Miguel Vargas impresionó en su debut con los Dodgers

4 de agosto de 2022

SAN FRANCISCO – Previo a su debut en las Mayores, Miguel Vargas apareció en el clubhouse del equipo visitante con una tremenda sonrisa y sólo un arete colgando de su oreja izquierda. El joven cubano procedió a hablar con los medios y luego realizó prácticas de bateo en el terreno.

A Vargas se le vio confiado todo el tiempo, algo extraño para un muchacho de 22 años. Dicha confianza se eleva aun más cuando el oriundo de La Habana tiene un bate en sus manos. Aunque su futura posición a la defensa sigue en veremos, su habilidad en el plato es bastante clara.

La mayoría de los escuchas piensa que Vargas, el prospecto Nro. 5 de los Dodgers en la lista de MLB Pipeline, tiene una de las mejores herramientas de bateo en el sistema del club. El miércoles, Vargas dio una probadita de todo su talento, tras irse de 4-2 con dos empujadas en la victoria de los Dodgers por 3-0 sobre los Gigantes en el Oracle Park.

“El muchacho ha estado involucrado en el béisbol por mucho tiempo y cuando entiendes el juego, tiene un buen pulso”, dijo el piloto de los Dodgers, Dave Roberts. “Siempre está mirando el terreno y observando y entiende el juego, el marcador, pero tiene una habilidad asombrosa para analizar las cosas detenidamente”.

Con seis miembros de su familia presentes en el estadio, Vargas conectó un doble productor por el jardín derecho-central en su primer turno en Grandes Ligas. El batazo tuvo una velocidad de salida de 106 millas por hora y una distancia de 396 pies, de acuerdo con Statcast.

“Me sentía bien nervioso cuando estaba en el círculo de espera”, reconoció Vargas. “Pero una vez que me paré en la caja de bateo, eso desapareció”.

Casi todo lo que Vargas ha aprendido del béisbol viene de su padre, Lázaro, un veterano de 22 años en la Serie Nacional de Cuba y quien ganó dos medallas de oro para su selección. Ambos desertaron de la isla y llegaron a Las Bahamas juntos en el 2015. El padre de Vargas quería que su hijo viviera el sueño de jugar en las Mayores.

“Llegué aquí para vivir el sueño (de mi padre), el cual era jugar en Grandes Ligas”, expresó Vargas. “Nunca tuvo la oportunidad de lograrlo. Y para mí estar aquí, siento que también lo represento a él”.