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Más preguntas que respuestas

Sin una explicación clara el aumento de los no-hitters en G.L.

Luce ser una contradicción. Aunque la producción de carreras se mantiene en un nivel alto dentro del contexto de la historia del béisbol, en los últimos años han abundado los partidos sin hit ni carrera. En lo que va de esta temporada, ya ha habido cinco, incluyendo dos juegos perfectos. Desde que comenzó la campaña del 2007, en Grandes Ligas se han visto 21 no-hitters, sin contar el casi perfecto del venezolano Armando Galarraga.

En comparación, en las 13 temporadas anteriores hubo un total de 21 juegos sin hit ni carrera. El incremento no es suficiente para decir que estos juegos históricos han perdido la "magia", pero sí provoca preguntar lo siguiente: ¿qué está pasando?

A continuación, examinamos algunos de los factores que podrían explicar el aumento del número de no-hitters, aunque no todos ofrecen una respuesta satisfactoria.

Ponches: En el último par de décadas, al estallar la producción ofensiva en la Gran Carpa, lo mismo sucedió con el número de ponches.

No hay dudas de que el estigma asociado con poncharse ha disminuido en los últimos años. Sea cuestión de moda, una reacción a un ambiente de mucho poder o simplemente algo cíclico, hoy en día los bateadores se ponchan más que nunca. Más del 18% de todas las presentaciones en el plato resultaron en ponches en el 2010 y el 2011, comparado con 16.5% en una temporada tan reciente como la del 2005.

De 1986 a 1993, ese índice se mantuvo alrededor del 15% y de 1978 a 1981, nunca pasó del 13%. Aun en los años 60, una era dominada por el pitcheo, el índice jamás superó el 16.1%. Todo eso significa que lo que un bateador tiene que hacer para conseguir un imparable - poner la bola en juego - sucede con cada vez menos frecuencia. Por lo tanto, es lógico que los pitchers tengan más posibilidades de no ceder hits en el transcurso de un partido.

Eso es cierto aun en una era de mucha producción ofensiva. Y, en comparación con las normas históricas, nos encontramos en una era de mucha ofensiva, pero también de muchos ponches. Eso significa que aunque hay muchas anotaciones, el alto índice de ponches también aumenta las posibilidades de un partido sin hits.

Defensa: Aunque cada vez son menos las bolas en juego, los equipos se están volviendo más sagaces a la hora de asegurar que éstas resulten en outs. La "última frontera" del análisis en el béisbol es la evaluación de la defensa, pero los equipos están mejorando en este aspecto. Muchos tienen sus propios métodos para calificar la defensa y lo lógico es que mejoren entre más la estudien. Una consecuencia natural de esto es que un equipo típico tenga en el terreno a jugadores con destrezas defensivas superiores.

Las estadísticas lo reflejan, hasta cierto punto. El promedio de bateo colectivo con bolas en juego ha disminuido en cada uno de los últimos cuatro años y en lo que va del 2012 está casi al mismo nivel que en el 2011. Esos números siguen luciendo muy elevados en comparación con lo que eran antes de la expansión de 1993, cuando la producción ofensiva se disparó, pero está claro que hoy en día es más común que las bolas en juego se conviertan en outs.

Los estadios: Aunque hay muchos parques que favorecen a los bateadores, en varias de las construcciones más recientes los pitchers tienen la ventaja. Como ejemplo están el Target Field, el Citi Field y el AT&T Park, entre otros, además del Tropicana Field, sede de los Rays, que cada vez se convierte más en un estadio de pitcheo. Por lo tanto, hay más lugares que se prestan a los no-hitters.

Los datos corroboran en algo esta teoría. Diez de los últimos 15 juegos sin hit ni carrera se han dado lugar en estadios que se consideran favorables para los pitchers: Angel Stadium, Safeco Field (dos veces), Tropicana Field (dos veces), Oakland Coliseum, Sun Life Stadium, AT&T Park (dos veces) y el Citi Field. Eso no lo explica todo pero tampoco está de más.

Sustancias para mejorar el rendimiento: Este factor es, sin dudas, el más difícil de cuantificar. Muchos pitchers han sido suspendidos por dopaje y algunos de los jugadores de posición cuyo consumo de esteroides fue descubierto no son bateadores de poder.

Pero el aumento en el número de partidos sin hit ni carrera ha ocurrido después de que se implementaron las pruebas antidopaje. La fase punitiva del programa comenzó en el 2004 y el incremento de los no-hitters empezó en el 2007. Es difícil demostrar que no exista una conexión, pero tampoco es fácil asegurar que exista.

Coincidencia: Cuando se disputan casi 2,500 partidos al año (2,430 juegos en la campaña regular más la postemporada) pueden suceder muchas cosas raras e interesantes. Y el número de no-hitters que hemos presenciado en los últimos años no está fuera de lo normal, tomando en cuenta que estamos hablando de décadas de béisbol.

Si seguimos viendo tres, cuatro o cinco no-hitters cada temporada durante los próximo cinco o 10 años, eso ya será otra cosa. Pero por ahora hay motivo para pensar que simplemente se trata de una coincidencia en la larga historia del béisbol.