El año pasado, el tercera base de los Guardianes, el dominicano José Ramírez, acordó una ampliación de su contrato para permanecer en Cleveland el resto de su carrera. Este compromiso con su hogar y su comunidad demostró la lealtad y humildad que José encarna en el terreno entre sus compañeros de equipo. El cinco veces All-Star ha terminado entre los cuatro primeros en la votación del JMV en cuatro ocasiones, y sin embargo, la lealtad y humildad de José lo convierten en uno de los jugadores más caritativos de la liga.
José recuerda vívidamente que creció en una familia que no tenía mucho trabajo -y por lo tanto no mucho dinero-, lo que le presionaba cuando tenía 12 años para que mantuviera su hogar. Siempre en busca del equipo adecuado para entrenar, José aún puede recordar la sensación de que su guante de béisbol le quedaba demasiado ajustado y los problemas a los que se enfrentaba por no poder permitirse uno nuevo. El béisbol -con o sin el equipo adecuado- era su válvula de escape, su oficio y la única salida para su familia.