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Sobran los aplausos por la oposición en el Tropicana

Los Yankees y los Rays se midieron el sábado en lo que fue la primera vez que el Tropicana Field se llenó a capacidad desde el Día Inaugural. Pero el estadio no estaba atestado de fanáticos por los Rays.

Los aplausos ese día fueron mayormente para los Yankees. Y en ningún momento se escucharon más fuertes que en el noveno inning, cuando el torpedero veterano Derek Jeter conectó un sencillo para producir la carrera que definió el triunfo de Nueva York por 3-2.

No es nada nuevo. Los Yankees siempre atraen a muchos seguidores en la ruta por el simple hecho de ser los Yankees. Pero en particular suelen aumentar la asistencia en los partidos en casa de los Rays.

Lo que sobra en el estado de la Florida son neoyorquinos trasplantados o de visita. Los Yankees entrenan en Tampa. Allí el club tiene una sucursal de liga menor y Jeter una residencia. No es lo mismo que en el Bronx, pero la reacción de los aficionados en el Tropicana Field por lo general hace que los Yankees se sientan en casa.

El volumen y la emoción fueron más intensos esta vez porque se trata de la última temporada de Jeter. Y todo los tributos al Capitán son bien merecidos.

Pero a la vez que los Rays sufrieron una derrota difícil ante un rival divisional, el público de St. Petersburg estaba vuelto loco por los visitantes y en particular por su campocorto. Es obvio por qué eso le duele a los Rays. Y como acostumbra, su manager, Joe Maddon, fue sincero al reconocerlo.

"Es muy bueno que los boletos se hayan agotado. Entiendo que la gente simpatiza con Derek Jeter - pero tienen que venir a apoyar a los Rays también", manifestó Maddon después del juego. "Aprecio lo que está pasando, pero no voy a defender todo ese alboroto a favor de los Yankees en nuestro estadio. No lo voy a justificar. Si vas a venir, apoya a los Rays. Lo agradeceríamos".

Por supuesto que ese comentario del piloto acaparó más de un solo juego. Pero el sábado fue la culminación.

Los Rays, con su modesta nómina, han sido una de las mejores franquicias en Grandes Ligas y son uno de los motivos por los que Grandes Ligas está disfruta de un verdadero balance competitivo ahora mismo. Tampa Bay ha llegado a la postemporada cuatro veces en los últimos seis años. Quizás no estén en esa posición este año, pero han luchado en una campaña llena de lesiones para convertirse de nuevo en un oponente formidable para cualquiera.

Sin embargo, se encuentra en el último lugar en Grandes Ligas en asistencia.

Es cierto que los Rays necesitan un nuevo estadio. Quizás con un techo retractable. Y en un lugar más apropiado, donde haya una demografía más variada.

Pero esto no se trata de las instalaciones, sino de una organización que hecho una gran labor bajo circunstancias muy difíciles. Y de seres humanos jugando béisbol.

Los Rays disputaron un partido con su casa llena y sus fans dándolo todo - a favor el equipo contrario.

Nadie resiente las ovaciones a Derek Jeter. Se las ha ganado todas. A los Yankees le restan tres juegos más en el Tropicana Field en septiembre y seguramente será una serie llena de aplausos para el Capitán y, de paso, para los Yankees. Las ovaciones se ven a donde quiera que va Jeter en esta temporada. La diferencia es que en otras ciudades, cuando los Yankees están de visita, los fanáticos aplauden a Jeter, pero a la vez apoyan al equipo local.

No es difícil ver por qué la situación se ha vuelto frustrante para los Rays. Ni tampoco por qué Maddon decidió tocar el tema. ¿Y saben qué? Bien hecho.