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Desde la partida, los Atléticos nunca lograron arrancar

Golpeado por las varias lesiones, el bullpen nunca siguió los ajustes hechos a la ofensiva y el equipo jamás se recuperó

OAKLAND -- La sensación de decepción que los fanáticos de los Atléticos tenían después de la derrota en el juego por el comodín en 2014 cambió muy poco este año, luego que el club arrancara con un roster que que no incluía a Josh Donaldson, Brandon Moss, Jeff Samardzija y Derek Norris, cambiados durante el invierno.

La tempestuosa montaña rusa apenas comenzaba para Oakland, aunque la primavera había llegado con optimismos que había que tomar con cautela por distintos factores. El equipo había mejorado su ya envidiable profundidad de su rotación y el bullpen y se pensaba que se había mejorado la pérdida de poder, gracias a la adición de Billy Butler y Ike Davis. También tenían en su haber mucho talento joven, producto de las transacciones del receso de temporada, pero que a la vez lidiaba con temas de salud, empezando por Sean Doolitle cuya lesión en el hombro le alejó del terreno.

Coco Crisp, con dolencias en el hombro, pronto se le unió en lista de incapacitados, y menos de un mes después lo hizo Ben Zobrist, la nueva adquisición de Oakland y quien perdió un mes de acción por una cirugía en su rodilla izquierda. Los Atléticos cerraron abril con un récord de 9-14 y cinco de esas derrotas fueron por diferencia de una carrera, lo que en sí mismo se convirtió en la especialidad de la escuadra. Al cierre de la campaña, batieron el récord de la franquicia de juegos perdidos por una carrera, con 35, en mucho debido al bullpen y a las carencias defensivas.

Una pobre ofensiva nunca apareció y para finales de mayo, los Atléticos se ubicaban a 12 juegos del primer puesto, lo que hacía improbable llegar a postemporada por cuarta ocasión en fila. Junio (15-12) fue su único mes positivo y también marcó el debut de Pat Venditte, quien se convirtió en el primer lanzador ambidiestro en la era moderna de las Grandes Ligas con dos entradas sin carreras en un relevo en el Fenway Park el 5 de junio.

Los aspectos brillantes escasearon en el 2015. Aunque Sonny Gray y Stephen Vogt llegaron juntos al Juego de Estrellas, las semanas posteriores trajeron una serie de cambios que destruyeron cualquier posibilidad de competir.

Más lesiones, como las de Jesse Han, Kendall Graveman y Jesse Chávez, sólo agregaron más a la pila de problemas y Oakland apenas pudo ensamblar una rotación en las semanas finales para terminar con el peor récord de la Liga Americana. Requirieron la cifra inédita de 30 pitchers para resolver la temporada, entre ellos Barry Zito quien se enfrentó a Tim Hudson en un partido memorable el 26 de septiembre, empleando 52 jugadores en total.

Queda todavía por verse cómo regresarán algunos de ellos para el 2016, pero se puede vislumbrar como probable otra reestructuración del roster para un equipo que concretó tan poco en este certamen.

Récord: 68-94, en el quinto puesto de la división Oeste de la Liga Americana.

Momento definitivo: Al estar a 11 juegos de la punta el 23 de julio, los Atléticos se rindieron y negociaron a su pieza más valiosa, enviando a Scott Kazmir a los Astros a cambio de un par de prospectos. Eso marcó el inicio de transacciones subsiguientes que incluyeron la partida del versátil Zobrist y del relevista Tyler Clippard, mostrando el interés de la organización de mantenerse enfocada en el futuro.

Lo que funcionó: Pareciera que fue poco, pero ello no debe opacar los desempeños notables, comenzando por el as del equipo. Gray estuvo absolutamente dominante durante la mayor parte de la temporada y se unió a Vogt en el Juego de Estrellas para darle un incentivo a la fanaticada. Los novatos Billy Burns y Mark Canha tuvieron momentos buenos, como también lo tuvo Ryan Dull, que surgió como relevista emergente en septiembre. Josh Reddick disfrutó de una temporada de regreso y Danny Valencia usó su bate para levantar a un equipo sacudido por los cambios de mitad de campaña.

Lo que salió mal: El bullpen estuvo errático, la defensiva lució accidentada y la ola de lesiones se unió a la sequía ofensiva, como la producción mínima de Butler, firmado en noviembre por tres años y 30 millones. Las debacles en los innings finales se volvieron rutina hacia el cierre del primer mes y se mantuvieron durante casi todo el certamen, especialmente durante los momentos en los que Doolittle estuvo fuera con dos lesiones distintas en el hombro.

En cierto punto, tuvieron seis jugadores en lista de incapacitados y cuatro de los abridores regulares terminaron la temporada inhabilitados. Gray se lastimó la cadera, Graveman el músculo oblícuo, Hahn el antebrazo y Chávez una costilla. Chris Bassitt también perdió acción por dolores en el hombre, mientras que Jarrod Parker, por el codo, y A.J. Griffin, por el hombro, nunca lanzaron un partido en plenas condiciones.

La mayor sorpresa: La producción que aportó Burns no sólo fue inesperada, sino que resultó necesaria tras otra temporada de lesiones de Crisp. Burns destacó en el jardín central, con impresionantes atrapadas, y su bate difícilmente podía ser sacado del primer lugar en la alineación. Veloz, también se vio bien en las bases y le dio al equipo una chispa de la que carecieron en parte importante del año. Su habilidad para sacar el máximo de la oportunidad que recibió lo enfiló hacia el Novato del Año de una forma más discreta que Carlos Correa, de Houston, y Francisco Lindor de los Indios.

Bateador del año: Reddick. El jardinero derecho disfrutó su primera temporada completa desde el 2012 y no sólo comandó el equipo en jonrones y empujadas, sino que mostró una notable madurez como bateador al volverse más selectivo en el plato y ponchándose al nivel mínimo de en su carrera. Voght no se quedó atrás, pues alcanzó cifras récord para él en las categorías durante la campaña para el Juego de Estrellas.

Lanzador del año: Gray. El as de Oakland lideró la Americana en efectividad durante parte importante de la contienda, a pesar de algunos inconvenientes como los que enfrentó en septiembre, cuando debió perderse su última salida por dolor en su cadera. El resto de los meses, fue un pitcher confiable y consistente, lo que le valió un boleto al Juego de Estrellas e incluso entrar en la discusión para la elección del Cy Young.

Novato del año: Burns se gana este reconocimiento por todas las razones expuestas anteriormente, pero también merece una mención Canha, quien hizo que todos olvidaran su condición de Regla 5 al encabezar a los novatos de la Americana en el liderato de carreras empujadas. El poderoso bateador, que demostró su versatilidad para jugar en el cuadro y los jardines, arrancó caliente y después disminuyó su producción, en parte por las lesiones, para regresar explosivamente. Ocupó el segundo lugar en la alineación detrás de Burnsy terminó entre los cinco novatos líderes en la Americana en jonrones, dobles, extrabases, hits, carreras y bases alcanzadas.