NUEVA YORK – Era alrededor de la sexta entrada el miércoles, y José Treviño estaba observando a sus compañeros desde la comodidad del salón de tratamiento físico del Yankee Stadium. En ese momento, el careta presintió que sus servicios serían requeridos más tarde esa noche y se lo hizo saber al abridor Clarke Schmidt: “Voy a dar el batazo decisivo en este partido”.

Schmidt inclinó la cabeza, habiendo escuchado lo mismo en el pasado. Autor de dos memorables celebraciones para terminar partidos el año pasado, Treviño añadiría pronto otra más a su cuenta, esta vez con un sencillo como emergente frente al lanzador Trevor Stephan para sellar el triunfo de los Bombarderos por 4-3 en 10 entradas sobre los Guardianes en el Yankee Stadium.

“Esto es genial; éstos son los verdaderos fanáticos de los Yankees aquí, los que se quedan hasta el final”, declaró un emocionado Treviño.

Treviño conectó el batazo de oro en la que fue la tercera victoria dejando tendido al rival en lo que va del año para los Yankees, un juego en el que también hubo aportes de sangre nueva como Willie Calhoun y Jake Bauers.

La victoria quedó empañada luego que dos jugadores más de Nueva York se lesionaran.

El jardinero central Harrison Bader, quien regresó de la lista de lesionados un día antes, salió el encuentro después de un choque en la novena entrada con Isiah Kiner-Falefa, a la vez que el venezolano Oswald Peraza salió cojeando tras lesionarse un tobillo como corredor emergente.

“Creo que Harrison va a estar bien”, dijo el manager, Aaron Boone.

Los Yankees repitieron triunfos después de haber roto una racha de cuatro derrotas el martes.