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Los Cachorros están dispuestos a quemar todos sus cartuchos

PITTSBURGH - Addison Russell es un torpedero. Siempre ha sido un torpedero. En cada nivel de béisbol que ha jugado en su vida, ha sido considerado uno de los mejores paradores en corto de esa liga en particular. Hasta hace poco, no había razón para creer seriamente que su debut como ligamayorista - un momento que, a pesar de la corta edad de Russell, llevaba tiempo siendo inevitable - se produjera en cualquier otro lugar que no fuera el campo corto.

Y luego un día en Nueva Orleans la semana pasada, el mánager del equipo de Triple-A de Russell le tocó el hombro durante un juego que acabaría yendo a extra innings y le dio la noticia.

"Luego de este partido", Marty Pevey dijo, "te vamos a hacer trabajar en la segunda, si está bien contigo".

Cinco días después, Russell estaba en las Grandes Ligas. Como segunda base.

Puede suceder así de rápido con estos Cachorritos.

Por todas las críticas que recibió esta organización sobre su inteligente manipulación del servicio de tiempo de Kris Bryant, la realidad es que, en este momento de una temporada todavía joven, los Cachorros no se están guardando nada a la hora de poner el mejor producto posible en el terreno.

Las lesiones de Mike Olt y Tommy La Stella, los abismales numeritos en abril del dominicano Arismendy Alcántara y el venezolano Jonathan Herrera, más una trágica muerte en la familia del boricua Javier Báez pusieron en acción los ascensos de Bryant y Russell que tuvieron a todos vibrando en el norte de Chicago.

Claro, Russell, al igual que Bryant antes de él, se fue en blanco con tres ponches en su debut, pero el miércoles conectó su primer hit. Desde hace meses venimos hablando de la ola de jugadores jóvenes de posición que el equipo ha estado acumulando, y qué diferencia podría marcar en un deporte en el que escasean las carreras. El verlo en vivo y en directo - o, como dijo el mánager Joe Maddon, ver como "la teoría y la realidad se juntaban" - es algo hermoso.

Eso no significa que los Cachorros sean favoritos instantáneos en la División Central de la Liga Nacional. Tampoco quiere decir que Bryant y Russell sean garantías para evitar los altibajos de Grandes Ligas y los regresos a Triple-A que han demorado a más de un jugador (Mike Trout entre ellos). Pero sí significa que los Cachorros van en serio sobre el aquí y ahora.

Los Cachorros podrían haber jugado el juego de los "Súper 2" con ambos muchachos, demorando sus ascensos hasta algún punto de junio. Particularmente, podrían haberse mantenido firmes con la idea de Russell, de 21 años, como campocorto, bloqueado por el dominicano Starlin Castro y recibiendo el tiempo de desarrollo en Triple-A que se perdió el año pasado por lesión.

En lugar de eso, Chicago confió en sus scouts, confió en sus instintos y, más que nada, confió en que el equipo del 2015 es digno de apoyar en todo momento.

"Es bueno ver que una organización confía en sus jugadores y ve lo mismo que nosotros queremos ver", dijo el receptor veterano David Ross. "Siempre está esa duda cuando estás en una organización que no ha tenido mucho éxito reciente. ¿Están realmente tratando de ganar? ¿Están haciendo las cosas para ganar y no sólo para desarrollar jugadores? Todo lo que he visto aquí es ir adelante a todo vapor. Vamos a subir a los muchachos que merezcan ser jugadores de Grandes Ligas y que estén listos para ser jugadores de Grandes Ligas. Vamos a poner ese producto en el terreno y aprender a ganar sobre la marcha".

Esta sin dudas será una experiencia de aprendizaje para Russell, quien tenía apenas cinco juegos en la segunda base en su haber antes de recibir aquella llamada de Pevey. Está claro que Russell ha pasado por todo el cuadro en los entrenamientos y en la Liga Otoñal de Arizona, pero, como es el caso en todas las otras facetas del juego, las Grandes Ligas son simplemente diferentes.

Eso no significa que Russell no pueda manejarlo. En realidad, la gerencia de los Cachorros piensa que mientras que Russell podría tener más problemas ofensivos a este nivel que Bryant, su guante instantáneamente los convierte en un mejor equipo defensivo, sin importar la poca experiencia que tenga en la intermedia. El mundo de un jugador del cuadro gira sobre su eje cuando pasa de un lado de la segunda almohadilla al otro, pero Russell debería tener la habilidad en los pies y el conocimiento ("ese mapa de ruta", como dijo Maddon) para hacerlo funcionar. Por ejemplo: En la primera bola bateada hacia él, en el sexto inning el martes, Russell hizo una buena jugada yendo a buscar y fildeando una roleta de Jung Ho Kang que tuvo un pique complicado.

Batear noveno - gracias al posicionamiento del pitcher en un orden de bateo de Maddon que va contra la corriente y apoyado en las estadísticas - le pone mucha menos presión de producir a Russell que a Bryant, uno de los pocos novatos que nacen para ser cuartos bates.

La presión, al final, estará en los que toman las decisiones en los Cachorros. Será interesante ver cómo manejarán el superávit en el cuadro una vez que La Stella esté saludable y que Báez y Alcántara estén produciendo en Iowa de la manera que la organización espera. Por su parte, Castro está luciendo particularmente motivado por la presencia de Russell hasta ahora en la temporada, mostrando una nueva agresividad en la parte defensiva y contándoles a los reporteros que no quiere que sus actuaciones defensivas sean "una broma".

Lo más importante de todo esto es que los Cachorros ya no son una broma. Obviamente no son un club sin falencias, siendo la mayor de ellas los problemas de Jon Lester luego de una primavera con "brazo muerto". Pero este es un equipo ahora con tres legítimos candidatos al Novato del Año en Bryant, Russell y el criminalmente desapercibido cubano Jorge Soler, quien es el más pulido del grupo. Este es un club haciendo todos los esfuerzos para corregir incluso sus deficiencias a corto plazo, recurriendo rápidamente a una de las colecciones más (justificadamente) aclamadas de prospectos que hemos visto en mucho tiempo.

Hace una semana, Russell era un campocorto de tiempo completo cuyo camino a las Grandes Ligas parecía bloqueado. Ahora, es un ligamayorista. Las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos en este juego.

Sólo pregúntenle a este equipo de los Cachorros que rápidamente se hizo legítimo.