Pasaron 10 años para que otro latino se apuntara un salvamento en el ASG: Ambos, YANKEES
Aroldis Chapman es un nombre que a muchos bateadores de las Mayores les trae malos recuerdos. Y no es para menos. El relevista cubano de los Yankees se ha convertido en una verdadera pesadilla para los equipos que llegan perdiendo ante los “Bombarderos del Bronx” a las postrimerías de los partidos. Eso pudiera aplicar también a los miembros del equipo de estrellas de la Liga Nacional presentes en el Clásico de Verano, celebrado este año en Cleveland.
El zurdo cerró magistralmente el partido del martes para apuntarse su primer salvamento como miembro de los Yankees en un juego estelar, pues aunque fue invitado en el 2018, no pudo participar por molestias en una de sus rodillas. Lo curioso fue que Chapman igualó varias marcas de otro lanzador de la mal llamada “mano equivocada”, el mexicano Fernando Valenzuela, a quien Aroldis se unió como los únicos en lograr una entrada de tres ponches en dos Juegos de Estrellas consecutivos de manera individual. “El Toro” lo hizo en 1984 y 1986, mientras que “El Misil Cubano” logró la hazaña en el 2015 (con los Rojos) y en este 2019.
¡Aroldis Chapman recetando el sello de la casa! #YankeesBéisbol | #AllStarGame pic.twitter.com/UwBBKu389H
— Yankees Beisbol (@Yankees_Beisbol) July 10, 2019
Pero Chapman logró algo más que estamos seguros a los fanáticos Yankees les va a encantar: Fue el primer latino en salvar un Juego de las Estrellas desde que el panameño Mariano Rivera lo hiciera durante el Clásico de Media Temporada del 2009.
Mariano Rivera en el #AllStarGame de 2009 y Aroldis Chapman en el 2019... ¡CASI NA! 🇵🇦🇨🇺 #LasMayores pic.twitter.com/rG6xKGsfjO
— LasMayores (@LasMayores) July 11, 2019
Ambos latinos, ambos miembros de los Yankees. Ahora recordemos quiénes fueron los campeones de la Serie Mundial de hace 10 años.
Dicho esto, la actuación de Aroldis durante el 90mo Juego de Estrellas de las Mayores bien podría ser un aviso sobre lo que estamos por vivir el próximo octubre. No somos Nostradamus, pero el béisbol es portador de caprichosas casualidades. Sólo decimos.
