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Temporada para el recuerdo en Oakland

El GG de Atléticos, Billy Beane, puede celebrar en grande

OAKLAND - Los jugadores de Billy Beane se le acercaron todos al mismo tiempo para bañarlo de cerveza y celebrar en grande. El gerente general de los Atléticos de Oakland se había colado en el clubhouse casi una hora después de que el equipo aseguró el banderín del Oeste de la Liga Americana y festejaba la hazaña lograda por sus muchachos.

La fiesta continuó y los baños de cerveza sobre Beane no cesaban. El jardinero Josh Reddick incluso le restregó la cara con espuma para afeitar.

Y es que no era para menos. Beane había visto a sus Atléticos completar un mágico viaje con una victoria por 12-5 sobre los Rangers de Texas frente a los 36,067 aficionados reunidos en el Coliseo de Oakland.

Beane se había prometido a sí mismo, virtualmente forzado, que disfrutaría de ese viaje. Al echar un vistazo a cinco apariciones previas en los playoff, Beane apenas recuerda haber celebrado. Cuando los Atléticos amarraron la División Oeste esta vez, el directivo celebró con su asistente, David Forst, y uno de los staffs de béisbol más inteligentes del planeta.

"Escuchen, soy mayor que ustedes [50 años de edad]", exclamó Beane. "Cuando eres joven te aceleras demasiado. Ahora trato de mesurar mi intensidad. Quiero disfrutarlo. Quiero que estos muchachos lo disfruten. Esto no llega todo los días, especialmente en este mercado".

Beane hizo una pequeña pausa para ver a su alrededor e identificar a la mayoría de los ahí presentes. Los jugadores iban y venían, lo mismo pasaba con el alto mando del club. Las esposas e hijos de los jugadores se unieron a la fiesta.

"Este es un gran grupo", destacó Beane. "Saben divertirse, pero no se pasan de la raya. Realmente son muy buenos muchachos".

El popular gerente general reconstruyó este equipo de Oakland de pies a cabeza el invierno pasado. Canjeó a veteranos por jóvenes. Firmó a veteranos de bajo perfil.

Movió una y otra pieza, y luego lo volvió a hacer durante toda la temporada regular, cambiando a abridores a seis de ocho puestos después del Día Inaugural.

Nueve de los 16 peloteros que vieron acción en el encuentro del miércoles fueron adquiridos por Beane en los últimos diez meses. Hubo transacciones de alto perfil como la que trajo a los pitchers Tommy Milone y Jarrod Parker a Oakland. También estuvo la gran contratación del cubano agente libre Yoenis Céspedes.

Beane también encontró gangas. Seth Smith y Brandon Moss. Jonny Gomes y Travis Blackley.

Cada uno de estos últimos tuvo algo que ver en la barrida de tres partidos contra los Rangers para asegurar el título divisional. Los Atléticos también cuentan con cinco abridores novatos y encabezaron la Liga Americana en jonrones después del Juego de Estrellas. Lo que estos muchachos lograron no fue casualidad, no después de ganar 94 juegos.

Registraron marca de 51-25 después del receso por el Juego de Estrellas, el mejor récord del béisbol. Se encontraban a 13 juegos detrás de los Rangers el 30 de junio y no se apoderaron de la cima divisional sino hasta su 162do juego el miércoles.

"Lo que pasó en la última semana fue de ensueño", aseguró Beane. "Si pudiste ganar 94 partidos, entonces eres bueno. Eso es lo único que no me gusto. No respeta el talento. Estos muchachos son buenos jugadores".

A veces ni las maniobras más inteligentes dan resultados. Esta vez, cada pieza cayó en su lugar. Los Atléticos arrancan los playoffs con el equipo completo y con un tremendo staff de pitcheo, defensa y jugadores que pueden volarse la barda en cualquier momento.

"Cuando nos enfrentas, sabes que será una batalla", dijo el antesalista Josh Donaldson. "Siento que los equipos están comenzando a darse cuenta de ello. Obviamente, ahora mismo estamos parados sobre una montaña. Este sentimiento es increíble".

El manager Bob Melvin - sin hacer mucho ruido, pero aplicando su inteligencia y buena vibra - hizo que todo funcionara. El derecho novato A.J. Griffin duró apenas 2 2/3 innings el miércoles, pero Melvin obtuvo 6 1/3 sólidas entradas de cinco relevistas.

Melvin hizo el trabajo con honestidad y paciencia y, por supuesto, moviendo sus piezas en el momento correcto. Ningún manager en Grandes Ligas hizo un mejor trabajo.

"Nos alimentamos de su confianza en nosotros", señaló el segunda base de Oakland, Cliff Pennington. "Siempre estuvo ahí para nosotros. Definitivamente es especial".