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Pat Gillick puso el sabor latino en los primeros éxitos de Toronto

NASHVILLE - Pat Gillick, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, es también figura privilegiada en la historia del deporte canadiense al ser exaltado al Salón de la Fama de béisbol de dicho país y al Salón de la Fama del Deporte de la provincia de Ontario. 

Gillick, estadounidense que por muchos años residió en la ciudad de Toronto y es ciudadano canadiense, le debe mucho de sus éxitos en Canadá a los aportes de los peloteros latinoamericanos que fueron firmados bajo la supervisión del escucha dominicano Epifanio en los años 70 y 80. 

En la República Dominicana Guerrero, junto a su equipo de scouts en Venezuela, Puerto Rico y otros países latinoamericanos, firmaron a jugadores de la talla de Tony "Cabeza" Fernández, Juan Guzmán, Nelson Liriano, Junior Félix y Luis Leal. Y Gillick, con la asesoría de Guerrero, adquirió mediante cambios o vía el draft de la Regla 5 a diamantes en bruto como George Bell, Alfredo Griffin, Dámaso García y Manuel Lee. 

En particular, Guerrero y los Azulejos minaron el talento dominicano más que la mayoría de los equipos durante aquellos años, elemento que ayudó a Toronto a ganar cuatro títulos divisionales y dos Series Mundiales entre 1985 y 1993.

"Pensábamos que (R.D.) era un lugar 'sub-scouteado' y por alguna razón, mucha gente era algo renuente a buscar talento allí como lo hacíamos nosotros", dijo Gillick en una conversación con LasMayores.com durante las Reuniones Invernales del béisbol. "Teníamos un grupo extenso de personas buscando a prospectos. Siempre pensamos que había muchas áreas de las cuales podíamos sacar talento para construir un equipo y que teníamos que usar todas herramientas posibles. Además del draft, cambios y la agencia libre, había un gran mercado latinoamericano.

"En esos tiempos sentíamos que ése era el mercado que no estaba siendo utilizado tan eficientemente como se debía. Entonces, tuvimos la fortuna de hacer una cantidad de adquisiciones que beneficiaron a nuestro club en Toronto". 

Como equipo de expansión que había nacido en 1977, los Azulejos tenían que hallar la manera de nutrir su sistema de liga menor de manera acelerada. También cuenta Gillick que en aquellos tiempos, no era tan fácil convencer a un jugador de cartel a firmar con un equipo canadiense. 

"Pero no tuvimos problemas en ese sentido con los jugadores latinoamericanos", dijo Gillick, quien este año se retiró por segunda vez como presidente de los Filis de Filadelfia. "Al contrario, ellos disfrutaron jugar en Canadá y teníamos la oportunidad de volver a firmar a varios. 

"Creo que se les aceptó un poco más fácil (en Canadá) que en los Estados Unidos. En Toronto había y hay hoy en día una población bien diversa. Es una ciudad multicultural". 

CONTENTO POR LOS NUEVOS ÉXITOS DE TORONTO
Los Azulejos clasificaron para los playoffs este año por primera vez desde 1993, justo cuando ganaron su segunda Serie Mundial seguida bajo la gerencia de Gillick. Con tantos lazos aún en Toronto, el ex ejecutivo vio con alegría los éxitos del equipo canadiense-que de su parte también triunfó con aportes de peloteros latinoamericanos como los dominicanos José Bautista y Edwin Encarnación, más los mexicanos Marco Estrada y Roberto Osuna.

"Estaba pujando por ellos y después de que le ganaron a Texas (en la primera ronda), pensé que tenían buenas posibilidades de pasar a la Serie Mundial", comentó Gillick, de 78 años. "Hubo par de juegos contra Kansas City (en la Serie de Campeonato de la Liga Americana) en los que la victoria pudo haber sido para cualquiera de los dos, pero desafortunadamente el resultado no fue a su favor. 

"Fue excelente ver el apoyo y mis amigos canadienses me contaron que la fiebre de los Azulejos se vivió por todo el país, desde Halifax (Costa Este) hasta Vancouver (Costa Oeste). Todo el mundo estuvo entusiasmado. Después de (22) años sin playoffs, fue algo grande ver esa clase de energía y entusiasmo. Ojalá hubieran llegado más lejos".