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Los Orioles tienen un equipo capaz de ganarlo todo

DETROIT -- No había pánico en el tono de voz de Buck Showalter, sólo calma en sus ojos. Y esa calma, según el pitcher Zach Britton, contagió a todos en ese momento el domingo, cuando los Tigres tenían la carrera del empate en la intermedia y la carrera ganadora en el plato con un out en el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Americana.

Buck fue el mismo manager que ordenó la base por bolas intencional para Barry Bonds con las bases llenas en un juego apretado en 1998, entonces estamos hablando de un tipo que tiene agallas. Y volvió a demostrarlo cuando visitó la loma en el Comerica Park para ordenarle a Britton que caminara intencionalmente a Nick Castellanos y confiado regresó al dugout.

"Ese es un manager que juega a ganar", dijo después el gerente general Dan Duquette. "No estaba jugando para no perder. Estaba jugando para ganar".

Los Orioles, como vimos al final, estaban perfectamente posicionados para ganar su SDLA en contra de los Tigres.

Y sí, la ganaron de manera convincente.

No sólo fue la habilidad de Britton para obligar al venezolano Hernán Pérez a conectar un roletazo con su sinker y la brillante defensa de Baltimore para convertir la doble matanza en el último momento de esta victoria por 2-1. Fue todo lo que ese momento representó. Los Orioles contaban con una mucho mejor banca y un mucho mejor bullpen. Simplemente era un equipo mejor armado para octubre, con cerca del 60% de la nómina de Detroit y 200% de su gracia bajo presión.

"No sé para qué estemos armados", expresó el jardinero central Adam Jones. "Sólo sé que estamos armados para jugar duro al béisbol. Esperemos que eso nos lleve lejos".

Francamente, los Orioles han llegado más lejos de lo que la mayoría de nosotros hubiera pensado.

Y si usted todavía no cree en los Orioles, no sé qué decirle. Los pronósticos de postemporada de Baseball Prospectus - típicamente una fuente respetable para valorar las fortalezas y debilidades de un equipo - le dio a los Orioles solamente el 5.4% de probabilidades de ganar la División Este de la Liga Nacional esta temporada. Esto, recuerden, fue antes de la lesión del receptor Matt Wieters. Antes de la lesión de Manny Machado. Y antes de la suspensión del cañonero Chris Davis.

Y aunque Baltimore se agenció el banderín del Este por un margen de 12 juegos, fue un resultado engañoso debido a lo débil que esta división se ha convertido. Después de todo, sólo los Orioles y los Azulejos terminaron con más carreras anotadas que recibidas. Podría decirse que los Orioles ganaron la división porque, bueno, alguien tenía que ganarla.

Pero la realidad -como nos hemos dado cuenta en lo que va de la postemporada- es que la división no era necesariamente un reflejo sobre la fortaleza de este equipo de Baltimore.

Claramente, el éxito de los Orioles no sólo se basa en la calidad de su manager, aunque es bueno ver cómo la gran preparación y atención al detalle finalmente recompensaron a Showalter con la victoria en una serie de playoff (y se estará enfrentando al timonel de los Reales Ned Yost en lo que luce como un disparejo duelo de dirigentes).

Ni tampoco se basa sólo en el gran trabajo que Duquette ha hecho para encontrar a jugadores subestimados, aunque Duquette, sin importar su vestuario, sabe sacarle el mejor provecho a un roster limitado de Grandes Ligas.

El éxito de los Orioles tiene mucho que ver con que estos muchachos creen en sí mismos.

Quizás sea tiempo para que todo el mundo comience a creer en ellos.