Piratas no quieren aflojar tras su llegada a la cima

PITTSBURGH -- Desde el lugar donde se encuentra su casillero en la casa club de los Piratas de Pittsburgh, Garrett Jones puede observar a buena parte de sus compañeros cuando está sentado en su banquillo.
Al echar un vistazo, Jones nota sin duda lo mucho que ha cambiado el plantel de los Piratas desde que él mismo se afianzó como un pelotero de las Grandes Ligas, hace tres años.
También los resultados del equipo han cambiado.
Los Piratas están en la cúspide de las mayores. Poseen la mejor foja (51-30), justo a la mitad de la temporada. Si conservaran ese paso en los próximos tres meses, llegarían a 108 victorias, apenas tres temporadas después del papelón que hicieron en 2010, cuando sufrieron 105 derrotas.
A juicio de Jones, los rostros que mira no son el único cambio que explica semejante repunte. Lo más importante es la actitud.
"Absolutamente, hay una gran diferencia en la confianza", dijo Jones el domingo, antes de que un triunfo por 2-1 sobre los Cerveceros de Milwaukee ampliara a nueve la racha de victorias consecutivas de los Piratas. "Cuando pierdes, te quedas como atascado en eso; la derrota se te arraiga en la mente y a veces es difícil sacarla de ahí. Ahora, todo y todos son positivos. Nos concentramos en un pensamiento: `vamos a ganar, podemos ganar y ganaremos'. Sólo tuvimos que cambiar esa mentalidad y confiar en nosotros mismos".
"Y eso se ha visto en el terreno", añadió el jardinero derecho.
Desde luego que se ha visto. Los Piratas tienen una ventaja de dos juegos sobre los Cardenales de San Luis no sólo en la División Central de la Liga Nacional sino también en pos de la mejor foja de las Grandes Ligas. El sábado, se convirtieron en el primer equipo en llegar a 50 triunfos. Alcanzaron la cifra antes del 1 de junio, algo que no había ocurrido en los 127 años de historia de la franquicia.
Se trata de toda una novedad para una organización y un nutrido grupo de seguidores que han padecido 20 campañas consecutivas con foja perdedora, un récord indeseable en cualquier liga deportiva profesional relevante de Estados Unidos.
"Hemos dejado eso atrás. No queremos oír más de eso", dijo el lanzador veterano A.J. Burnett. "Entiendo la frustración afuera de los vestuarios, pero no pensamos siquiera en eso. Pensamos en el presente y en lo bueno que es este club".
Las dudas sobre si es sostenible el ritmo de victorias de los Piratas hasta el final de la campaña se acrecientan debido a los antecedentes de derrumbes de este equipo en los últimos dos años. Parecía que la racha de campañas con récord perdedor terminaría en 2011, cuando los Piratas estaban en 53-47 después de 100 compromisos. Pero cerraron con 19-43 y totalizaron nada menos que 90 tropiezos en la temporada.
Los Piratas de 2010, como muchas generaciones anteriores dentro de esta franquicia, eran un equipo joven y sin experiencia suficiente. Ello ha cambiado con la adición de piezas como los lanzadores Burnett, Mark Melancon o el dominicano Wandy Rodríguez, así como el receptor Russell Martin. Estos se sumaron a un núcleo de talento que salió de la propia organización, en el que sobresalen Andre McCutchen, Neal Walker, Gerrit Cole y los dominicanos Starling Marte y Pedro Alvarez.
A falta de 12 compromisos previo al Juego de Estrellas, es posible que Pittburgh rebase su cifra de victorias de 2010 antes de la pausa. Pero el recuerdo de las pasadas dos campañas está presente y nadie quiere dejarse llevar por su puesto en la tabla de posiciones en julio.
"Definitivamente es algo que notamos y de lo que nos enorgullecemos, pero de ninguna manera estamos cerca de la meta", dijo Jones. "Estamos en un buen lugar, donde queremos estar, pero hay que seguir. No estamos celebrando nada todavía".
De todas maneras, el mánager Clint Hurdle les pide a sus jugadores que "disfruten el momento dentro del transcurso de una larga temporada".
Los Piratas ganaron un juego que tuvo una duración de seis horas y media, incluyendo el atraso por lluvia, el domingo, con su bullpen cubriendo 10 innings en blanco.
Victorias de ese tipo son las que estimulan la sensación que estos Piratas exorcizarán dos décadas de frustraciones.