¿Por qué Fernando Valenzuela merece estar en el Salón de la Fama?

15 de noviembre de 2025

En la historia de Major League Baseball han jugado 147 peloteros nacidos en México. El más grande de todos fue el legendario , quien se convirtió en una sensación instantánea con los Dodgers a principios de la década de 1980 y sigue siendo el único lanzador en la historia de Grandes Ligas que ha ganado el premio al Novato del Año y el Cy Young en la misma temporada (1981).

Valenzuela, quien falleció en 2024, tenía una de las mecánicas de pitcheo más singulares del béisbol, que incluía mirar al cielo antes de soltar cada lanzamiento. Y dejó una huella en el juego que pocos han podido igualar.

Ahora que aparece en la boleta de la Era Contemporánea del Béisbol, cuya votación se llevará a cabo el próximo mes durante las Reuniones Invernales en Orlando, Florida, es un buen momento para analizar el caso de Valenzuela para ingresar a Cooperstown, lo cual podría convertirlo en el primer jugador nacido en México en ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol.

Fernandomanía, un momento icónico del béisbol

No se puede contar la historia del béisbol en los primeros años de la década de 1980 —ni mucho menos la del béisbol en México— sin hablar de la “Fernandomanía”, un fenómeno eufórico que se vivió en Los Ángeles durante seis meses de 1981, cuando Valenzuela irrumpió en la escena de Grandes Ligas y conquistó los corazones de incontables aficionados alrededor del mundo.

Debutó como relevista con sólo 19 años en septiembre del año anterior, y realizó su primera apertura en las Mayores el 9 de abril de 1981, convirtiéndose en el primer novato en abrir un juego inaugural desde la lomita para los Dodgers. Ese día, frente a los Astros en el Dodger Stadium, lanzó una blanqueada de cinco imparables.

Con una poderosa combinación de pitcheos encabezada por su emblemática “screwball” (lanzamiento de tornillo), Valenzuela luego completó seis juegos consecutivos (cuatro de ellos fueron blanqueadas). En su siguiente apertura lanzó otras nueve entradas, en un juego que los Dodgers ganaron en la parte baja del noveno inning.

Fue una racha impresionante de ocho salidas, durante las cuales ponchó a 68 bateadores, dio 17 boletos y permitió solo cuatro carreras en 72 innings (efectividad de 0.50).

Y mientras todo esto ocurría, también surgía un fenómeno cultural que fue bautizado como “Fernandomanía”, atrayendo a miles de nuevos aficionados al béisbol y llenando el Dodger Stadium cada vez que Valenzuela subía al montículo.

Fue convocado al Juego de Estrellas y terminó esa temporada con una efectividad de 2.48 en 25 aperturas (11 juegos completos, ocho blanqueadas).

Además, ayudó a los Dodgers a llegar y ganar la Serie Mundial de 1981, registrando efectividad de 2.21 en cinco aperturas de postemporada, lanzando al menos ocho innings en cuatro de ellas, incluida una victoria con juego completo en el Juego 3 del Clásico de Otoño ante los Yankees.

El Año de Fernando culminó con su histórica distinción como el primero —y hasta hoy el único— lanzador en ganar el premio al Novato del Año y el Cy Young en la misma campaña. También finalizó quinto en la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y obtuvo un Bate de Plata.

Comparaciones favorables con otros inmortales

Entre 1981 y 1986, ningún abridor lanzó más innings que los 1,537 de Valenzuela. Sólo un lanzador tuvo más juegos completos que sus 84: Jack Morris (89). Y precisamente Morris representa una comparación interesante como contemporáneo, siendo él un miembro del Salón de la Fama y Valenzuela uno de los candidatos en la boleta de este año de la Era Contemporánea del Béisbol.

Morris fue exaltado al Salón de la Fama en 2018 por el Comité de la Era Moderna del Béisbol. Al comparar sus cifras —y las de otro miembro del Salón, Catfish Hunter— con las de Valenzuela, las similitudes son notables:

Jack Morris (Salón de la Fama)
18 temporadas, 3,824 IP, 3.90 ERA, 105 ERA+, 3.94 FIP, 43.5 bWAR (2.7 bWAR por cada 162 juegos), 32.5 WAR-7 (suma del WAR de sus siete mejores campañas), 5 veces All-Star, JMV de la Serie Mundial (1991)

Fernando Valenzuela
17 temporadas, 2,930 IP, 3.54 ERA, 104 ERA+, 3.61 FIP, 41.4 bWAR (3.2 bWAR por 162 juegos), 33.5 WAR-7, 6 veces All-Star, Cy Young/Liga Nacional Novato del Año (1981)

Catfish Hunter (Salón de la Fama)
15 temporadas, 3,449.1 IP, 3.26 ERA, 104 ERA+, 3.66 FIP, 40.9 bWAR (2.8 bWAR por 162), 34.9 WAR-7, 8 veces All-Star, Cy Young en la Liga Americana (1974)

Más allá de estas comparaciones favorables, el currículum de Valenzuela incluye logros únicos.

Es el último lanzador en registrar al menos 20 juegos completos en una temporada (20 en 1986). También fue un auténtico guerrero en la lomita, con 255 aperturas consecutivas antes de ir a la lista de lesionados por primera vez en 1988.

Lanzamientos al cielo

Valenzuela brilló en el montículo. Pero su impacto y legado van mucho más allá del terreno. Representó las esperanzas de toda una nación al debutar en 1980, y cautivó a una ciudad y al mundo con su espectacular campaña de 1981.

Fue el hombre ideal para su momento. Y lo que logró, más allá de las estadísticas, también lo hace merecedor de ser considerado para el Salón de la Fama.

“Lo que hizo la Fernandomanía por los Dodgers fue crear generación tras generación de aficionados mexicoamericanos”, dijo en 2021 John Thorn, historiador oficial de MLB. “La comunidad mexicoamericana siempre ha sido grande en Los Ángeles, pero no estaba identificada con los Dodgers cuando llegaron desde Brooklyn.

“No es exagerado decir que, para las comunidades mexicoamericanas, Valenzuela fue un héroe al nivel de Hank Greenberg para la comunidad judía. Hizo que todos se sintieran grandes y bienvenidos. Iban al estadio a verlo”.

La Fernandomanía fue un momento singular en la historia del béisbol que aún resuena entre los fanáticos, especialmente aquellos de origen mexicano que vivieron el fenómeno y han transmitido su recuerdo a nuevas generaciones.

Actualmente no hay jugadores nacidos en México en el Salón de la Fama del Béisbol. Una elección póstuma de Valenzuela a Cooperstown representaría el máximo reconocimiento a sus contribuciones al deporte y su impacto global.

Valenzuela jugó con los Dodgers hasta la temporada de 1990, y luego vistió los uniformes de los Angelinos, Orioles, Filis, Padres y Cardenales entre 1991 y 1997.

Pero antes de despedirse de los Dodgers, protagonizó un momento más de grandeza con el equipo con el que forjó tantos recuerdos inolvidables.

El 29 de junio de 1990, el veterano zurdo, con sus características gafas, lanzó un juego sin hit ni carrera ante San Luis en el Dodger Stadium.

Si algún día Valenzuela es exaltado al Salón de la Fama, quizás alguien en Cooperstown escuche la sugerencia que hizo el legendario narrador Vin Scully tras el último out de ese juego sin hit.

“Si tienen un sombrero,” dijo Scully, “láncenlo al cielo”.