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Un dilema de grandes proporciones

Joe Girardi reconoce situaciones difíciles con veteranos

NUEVA YORK - Los Yankees de Nueva York son el equipo de más poder adquisitivo en Grandes Ligas. Eso le da la oportunidad de retener a sus estelares, que no tienen motivo de abandonar el Bronx debido a los grandes salarios que pueden recibir aquí.

Sin embargo, la habilidad de mantener en sus filas a los veteranos más venerados puede ser un arma de doble filo. En muchas ocasiones, por presión de los fanáticos o por motivos de mercadeo, se puede elegir darle un contrato exagerado a un jugador que, en cuestión de unos pocos años, puede ver disminuido su rendimiento aun cuando gana un "dineral".

Así es la percepción con Alex Rodríguez ahora mismo. En menos grado también se dio el caso con el boricua Jorge Posada, quien se retiró al concluir el 2011, luego de ser desplazado como receptor titular del equipo.

En uno que otro momento ha habido otras situaciones similares en los Yankees, como por ejemplo el puertorriqueño Bernie Williams en el 2006 y Roger Clemens en el 2007.

El manager actual de Nueva York, Joe Girardi, reconoce que no es un tema fácil de manejar.

"El último par de años he dirigido a algunos jugadores que han entrado en edad y empiezan a ver el final de sus carreras, o es su último año y tienes que pasar por algunas situaciones difíciles", dijo Girardi. "Hay que lidiar con eso."

Derek Jeter parece ser la excepción de la regla, ya que ha seguido rindiendo a sus 38 años. Pero en el caso de A-Rod, quien tuvo una campaña del 2012 limitada por lesiones y una producción más regular que espectacular-ni hablar de otra postemporada infernal-- es una situación bien complicada.

Rodríguez firmó una extensión de 10 años y US$275 millones con los Yankees después del 2007. En ese momento venía de disparar 54 jonrones, empujar 156 carreras y ser nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Americana a sus 32 años.

A-Rod ganó US$29 millones en el 2012 y hasta el 2017 se le debe unos US$114 millones. Si los Yankees no asumieran una gran parte de ese contrato tan pesado, sería imposible cambiarlo. ¿Podrían justificar sentarlo a ese precio? Si el jugador no está produciendo, es un dilema para el manager dejarlo en un puesto privilegiado del lineup.

Girardi demostró eso mismo el miércoles, sentando a su pelotero mejor pagado en el cierre del noveno del Juego 3 por un veterano con salario de poco más de un millón de dólares, Raúl Ibáñez--quien dio jonrones para empatar el partido en el noveno inning y para dejar en el terreno a Baltimore en el duodécimo.

A-Rod fue de los primeros que felicitaron a Ibáñez luego de sus cuadrangulares. Además, dijo todo lo correcto después del partido.

"Quiero mucho a Joe", expresó Rodríguez. "Tal vez hace 10 años, hubiese reaccionado diferente. Estoy en un punto en mi carrera en que el equipo lo es todo."

"Cada pelotero es diferente", dijo Girardi. "Cada jugador va a manejar las cosas de manera distinta, y es importante tener el pulso del pelotero. Uno invierte mucho tiempo forjando esa relación, para que haya un nivel de confianza cuando surjan esas situaciones."

Por supuesto, un atleta profesional que haya tenido éxitos al más alto nivel tiene su ego y su orgullo. Cuando comienza a pesar la edad, a veces es difícil reconocer y aceptar el declive y, por ende, la posibilidad de tener un papel reducido en un equipo.

"Cuando se habla de jugadores que entran en edad, la autoevaluación o hace fácil o difícil mi trabajo", expresó Girardi. "Algo que tienen los grandes peloteros es que tienen una voluntad fuerte y siempre creen que pueden hacerlo. Puede ser un aspecto difícil de mi trabajo."