con el peor récord de Grandes Ligas, ¿cómo iba a ayudar a los Medias Rojas?

Resulta que la respuesta es la siguiente: Bastante. Reyes ha puesto la chispa en los Patirrojos. El miércoles, empató el partido ante los Nacionales en Washington en la parte alta del octavo episodio con un jonrón de dos carreras, aunque Boston perdió por 6-2.

El batazo se produjo apenas nueve días después de que el oriundo de Santo Domingo conectara un grand slam de oro ante los Reales.

¿Quién se hubiera imaginado que Reyes iba a aportar de tal manera? Después de todo, bateaba .257 en Triple-A cuando los Atléticos lo enviaron a los Medias Rojas.

“La gerencia hizo un buen trabajo de reconocer que es un buen defensor y que puede tener buenos turnos al bate contra zurdos”, expresó el manager de Boston, el puertorriqueño Alex Cora. “Pero creo que general, lo que ha hecho, el que diga que lo veía venir está mintiéndote”.

¿Qué es lo que ha hecho Reyes? En sus primeros 41 partidos con los Medias Rojas, tiene línea de .321/.360/.443.

Al preguntársele si hubiese imaginado que iba a batear así, el quisqueyano sonrió.

“No voy a decir que no creo en mí mismo. Creo en mí mismo”, manifestó Reyes. “Sabía que tenía buenos números en ligas menores, y también cuando otro equipo me dio la oportunidad de estar en Grandes Ligas, tuve números buenos.

“Pero ésta es la primera vez que he tenido la oportunidad de jugar todos los días y estoy contento de que las cosas estén saliendo como están saliendo y que también esté ayudando al equipo a ganar”.