¿Podría Acuña mejorar aun más en el 2024? Aquí, explicamos que sí

26 de enero de 2024

De plano, probablemente no creerías que el venezolano Ronald Acuña Jr. podría tener una temporada mejor en el 2024 que la que acaba de protagonizar en el 2023, porque al fin y al cabo ganó por unanimidad el premio a Jugador Más Valioso de la Liga Nacional mientras lograba la primera campaña 40-70 en la historia. Y aunque esa última parte fue claramente facilitada por las nuevas reglas, sigue siendo un 40-70. 

¿Qué podría ser mejor de eso?

No es exactamente razonable esperar más, pero tampoco está fuera de las posibilidades. Por lo general, cuando vemos a jugadores tener lo que parece ser el mejor año de su carrera, es normalmente porque A) estuvo impulsado por lo que pareció ser una ola de buena suerte en el momento adecuado, o B) tuvo un nivel tan fuera de lo común que es imposible repetirlo, o C) está en una edad en la que es más probable que hayan pasado los mejores días del jugador.

Pero A) no es el caso; es todo lo contrario. B) tampoco es cierto, porque aunque Acuña tuvo indiscutiblemente un año excelente; realmente sólo fueron los robos los que estuvieron desproporcionadamente fuera de línea con su rendimiento pasado. Y C) bueno, acaba de cumplir 26 años en diciembre.

Todo eso significa que no es difícil preguntarse si el 2023 fue sencillamente uno de varios años excelentes, y no el mejor año que tendrá en su carrera. En cualquier caso, al menos es posible que tenga más en el tanque. ¿Cómo podría ser posible eso?

1) No se benefició de la buena fortuna. Quizás lo contrario.

Lo que queremos decir con “buena suerte y potencialmente un rendimiento excesivo” lo podemos ver en el caso de Cody Bellinger, quien tuvo una campaña sólida a nivel superficial (.307/.356/.525, un OPS+ de 133), pero que viene acompañada de muchas preguntas sobre durabilidad y repetibilidad, dada su tasa de batazos fuertes por debajo del promedio, así como otros factores.

No existen tales preguntas para Acuña, quien probablemente debería haber obtenido más de lo que mostró el año pasado. Acuña registró wOBA de .428 el año pasado, siendo superado sólo por Shohei Ohtani. (Es como el porcentaje de embasarse, si eso considerara los extrabases más valiosos que los sencillos). Pero su wOBA esperado, basado en estimaciones de Statcast a partir de la calidad del contacto, fue en realidad de .460, lo que significa que se quedó corto por 32 puntos. Ésa es la tercera brecha negativa más grande de cualquier bateador calificado. Si prefieres el promedio de bateo, es la misma idea: Bateó .337, pero registró PRO esperado de .357, según la calidad de su contacto.

(En comparación, Mookie Betts bateó casi exactamente lo que mereció, registrando un wOBA de .416 con un wOBA esperado de .407, lo que significa que probablemente no hubo buena ni mala fortuna. Puedes decir lo mismo del compañero de equipo de Acuña en Atlanta, Austin Riley, quien tuvo un wOBA de .363 y un wOBA esperado de .365. Por otro lado, la marca real de .370 de Bellinger superó con creces su marca esperada de .327, lo que podría explicar en parte por qué no ha conseguido un contrato a estas alturas).

Esto no siempre significa sólo “mala suerte”, para ser claro. A veces conectas una pelota a 118 mph a las canales y ves que el jardinero se encuentra en el lugar correcto en el momento indicado.

A veces, uno de los mejores jardineros defensivos del siglo XXI te muestra exactamente por qué se ha ganado esa etiqueta.

Y a veces, le das a una pelota que habría salido de otros 27 estadios, excepto en el que estás ese día… y para colmo, le das tan fuerte y hacia uno de los mejores jardineros izquierdos defensivos del juego que terminas con simplemente un sencillo.

Si eso es “mala suerte” o “así es el béisbol”, depende de la opinión de cada quien, porque desde hace mucho tiempo es popular decir que todo “se nivelará al final de la temporada”, y eso no siempre es cierto. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que 31 veces el año pasado, Acuña dio un macetazo, es decir, una pelota bateada con la combinación perfecta de velocidad y ángulo de despegue – que tienen un promedio superior a .500 y un slugging por encima de 1.500 – y se convirtieron en out. No sólo fue la mayor cantidad en el 2023; fue la mayor cantidad de outs con macetazos en cualquier año desde que Statcast hizo su estreno en el 2015.

Nueve veces en el 2023, le dio a una pelota más allá de 390 pies que fue o un out o un sencillo, también la mayor cantidad en todo el béisbol. (Para tener contexto, las pelotas golpeadas a 390 pies o más terminan siendo extrabase más del 85% de las veces).

Ahora bien, ¿garantiza esto que obtendrá mejores resultados en el 2024? No, por supuesto que no, y no es como si nunca se hubiera beneficiado de algún globito débilmente golpeado. Algunos de esos macetazos y batazos de 390 pies o más habrían salido del parque si los hubiera dado hacia la zona de foul, en lugar de enviarlos al jardín central, como cuando conectó éste en Colorado de 416 pies que aun así se convirtió en out.

