NEW YORK – Cam Schlittler no necesitaba motivación extra para superar su primera prueba de octubre, pero el novato de los Yankees la recibió de todos modos, y los Medias Rojas terminaron pagando el precio.
Habiendo absorbido feos ataques en línea de algunos fanáticos de los Medias Rojas, el nativo de Walpole, Massachusetts, admitió que los “dardos” hicieron que la noche fuera “personal para mí”. Los transformó en combustible para una actuación deslumbrante e histórica, ponchando a 12 en ocho entradas en blanco en la victoria 4-0 de los Yankees en el decisivo Juego 3 de la Serie del Comodín de la Liga Americana en el Yankee Stadium.
“La gente de Boston tenía mucho que decir antes del juego”, dijo Schlittler. “Para mí, simplemente ser un asesino silencioso, ser capaz de salir y silenciarlos... Soy de Boston. No me gustaron algunas de las cosas que dijeron hoy. Solo me aseguré de salir y estar extra concentrado”.
Schlittler se negó a revelar detalles específicos. “No voy a entrar en eso”, dijo. Pero sí mencionó que venían de los aficionados, no de los jugadores.
“Hay una línea que creo que cruzaron un poco”, siguió Schlittler. “Soy un competidor. Voy a salir y me aseguraré de silenciarlos. Ya conocen a los aficionados de Boston. Así es como es. Somos agresivos en casa y vamos a intentar meternos bajo la piel de la gente. Simplemente eligieron al muchacho equivocado para hacerlo, y también al equipo equivocado”.
La brillantez de Schlittler impulsó a los Yankees a una Serie Divisional de la Liga Americana contra los Azulejos que comienza el sábado en el Rogers Centre, siendo su esfuerzo una razón tan importante como cualquier otra para que los campeones defensores del banderín de la L.A. aborden un avión rumbo al norte de la frontera.
“Necesitábamos ser perfectos esta noche, porque él fue perfecto”, comentó el mánager de los Medias Rojas, el boricua Alex Cora. “Sus lanzamientos son excepcionales. Estaba bajo control. Fue electrizante”.
Schlittler es el primer lanzador en la historia de las Grandes Ligas en lanzar al menos ocho entradas en blanco con al menos 12 ponches sin permitir una base por bolas en un juego de postemporada.
También estableció un nuevo récord de la franquicia de ponches para un Yankee en su debut en playoffs, superando las actuaciones de 10 ponches de Red Ruffing (Juego 1 de la Serie Mundial de 1932 contra los Cachorros) y Dave Righetti (Juego 2 de la SDLA de 1981 en casa de los Cerveceros).
“Me sentí dominante ahí fuera”, aseguró Schlittler. “Realmente no sabía cuántos ponches llevaba, pero es una buena sensación poder sacar a esos bateadores”.
Aunque parecía que Schlittler podría terminar después de que una cálida ovación lo siguió fuera del montículo en el séptimo inning, Boone lo envió de regreso para el octavo.
“Ni siquiera quise hablar mucho con él”, explicó Boone. “Me quedé en los escalones y simplemente le pregunté, ‘¿Estás bien?’ Y lo estaba”.
Schlittler lo recompensó con tres outs más, incluyendo la atrevida atrapada de Ryan McMahon que lo hizo caer en el dugout visitante.
Schlittler, de 24 años, no hizo su debut en las Grandes Ligas sino hasta principios de julio, pero parecía hecho para el escenario de octubre, superando al zurdo de Boston Connelly Early en un duelo de novatos.
Tocando rutinariamente las 100 mph con su recta mientras usaba sus lanzamientos secundarios de manera efectiva, Schlittler simplemente apabulló a los Medias Rojas, permitiendo cinco sencillos en una labor de 107 lanzamientos.
Boston solo puso a un corredor en posición de anotar en toda la noche; Nathaniel Lowe pisó la segunda base en el quinto inning, y luego se quedó varado allí.
“Conociendo la situación, solo estaba tratando de asimilar lo que hacían los aficionados y mantenerme calmado”, contó Schlittler. “Pude ganar más confianza después de cada entrada”.
Fue la clase de actuación que los Yankees esperaban de Schlittler, quien tuvo una efectividad de 2.96 en 73 innings después de su ascenso a mitad de temporada.
Mientras los Yankees celebraban su victoria en el Juego 2 la noche miércoles, la mayor parte del clubhouse todavía estaba vibrando por la carrera decisiva de Jazz Chisholm Jr. en el octavo episodio, pero Carlos Rodón ya estaba pensando en lo que el Juego 3 significaría para la joven carrera de Schlittler.
“Va a ser realmente bueno para él”, aseguró Rodón. “Necesita experimentar esto”.
Ciertamente disfrutaron el espectáculo, una fiesta de presentación en un escenario nacional.
Analizando la actuación de Schlittler detrás de las gafas empañadas en la celebración del clubhouse de los Yankees, el as Gerrit Cole se deshizo en elogios sobre la poderosa recta de Schlittler, pintando al novato como una figura con la que los Yankees podrán contar, no solo en la próxima ronda contra Toronto, sino potencialmente durante años.
“Es súper impresionante”, dijo Cole. “Hay diferentes caminos hacia la grandeza aquí, pero este muchacho ha subido y ha cumplido de inmediato. Tiene ese no sé qué. No sé exactamente qué es, es difícil de definir. Pero lo tiene... Tiene una idea de lo que quiere hacer”.