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Alcides Escobar, gigante de los Reales a la hora buena

TORONTO -- Usted lo conoce probablemente como un excelente defensor de una exigente posición, con habilidad para embasarse y con buena velocidad en las bases, pero Ned Yost tiene un concepto mucho más elevado del venezolano Alcides Escobar, paracorto de los Reales de Kansas City.

"Es un pelotero que se agiganta a la hora buena", proclamó el dirigente de los Reales. "Es un jugador que se crece en la medida en la que aumenta el nivel del escenario o se multiplica la importancia del partido".

Las palabras de Yost no son hojas que se lleva el viento. Tienen un asidero estadístico tremendo, porque la verdad es que Escobar ha convertido la enormidad del marco de la postemporada de 2015 en un juego que pudiera celebrar un jovencito en el patio de su casa.

Escobar comenzó todos y cada uno de los primeros cuatro juegos de la Serie de Campeonato --incluyendo el del martes-- con un imparable y le falta solamente un jonrón para hilvanar un ciclo o escalera en ese tipo de situación en los actuales playoffs.

El solo hecho de comenzar con hit cada uno en los tres primeros desafíos lo convertía en apenas el cuarto de la historia capaz de lograrlo en una postemporada, uniéndose a Hank Bauer (con los Yankees de Nueva York en la Serie Mundial de 1958), Fernando Viña (con los Cardenales de San Luis en la Serie Divisional de 2000) y Ray Durham (con los Gigantes de San Francisco en la Serie Divisional de 2003).

Por si fuera poco, el paracorto de la tierra de Simón Bolívar bateaba para un vigoroso .615 cada vez que iniciaba una entrada en cada uno de los ocho partidos de la actual postemporada antes del juego del martes. Un bateador de .262 a lo largo de su carrera en la campaña regular, el venezolano promediaba sobre los .327 en sus juegos de playoffs.

Cuando conectó de hit como primer bateador del cuarto juego de la Serie de Campeonato, ese fue su 14to indiscutible de los actuales playoffs, cifra tope en la actual postemporada del Béisbol de Lujo.

El punto altisonante de su tremenda postemporada de 2015 ha sido su singular faena a la ofensiva en el tercer encuentro de la Serie de Campeonato, cuando disparó cuatro hits y anotó tres carreras. Eso lo convertía en apenas el segundo paracorto que lograba esa combinación en un juego de cualquier nivel de los playoffs. ¿El otro?: Derek Jeter, que conectó cinco imparables y pisó el plato en tres ocasiones en el primer juego de la Serie Divisional de 2006 frente a los Tigres de Detroit.

"La temporada regular es un proceso largo y pulverizante y uno trabaja duro para completarlo día a día, pero Alcides se crece cada vez que llega a la postemporada, cuando la importancia de cada pitcheo se magifica", analizó Yost. "Tuvo una gran postemporada el año pasado (.292) y pasa por otra excelente este año".

No es fácil identificar cuál es la razón por la que algunos peloteros brillan en situaciones difíciles mientras que otros se derriten como la mantequilla al contacto con un cuchillo caliente, pero Yost resalta que en el caso de Escobar es por su grandiosidad como pelotero.

"No sé si es porque se intensifica su enfoque", indicó Yost. "Siempre ha sido un pelotero especial. Puede jugar a diario. Es tremendo defensor y un gran corredor de bases. A veces [en la temporada regular] puede ser un poquito inconsistente en su ofensiva y en su estrategia en el plato.

"Cuando la presión aumenta, es cuando él juega su mejor pelota", acentuó Yost. "Es entonces cando se magnifica su enfoque. Y hace un muy buen trabajo en eso".