Pero tan impresionante como fue el OPS de 1.012 de Acuña, no es tan atípico en comparación con el OPS de .989 que tuvo del 2020 al 2021. (Estamos dispuestos a pasar por alto su rendimiento en el 2022, ya que estaba recuperando su ritmo después de su grave lesión de rodilla). Básicamente, se reduce a que las métricas subyacentes sugieren que podría haber más allí, a diferencia de Betts o Riley, que no tuvieron brechas ni buenas ni malas, o Bellinger, que podría estar listo para retroceder.

2) Puede mejorar su defensa.

Esto quizás sorprenda, dado los muchos videos que hay de Acuña atrapando a corredores lo suficientemente imprudentes como para desafiar el impresionante cañón que tiene de brazo, pero las métricas avanzadas de defensa no hacen ver bien su temporada del 2023. El Valor de Carreras Defensivas de Statcast lo ubicó en menos 4 carreras, y las Carreras Defensivas Salvadas de Baseball Info Solutions indicaron menos 2 carreras, y las razones fueron las mismas. Observa el desglose de Statcast de cómo llegamos a menos 4:

Brazo de tirar: Más 5, empatado como el cuarto mejor 

Valor de alcance: Menos 8, empatado por el 12do más débil

Eso no se trata sólo o principalmente de errores; se trata de jugadas que deberían haberse realizado y no se hicieron, como ésta o ésta o ésta o ésta:

O incluso ésta, pese a que la compensó con un tiro excepcional.

Te mostramos estas jugadas mal ejecutadas para comunicar un punto: Esto podría ser una buena noticia.

Esto se debe a que no es como pedirle a un defensor deficiente como Kyle Schwarber que mejore su fildeo, porque ese resultado sería poco probable dadas las habilidades que Schwarber tiene y no tiene. No se trata de una falta de velocidad ni habilidad que simplemente no se puede superar, como si pusieras a un receptor en los jardines. Es cierto que la velocidad de Acuña ha disminuido desde antes de que se lesionara la rodilla – alguna vez fue de nivel élite; el año pasado estuvo en el percentil 65 — todavía está por encima del promedio. Y algunas de las jugadas que no realizó posiblemente fueron en parte para proteger la rodilla en situaciones menos urgentes.

Las deficiencias defensivas no son por una limitación física, lo que significa que no son algo que un jugador joven y tremendamente talentoso no pueda superar.

Consideren esto: Si Acuña hubiese mostrado un alcance promedio en el 2023, su WAR hubiese pasado de 8.3 a aproximadamente 8.9. Si hubiera llegado incluso un poco por encima del promedio, estaría más cerca de WAR de 9.3. Puede que sea demasiado pedirle que esté por encima del promedio, pero esperar que iguale el promedio no lo es. Simplemente eliminar las bolas perdidas en el sol o leer un poco mejor los batazos — lo decimos como si fueran cosas fáciles, que obviamente no lo son — lo ayudaría mucho a tener una temporada aun más valiosa.

3. Puede tener una mejor tasa de éxito robando bases.

Un aspecto controversial de la campaña del 2023 de Acuña fue que aunque sumó 73 estafadas, terminó apenas en el sexto lugar en la métrica de valor corriendo las bases de FanGraphs, la mitad de valioso de lo que fue Corbin Carroll en ese sentido. Eso se debe a que aunque Acuña encabezó las Mayores en bases robadas, también terminó en el segundo lugar en intentos fallidos, y ser atrapado una vez perjudica mucho más que el valor que suma ser exitoso. (También fue bueno, pero no se destacó mucho que digamos en jugadas corriendo las bases que no involucraron intentos de robo.)

Lo que hay que ver aquí aplica más a la segunda base que a la tercera, porque aunque las estadísticas dicen que Acuña estuvo de 16-14 en intentos de robo de la tercera almohadilla, la verdad es que no fue atrapado por un receptor robándose la antesala ni una vez. (Los dos intentos fallidos fueron porque fue sorprendido por el lanzador que tiró a la base.)

En lugar de ello, fue sorprendido por el lanzador en la primera base en cinco ocasiones, que se encuentran en las 12 veces que fue atrapado tratando de robarse la segunda almohadilla, la segunda mayor cantidad de Grandes Ligas. Aunque quizás sea tentador pensar que Acuña debe intentar robar más en el 2024, la manera más valiosa de hacerlo sería siendo más eficiente a la hora de robar, aunque termine con un total de estafadas más bajo.

Consideren esto: Juzgando solamente por su componente de estafadas de la métrica de corrido de bases, hubo un empate entre tres jugadores por el tercer lugar. Acuña se robó más bases que Carroll y CJ Abrams, pero miren los índices de éxito.

  • Carroll: 54 Bases Robadas  // 5 Intentos Fallidos    (92% de éxito) 
  • Acuña: 73 Bases Robadas  // 14 Intentos Fallidos   (84% de éxito)
  • Abrams: 47 Bases Robadas  // 4 Intentos Fallidos   (92% de éxito)

No one, obviously, would be upset if Acuña simply repeated the same stolen base numbers, but trading in a few bases taken for fewer outs given up would be more valuable – especially when you consider the quality of the batters who hit behind him in the Atlanta lineup.

As we said, it’s not fair to expect more from Acuna. But it’s not unreasonable, either, based on his age, talent, and the season we just saw him produce. Besides: We haven’t even considered the repercussions of him bringing that left-handed swing into a game, either. There might just be more we haven't even seen yet.