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Selig revisa canje entre Marlins y Azulejos

ROSEMONT, Illinois -- Bud Selig estaba presente cuando los Marlins de Miami inauguraron su estadio de lujo en abril. El comisionado de Grandes Ligas le dio buenas calificaciones a la instalación que costó 634 millones de dólares y presagió que los opositores al proyecto desaparecerían en cinco años.

El mandamás del béisbol quizás quiera retractar ese último pronóstico.

Selig dijo el jueves que está examinando el megacanje que enviaría tres de los mejores jugadores de Miami a Toronto a cambio de varios prospectos, apenas siete meses después que los Marlins se mudaron a su nuevo hogar que fue financiado principalmente con fondos públicos.

Selig indicó que está al tanto de la molestia que sienten los fanáticos del sur de la Florida, pero insistió que hará lo mejor para el deporte.

"La gente tiene distintos puntos de vista sobre lo que se debe hacer y cómo se debe hacer, pero creo que he podido superar todas estas situaciones y el deporte ha salido mejor y fortalecido", expresó Selig al final de la reunión de dueños de equipo, y recordando su experiencia reciente con las quiebras de los Rangers de Texas y los Dodgers de Los Angeles.

"Así que me refiero exactamente a eso cuando digo que estoy revisando este asunto y que he hablado con mucha de nuestra gente y he pasado mucho tiempo aquí entre todas estas reuniones, y este es un lugar difícil para hacerlo. Está bajo revisión. Estoy al tanto del enojo, lo sé. También estoy consciente que están muy contentos en Toronto".

Los Azulejos, que terminaron cuartos en la División Este de la Liga Americana la temporada pasada, recibirían al estelar torpedero José Reyes, al zurdo Mark Buehrle y al derecho Josh Johnson. Todos los jugadores tienen que superar los exámenes médicos de rigor antes de completar el canje.

Selig señaló que Toronto también recibiría dinero, pero no dio detalles, y apuntó que todavía no han llegado a su oficina los papales del acuerdo.

Reyes y Buehrle firmaron jugosos contratos como agentes libres con los Marlins antes de la temporada pasada, y Johnson ha sido el mejor pitcher de Miami, siempre y cuando esté saludable.

Los Marlins obtendrían a los infielders cubanos Yunel Escobar y Adeiny Hechavarría, al derecho Henderson Alvarez y varios prospectos, un paquete que no es suficiente para los fanáticos que sufrieron una purga similar de jugadores después de ganar la Serie Mundial en 1997 y 2003.

"He hablado con dos personas que saben de béisbol, tengo mucha gente con la que consulto, y tienen un punto de vista interesante sobre el canje", explicó Selig en el aeropuerto del hotel a las afueras de Chicago. "Ellos creen que (Miami), en términos de jugadores jóvenes, sale muy bien parado. Estas son dos personas con criterio independiente. Estos no son cocineros de estas cocinas aquí".

"Así que quiero pensar en todo eso y quiero revisarlo todo. Quiero ser tan cuidadoso, meticuloso, lento y conservador como siempre a la hora de analizarlo... hay muchos factores a tomar en cuenta".

Paul Beeston, presidente y director ejecutivo de los Azulejos, y el dueño de los Marlins, Jeffrey Loria, no hablaron con la prensa.

Loria gastó a manos llenas antes de la temporada pasada, cuando también fichó al taponero Heath Bell. Los Marlins pensaban ser candidatos a los playoffs y meter unas tres millones de personas en el primer año de vida de su estadio.

Sin embargo, terminaron últimos en la división y la concurrencia fue de unos 2,2 millones.

Bell fue canjeado a Arizona en octubre, mientras que otras figuras como Hanley Ramírez y Aníbal Sánchez fueron cambiados de equipo en plena temporada. Además, el manager Ozzie Guillén fue despedido después de apenas una campaña al mando.

Cuando le preguntaron el jueves si es bueno para el béisbol que Loria sea dueño de un equipo, Selig rehusó comentar y se limitó a decir que la transacción está bajo la lupa.

"Sé lo que puede y no puede hacer el comisionado, cuáles son sus responsabilidades legales", contestó. "Entiendo la sensación que hay y al final haré lo que he hecho en situaciones anteriores. La gente siempre me pregunta, `¿no desearías que no sucediera?'. Bueno, hay muchas situaciones que desearía que no hubiesen sucedido, pero pasaron, y luego tengo que tratar de hacer lo que tengo que hacer".